28. Nueva página

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Taehyung ya había experimentado algunas escenas bizarras a lo largo de su vida y casi todas ellas tenían que ver con trabajo, cosa que no era difícil cuando alguien tiene que conformarse con trabajos baratos. Una vez, trabajando como mesero en un pequeño local de comida callejera, una mujer ebria le dijo a su novio que lo estaba engañando con él. En otra ocasión, siendo vendedor en una farmacia, tuvo que cuidar al gato de un anciano mientras este peleaba, literalmente, con el médico del lugar. Sin embargo, ninguno de esos eventos lo habían preparado para la situación en la que se encontraba en ese momento.

Cuando despertó se sintió ligeramente desorientado, pero en un instante reconoció la habitación como un espacio común para él, lo que no era común en absoluto era encontrarse a sí mismo prácticamente sobre su jefe que dormía tranquilamente. La cama era enorme, pero de alguna forma Taehyung se las había arreglado para empujarse a sí mismo y a Jungkook hasta uno de los bordes, robándose todo el espacio. Y, como si eso no fuera suficiente, lo estaba utilizando de almohada.

Ese escenario definitivamente debía entrar en la lista de momentos extraños en sus trabajos, aunque este no se sentía en absoluto como la vez del gato. A su alrededor no había más que paz y tranquilidad, se sentía bien.

Así, todavía afectado por la neblina del sueño, los recuerdos de la noche anterior vinieron a su memoria. La película, la emoción de Hyemin, la charla que tuvo con Jungkook, el hecho que él había devuelto ese beso prometido y que el pelinegro no paro de besarlo hasta que prácticamente se vio vencido por el sueño.

Una parte de él le decía que había metido la pata. De la noche a la mañana se había convertido en ese cliché del jefe y la secretaria que las esposas tanto odiaban. La única diferencia era que él era un hombre y Jungkook no tenía esposa, ni siquiera una pareja y, a juzgar por todo lo que le había dicho la noche anterior, no tenía ningún interés en conseguir una a menos que se tratara de él.

Solo el recuerdo fue suficiente para hacer que algo dentro suyo se removiera con demasiada violencia para esas horas de la mañana.

Tal vez la charla que tuvo con Seokjin lo había afectado demasiado y él mismo había apurado sus propios planes. Intentó ser tan valiente como el idol y ahora no tenía muy en claro cuál era el próximo paso.

¿Que se supone que se hace cuando despiertas encima de tu jefe con el que te besaste anoche? Las únicas referencias que tenía de situaciones similares eran de algunos webtoons de dudoso contenido y lo que menos quería era que alguien, especialmente Jungkook, se enterara de algo así. Entonces podría considerar que se encontraba en ceros.

—Sé que estas nervioso, pero si sigues removiéndote así me vas a meter en problemas —escuchó la voz ronca del mayor justo sobre su cabeza y no pudo hacer más que entrar en tensión—. Ya no te va a servir eso de hacerte el dormido.

—No me estoy haciendo el dormido —contestó sin moverse en absoluto, al menos aquella posición ocultaba de Jungkook su rostro evidentemente avergonzado.

Escuchó una ligera risa por respuesta.

—Buenos días, secretario Kim.

Cuatro palabras que eran tan comunes entre ambos, pero que de las cuales el nombrado pudo percibir un cambio radical cuando su jefe los pronunciaba en una situación tan especifica.

—No deberías decirme secretario Kim ahora mismo.

Lo escuchó reír de nuevo.

—Entonces vamos a tener que discutir sobre cómo quieres que te llame en la cama.

Taehyung se levantó de esa posición y se sentó en la cama con un movimiento brusco. Fijó su atención en la expresión del mayor que se veía realmente divertido con toda la situación. Él, por otro lado, no podía cerrar su boca del asombro.

Fuera de la oficina  |  KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora