El trabajo en Technology Electronics Korea, mejor conocido como TEK, era bastante arduo. Había sido apenas unos pocos años atrás que la compañía tomó una relevancia importante dentro de la economía del país debido a su éxito internacional. La compañía estaba centrada principalmente en armar equipos electrónicos para compañías nacionales y extranjeras, su rubro centrado en el entretenimiento era bastante reciente, pero sin duda su mayor acierto hasta la fecha.
La creación de videojuegos fue la que puso a la empresa en el mapa y ahora se había posicionado como una empresa insignia en dicho ámbito.
Taehyung había visto ese proceso, pues ingresó a la empresa cuando apenas estaba tomando impulso después de su primer éxito en plataformas de gaming, ese se había convertido en el mejor empleo que había logrado conseguir; el que mejor pagaba. Las jornadas eran pesadas y el trabajo le llegaba por montones, pero estaba seguro de que encontrar un puesto parecido sería casi imposible para alguien como él que nunca pisó una universidad. Incluso después de cinco años, seguía pensando que había sido un milagro que lo aceptaran ahí en primer lugar.
Así que podía soportarlo. Podía soportar la carga horaria, el mal genio de algunos superiores y las inconsistencias de su jefe directo si es que el pago llegaba sin retrasos a su cuenta bancaria. Se había convertido en el modelo perfecto de un secretario, y de un asistente personal más tarde, para poder conservar su trabajo sin mayores problemas. En la actualidad ponía toda su mente en ello, su trabajo era uno de 24 horas si se lo preguntaban a él, pero le parecía bien mientras que fuera capaz de cubrir todos los gastos: despensa, renta, transporte, facturas del hospital.
Sí, el cansancio del trabajo era algo característico de su vida ahora, pero este trabajo era mejor que muchos otros de los que había tenido antes. Al menos en este podía darse ciertos lujos cuando la ocasión se presentaba, como en ese momento en que se encontraba en una linda mesa de un lujoso restaurante.
-Secretario Kim, por favor, los contratos -pidió Jungkook con una sonrisa agradable mientras extendía su mano.
Taehyung ya se encontraba preparado para esa misma orden, por lo que solo hizo falta abrir la carpeta para que los documentos quedarán a la vista, acomodados y listos para ser presentados. Extendió la carpeta a su jefe con un movimiento delicado y Jungkook lo tomó para inmediatamente entregárselo a la persona que estaba frente a ellos, un hombre mayor al que le quedaba poco cabello. Su sonrisa mostraba lo satisfecho que se encontraba por el trato.
Taehyung se mantuvo al margen cuando Jungkook comenzó a recitar las especificaciones que se encontraban en las hojas, el hombre parecía sorprendido de que el joven director fuera capaz de decirlo todo sin margen de error, mientras que para él era algo común de su jefe. Definitivamente la mente de Jungkook era una privilegiada, no le sorprendería si el pelinegro le dijera que ahí mismo estaba realizando los cálculos. De momento solo se limitó a tomar otro bocadillo de la mesa, agradecido de que esa reunión fuera en un establecimiento de comida y no en las oficinas.
La mente de Taehyung viajó a sus últimos años de escuela preparatoria, cuando logró conseguir uno de sus primeros trabajos como personal de limpieza de un restaurante familiar. Era horrible, fue por poco tiempo, pero logró perder la cuenta de las veces que había tenido que limpiar vómito de niños, incluso en los lugares más inesperados.
Era un alivio que esa época de su vida había terminado.
Se encontraban en la última cita del día, después de conseguir esa firma regresarán a archivar lo necesario a las oficinas de TEK y podrán ir a casa. Taehyung pensó en algún pendiente de su departamento, pero por el momento nada le vino a la mente, había ocupado su fin de semana en dejar todo en orden para despejar esas preocupaciones y poder concentrarse en su trabajo sin problemas. El apartamento de Jungkook ya debería estar limpio para esas horas, su edificio contaba con personal de limpieza por un módico precio extra, para alguien como Jungkook no era ninguna carga pagarlo.
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Fuera de la oficina | KookV
FanfictionJungkook tenía la vida con la que siempre había soñado, se dedicaba a lo que quería y tenía la libertad que desde pequeño había buscado. Pero las cosas podían cambiar de la noche a la mañana o, más específicamente, con un simple llamado a la puerta...