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—él me iba a pedir un taxi pero me dio cosa dejar a tu hermano solo por ahí... aparte de que se olvidó la billetera —murmuró bajito, con miedo de despertar a alguien.

—igual se fue así que no sirvió de mucho que lo acompañes —dijo rodrigo, peleandolo sin motivo alguno en sí. 

iván suspiró molesto por la actitud y rodrigo lo notó.

—¿me prestas tu teléfono? quiero pedir un uber —preguntó mirándolo. rodrigo estaba con los brazos apoyados sobre el respaldo del sillón.— no traje el mío

después de analizarlo por unos segundos, se dio media vuelta para ir a la pieza, haciéndole señas de que fuera, todo con cara de culo y serio. 

la pieza estaba iluminada porque rodrigo estaba jugando, se acercó a la mesita de luz y desenchufó el celular para dárselo. 

—gracias... —murmuró, al ratito rodrigo le extendió un buzo.

—estás cagado de frío iván, agarralo y después me lo devolvés —dijo todavía con mala onda, yéndose hasta la computadora para ver la hora. casi las cuatro.

le quería preguntar qué carajo hacía afuera a esa hora y más en un lunes.

quería preguntar pero le daba cosa la respuesta y tampoco era asunto suyo, ¿no?

—la puta madre, hay uno a veinte minutos de distancia —puteó iván, hablando solo.— eh... ¿me prestas plata? mañana te lo devuelvo, no traje nada, salí así nomás

bueno, eso ya era más raro para rodrigo.

—sí... te presto —dudó dos segundos más y se tiró a preguntar.— ¿todo bien?

—mhm, tranqui —dijo viendo cerrando la aplicación y devolviéndole el celular.

—¿tú mamá sabe que estás acá? —preguntó otra vez. que se quedara callado ya le decía mucho.

—no creo —divagó.— pero no pasa nada igual

se hacía el que no le interesaba, quería desviar el tema y salir de la casa de rodrigo cuánto antes. 

—tanto no conozco a tu mamá, pero que te va a matar, es seguro —asumió, sonando menos serio que antes.— ¿le querés mandar mensaje? usalo 

le dio el celular otra vez e iván lo miró diciendo que no.

—no... me voy a ir a casa de camila ahora, más tarde le mando mensaje y voy para mi casa cuando mi mamá no esté —dijo rascandose la nuca.

—bueno, como vos quieras —se aguantó las preguntas y todo lo demás, pegando media vuelta para ir a la computadora otra vez.

—eu, rodri... perdón por lo del otro día —dijo de la nada.

nunca le había costado e importado tan poco su orgullo para pedir disculpas como ahora. la necesidad de que estuviera todo bien entre ambos era más importante para iván.

—si querés que yo también pida perdón por lo de tu amigo, seguí queriendo —le dijo mirandolo.— es flor de tarado, con la mejor te digo... te podrías haber buscado uno con un poquito más de cerebro 

iván sonrió apenas.

—tenés razón, me tendría que haber quedado con el que ya tenía 

a rodrigo le empezaron a transpirar las manos de golpe.

en su cabeza se abrió un debate que duró casi nada pero igualmente fue intenso, la tenía servida en bandeja de plata para seguirla, pero seguía dudando.

SixthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora