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—amigo, tengo la re fiaca... y sueño —se quejó iván.

—yo tengo alta lija y eso que comí como un hijo de puta... igual tenés alta cara de dormido —dijo rodrigo.— ¿te dormiste tarde? 

—algo... tipo seis y media 

—qué enfermo de mierda —soltó medio sorprendido.

—igual dormí como... seis horas y pico, está bien dentro de todo 

—supongamos que sí, ¿vas a jugar hoy? 

—ni en pedo... voy nada más porque aquellos me van a reclamar todo el año que no fui —dijo mirando la hora en el celular.— ¿vos?

—para pelotudear... mati también iba a jugar un partido de fútbol, va a estar piola —soltó contento.

iván no estaba muy convencido pero se aguantó de decirle otra cosa para no bajarsela. 
cuando llegaron, cada uno fue a dejar sus cosas y supuestamente se iban a encontrar en el gimnasio de vuelta.

—¡iváaan, viniste! —sonrió la rubia, saludándolo contenta con un beso en el cachete. oscu estaba al lado suyo, vestidos los dos para jugar. 

—¿qué onda, pa? —saludó a su mejor amigo.— ¿empiezan ahora?

—nop, primero va otro equipo y después nosotros... hicieron grupos mixtos así que nos llaman por número —avisó cami.

—¿entonces todavía no juegan? fa, me apuré al pedo, boludo

—bueno loco, bancá un toque —se quejó cami, mirándolo.— creo que nos iba a tocar contra el grupo de sociales... no sé, bri fue a averiguar eso —murmuró media preocupada, buscándola con la vista.

iván hizo una mueca.

—pero no creo que les hagan nada, que yo sepa ellos no les tenían bronca a lo último —oscu intentó calmar el ambiente.— si ves que hay algo medio raro, no juegues cami

—¿por qué no? —preguntó iván.— no creo que los pibes vayan a romperles una pierna, tampoco salieron de un penal, van a jugar a la pelota nomás

—qué defensor estás de ellos, menos mal que te caían como el orto —dijo cami media molesta.

la conversación la cortó oscu al toque, diciendo que los llamaban para organizarse con los otros equipos.

iván quedó medio tocado con lo que le dijo. todavía le caían mal los pibes esos, que de momento rodrigo fuera la excepción no significaba nada.

—ey, iván —llamó ger, saludandolo al toque.— ¿todo bien, cómo estás? vi a carre recién, estaba con unos chicos por allá —dijo señalando el otro lado del gimnasio. estaba vestido como para jugar a la pelota.

empezó a hablar con él un rato hasta que unos profesores de educación física dieron el grito de que iban a empezar. todavía no jugaba ninguno de sus amigos así que mucho no quiso enterarse.

—buenas volví, ¿me extrañaste? —sonrió rodrigo al acercarse.— mirá, ¿querés? —extendió la mano, ofreciéndole unos chicles.— pero el de frutilla no porque lo quiero comer después y ya no tenían más

a iván le chupó un huevo y sólo por molestarlo agarró ese, sintiendo la mirada fija de rodrigo por forrearlo con una pelotudez.

—y bueno, no me gustan esos otros —dijo sonando terriblemente falso mientras se reía.

—o me compras otro después o me vas a tener que convidar —avisó rodrigo, mirándole la cara rápido de arriba a abajo con una sonrisa, haciéndolo reír a iván.

SixthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora