29. Palabra con «N»

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Por quinta vez en esa mañana, Jungkook dejó salir un largo suspiro y apartó las manos del teclado frente a él solo para girar un poco en su silla. Su mirada se dirigió de forma irremediable a la ventana de su oficina, justo donde su lindo secretario se encontraba concentrado en su propio trabajo. Su cabello castaño estaba pulcramente peinado y ese traje azul grisáceo que había tomado de su ropero le quedaba espectacular, sin duda tendría que llevar a Taehyung al sastre que lo hizo.

Un pequeño regalo para su novio.

La sola idea hizo que una sonrisa se dibujara en su expresión de la forma más tonta posible. Estaba agradecido de que Taehyung no estuviera prestando atención para ver su faceta más inmadura, pues en ese momento solo podía pensar en que debía verse como un jodido adolescente experimentando su primer amor. Era cierto que le gustaba coquetear y que había tenido un sinfín de encuentros en los últimos años, pero ni siquiera podía recordar los detalles de su última relación estable, si es que podía llamarla de esa forma. Recordaba que había sido con una chica, poco tiempo después de haber llegado a Seúl, también recordaba que no había durado más que un par de meses hasta que se diera cuenta de que la relación solo lo estaba distrayendo de lo que había ido a hacer en la ciudad.

Ni siquiera Lee Yaereum, con quien salió en más de una ocasión, había llegado a ser su pareja oficial. Así que cuando ella le dijo que ya no quería verlo más, él no tuvo nada de qué lamentarse, incluso ahora lo único que se reprochaba era no haber guardado algún número para contactarla y arreglar el desastre que había provocado en su vida. Eso era algo que sin duda su actual novio jamás le haría.

Y sabía que él tenía que estar completamente preparado para cumplir con su palabra, le había prometido a Taehyung que no se arrepentiría de haberlo aceptado y se aseguraría de que eso fuera así. Tenía que preparar una cita apropiada, aunque sería difícil encontrar el tiempo para ello. Ambos tenían la agenda llena durante toda la semana y el castaño tenía previsto visitar a su familia con más regularidad, además de que los fines de semana estaban reservados para ello de igual forma. Por otro lado, si es que quería tomar una noche para ellos dos, debía encontrar a alguien quien pudiera cuidar a Hyemin.

La sonrisa boba se borró por completo de la expresión del pelinegro para dejar en su lugar un ceño fruncido. ¿Siempre había sido así de difícil mantener una relación? Lo único que estaba pidiendo era una cita, no unas vacaciones completas para pasarlas con su novio, aunque también tendría que considerarlo. Sabía de buena fuente, y con ello quería decir que del mismo Taehyung, que el secretario tenía la ilusión de visitar la isla Jeju desde que no pudo participar en un viaje escolar a dicho destino. Y sin duda su propuesta de matrimonio tendría que ser en un viñedo de Italia, pero todavía tenía tiempo para afinar los detalles de ese viaje.

Por el momento su prioridad debía ser tener una cita decente con Kim Taehyung.

Después buscaría la mejor forma de agradarle a la familia del castaño, pues era plenamente consciente de que el hermano de este no lo apreciaba demasiado. Eso sería un poco más complicado, después de todo a él no se le daban bien las familias, si lo hicieran él no habría huido de la propia. Tal parecía que solo se había metido en más problemas.

Un largo suspiro estaba saliendo de su boca cuando la puerta de su oficina se abrió sin previo aviso y solo había una persona en todo el edificio que entraba sin más en su oficina.

―Señor Jeon, el representante del presidente Hon quiere reunirse con usted para hablar acerca del último cambio de equipo de grabación que se realizó hace unas semanas ―dijo el castaño con voz solemne y el teléfono con la pantalla encendida en su mano. La expresión de fastidio en el chico revelaba por completo lo que estaba sucediendo.

Fuera de la oficina  |  KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora