capítulo 2

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La semana pasada había viajado a Toulouse, fue maravilloso la ciudad es muy bonita y me ha ayudado mucho el viaje ya que necesitaba despejarme un poco.

La desventaja de viajar fue que perdí una semana de clases y no pude mandarle las tareas a Emma, ahora solíamos hablar un poco más.

Emma no había asistido al instituto las últimas tres semanas, para la cuarta semana de clases ya fué y trate de hablar con ella, los nervios me ganaban en los primeros intentos de dirigirle la palabra, lo único que lograba decir era un “hola” ella siempre me respondía con una gran sonrisa plasmada en su rostro, podré sonar cursi pero admito que nunca había visto una sonrisa igual de bella que la de ella.

Ahora nos saludábamos cada que nos veíamos por los pasillos del instituto y eso me alegraba profundamente, ya que nunca creí que podría llegar a hablarle y mucho menos pensar en que algún día me mandaría mensajes, aún que solo fuera por tareas, pero todo esto estaba sucediendo y debía aprovecharlo al máximo.

Estoy en el salón de historia, la clase de la profesora Mery es muy buena, ella es muy buena maestra, siempre suelo prestarle atención pero ahora mi atención solo se dirige hacía Emma quien está sentada dos mesabancos frente a mí.

A llegado la hora del receso, todos los alumnos salen del salón para dirigirse a la cafetería o a donde sea que vayan, a excepción de mí, quedarme en el salón es algo que siempre hago, aprovecho ese tiempo para hablar por teléfono con Mark o para leer algún libro.

Recuerdo que Emma me había preguntado de que manera me pagaría por haberle pasado apuntes y tareas, yo insistí varias veces diciéndole que no se preocupara que era algo que cualquier persona haría sin problema al igual que yo, pero Emma es demasiado insistente así que no funcionó de nada todo lo que le había dicho, tuve que decirle que quedaríamos a mano si me invitaba un refresco o un café el lunes.

Para mí sorpresa Emma no se olvidó del acuerdo, me mandó un mensaje preguntándome en dónde me encontraba, que me estaba buscando.
Le dije que estaba en el salón y prosiguió a dejarme en visto.

Estaba leyendo un libro de Stanislavski cuando escuché como la puerta del salón se habría pero no le preste atención.

— buenas noches Black— Emma pronunció de manera melodiosa — creo que te debo algo.

Me causo gracia que me saludara con un buenas noches ya que apenas eran las 12 pm, básicamente era medio día.

— buenas noches Emma — dije frunciendo el ceño — me parece que tu deuda se saldará con un café.

Ella me miró y sonrió

— ¿por qué estás en el salón? — parecía muy intrigada por mi respuesta — ¿Por qué nunca sales?¿Por qué nunca hablas con los demás?

Dude si contestar a todos sus cuestionamientos, no sabía si decirle la verdad, podría parecer cobarde diciéndole que me da ansiedad estar en lugares con demasiadas personas, no creí que ya tuviéramos confianza entre nosotros, no cuando solo hablabamos por tarea apenas nos conocíamos.

— No me gusta que las personas me observen, estoy en el salón porque no hay nada más cómodo que estar en silencio —lo dije casi susurrando, creí que no me había escuchado.

— bueno, creo que el silencio puede llegar a ser aterrador.

— para mí no —dije de manera seca.

Y no podía creer que habláramos sobre el silencio.

— Acompáñame.

— ¿A dónde?

— Lo sabrás cuando lleguemos.

— Y si me secuestras?

Creo que eso fue lo más tonto que pude haberle dicho.

— ¿Encerio creés que secuestró a personas?

— mmm no sé que decir.

— No te secuestrarme, no a una persona que es tan buena conmigo y que me ha ayudado sin apenas conocerme, no te pasará nada lo prometo.

— Está bien, vamos.

Aún no puedo creer que haya podido mantener una conversación con la chica que me gusta y mucho menos que estemos caminando los dos juntos por los pasillos del instituto.

— Perdón, sé que dijiste que no te gustaba que la gente te observé, pero creeme nada malo pasará, no sé darán cuánta de nuestra presencia.—su tono de voz era muy dulce y hablaba tan calmada que me transmitia tanta paz.

No podía evitar pensar que entraría a un lugar donde habían tantas personas, en especial alumnos, ellos solían criticar a los demás aún sin conocerlos, pero yo no quería parecer débil frente a Emma.

— Hemos llegado a la cafetería, vamos por allá — dijo señalando hacía un lado donde vendían café.

La seguí luego de eso pedimos nuestros cafés y regresamos al salón.

— Tú deuda está saldada — exclamé sonriendo.

— bien, en verdad muchas gracias por toda tu ayuda.

— El café sabe muy bien.

— Me alegra que te guste.

— Fué un placer poderte ayudar, espero seguir haciéndolo.

— te apuesto a qué así será — al principio sonrió y luego los ojos se le enrojecieron —¿Te gustaría que fuéramos amigos?, Solo si quieres.

No pude evitar no pensar el por qué de que sus ojos se pusieran rojos, me preocupe, puede sentir que algo no estaba bien, y nunca pensé en que me propondría ser su amigo.

— ehhh, cla claro me encantaría ser tu amigo — los nervios se apoderaron de cada parte de mi cuerpo y la lengua se me travava.

— bueno Black, nos vemos más tarde.









Nota de la autora:

Gracias por las vistas espero que les esté gustando la historia, voy lento pero pronto habrá un nuevo capítulo!
💗Emma es alguien que ayudara mucho a nuestro querido Noah, aún que ella lo llama Black.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2022 ⏰

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