Durante las últimas horas de trabajo fueron hasta el estudio para supervisar la grabación. Jungkook se encontraba ocupado hablando con uno de los productores que estaba de visita mientras que Taehyung se mantenía cerca de la silla del director Kyun, un magnífico lugar para ver el trabajo de los actores. En ese momento había tres de ellos sobre la plataforma, Seokjin se encontraba en el centro vestido con ese atuendo tan estrafalario y expresión seria, la preocupación desbordándose en cada uno de sus movimientos. Realmente era un gran actor.
Cuando conoció a Seokjin pensó que podría ser un problema que el personaje que estaba por interpretar distaba mucho de la personalidad del ídolo. Hubo poco tiempo para acodar todos los detalles y menos tiempo aún para que el mayor practicara el guion debido a la intervención de otras empresas. No obstante, Kim Seokjin se las había arreglado bastante bien y ahora brillaba como otra persona completamente diferente frente a las cámaras.
Fear era un proyecto que necesitaba de buenos actores capaces de trasmitir el drama de la situación. No era un videojuego de acción como lo había sido The other side, su último gran éxito, sino uno que pretendía atrapar al jugador en un misterio letal. Un grupo de amigos que se ven aislados en medio de un invierno cruel, atrapados mientras que uno de ellos esta dispuesto a causar el mayor daño posible. Desconfianza, ira, preocupación y temor eran los ingredientes principales de toda la acción, pero un personaje principal entrañable que haría a los jugares preocuparse hasta los huesos era la cereza del pastel.
Ese era Kim Seokjin.
Al terminar la escena, el director Kyun pronunció la palabra mágica a través de los altavoces y todos se relajaron en sus lugares. Taehyung no pudo evitar sonreír cuando la estrella del lugar felicitó inmediatamente a sus compañeros con una sonrisa. No conocía a muchas celebridades, pero estaba seguro de que Seokjin debía ser una de las más agradables de toda la industria. Lo confirmó cuando el actor lo encontró en medio de toda esa gente y lo saludo con la mano antes de seguir a las estilistas para retirar el traje de fotones.
Se quedó quieto en su lugar mientras que el resto de las personas comenzaban a recoger sus espacios, las grabaciones habían terminado por el día y mañana todos estarían presentes en TEK para ver las primeras pruebas de animación. La idea de enviarle un mensaje de ánimo a Jimin cruzó su mente, especialmente porque sabía que el chico estaría muerto de los nervios por tener a Jungkook y el director Kyun en la misma habitación. Sin embargo, la idea flanqueó por un instante al recordar la última conversación que tuvo con él.
Lo ocurrido en los últimos días paso por su mente como una cinta de rollo fotográfico. La invitación de Mingyu, la junta en la oficina de Jungkook, la charla con el médico frente al elevador y las respuestas de su jefe ante ello. En medio de todo podía imaginarse a Jimin, con esa sonrisa boba que ponía cada que tenía que decir algo que le parecía obvio.
"No, no es obvio" pensó Taehyung para sí mismo, como si tuviera la necesidad de defenderse de su propia mente.
Sus movimientos lo traicionaron y giró su atención a donde Jungkook se encontraba, justo en el área de descanso mientras platicaba de forma animada con la productora. Taehyung reconocía a esa mujer, después de todo, habían trabajado con ella por años. Dai Cheong había sido una de las pocas personas externas a la compañía que financiaron el primer proyecto de Jungkook, desde entonces recibe una invitación especial directamente del pelinegro para participar en los próximos proyectos.
Era una mujer alta y delgada, con un cabello negro tan largo que le llegaba a la cintura; siempre tenía puestos vestidos elegantes o trajes hechos a medida. Aparentaba ser mucho más joven de lo que realmente era, pues fácilmente era quince años mayor a Jungkook, pero sus ojos calculadores dejaban en claro que no era ningún tipo de ingenua. Después de todo, se posicionaba entre una de las personas más ricas del país.
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Fuera de la oficina | KookV
FanfictionJungkook tenía la vida con la que siempre había soñado, se dedicaba a lo que quería y tenía la libertad que desde pequeño había buscado. Pero las cosas podían cambiar de la noche a la mañana o, más específicamente, con un simple llamado a la puerta...