16. Totalmente convencido

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Taehyung notó que algo estaba mal con Jungkook durante la reunión con el equipo de animación. Su jefe estaba más tenso que en cualquier otro día, incluso más que cuando tenía que presentar sus avances con los inversionistas que no dejaban de cuestionar cuanto dinero más tendría que darle para completar ese proyecto. Era un evento completamente extraño ver a Jungkook así de distraído durante una reunión, después de todo, él nunca se tomaba las cosas a la ligera cuando se trataba de sus "bebés".

Lo miró de reojo en varias ocasiones, Jungkook tenía su mirada fija en la pantalla que proyectaba la presentación que el equipo de animación había preparado, pero estaba claro que no prestaba toda la atención que debería. También lo había visto apretar la pluma entre sus dedos e incluso lo escuchó chasquear la lengua en una ocasión.

Lo peor es que no era el único que lo había notado. Jimin, al otro lado de la habitación, se veía como un cachorro asustado cada que la expresión de Jungkook cambiaba aunque sea un poco.

Él no comprendía exactamente qué era lo que había pasado, esa mañana Jungkook había estado con un buen ánimo, ahora parecía que quería estar en cualquier otro lugar que no fuera ese.

Para suerte de todos los presentes, la reunión terminó sin ningún error de por medio, se habían hecho las pruebas necesarias y comenzarían a animar las escenas principales esa misma semana. Los meses de esclavitud, como les decía Jimin, ya habían comenzado. Jungkook se limitó a darle el visto bueno a toda la situación y se marchó sin más, así que él se limitó a despedirse rápidamente de Jimin antes de seguir a su jefe.

El camino por el piso fue silencioso, lo que le daba otro indicio de que algo no iba del todo bien, así que comenzó con el plan de emergencia.

―Iré rápido por algo para beber a la cocina, ¿quieres un café?

Era extraño ver a Jungkook tan tenso, pero para Taehyung aquella no era la primera vez. Había momentos en los que la situación podía sobrepasar incluso al genio, cuando le proyecto no iba del todo bien o cuando algún reportero filtraba algo de su vida, lo que normalmente ponía a los inversionistas en su contra. Así que Taehyung había tenido que aprender los pasos exactos que hacían que Jungkook se relajara un poco.

Jungkook giró su cabeza para mirarlo y, como si fuera magia, sus facciones se relajaron. El ceño que se había mantenido fruncido durante toda la reunión por fin desapareció.

―Sí, un café suena genial ―dijo a través de un suspiro de cansancio, lo que era una buena señal a los ojos del castaño.

La situación no debía ser tan mala si es que Jungkook había aceptado ese café.

Una sonrisa aliviada abarcó las facciones del secretario y él mismo se relajó al comprobar que las cosas iban bien. Cuando Jungkook se encontrará desenvuelto del todo de nuevo, le preguntaría por sus preocupaciones, por el momento lo mejor era agobiarlo lo menos posible.

―Lo llevaré a la oficina en un momento ―añadió con seguridad antes de entrar al pasillo que lo llevaría al área de dirección, se desvió del camino para dirigirse a la cocina, pero se sorprendió al notar que Jungkook hacía lo mismo.

―Voy contigo ―se explicó el mayor al notar la duda en la expresión del secretario.

Taehyung no lo cuestionó más y en su lugar le dedicó una sonrisa pequeña. Cuando se trataba de ese tipo se cosas pequeñas no hacía falta que lo dijera en voz alta, pero internamente le agradecía al mayor la compañía. Ir a la cocina del piso era lo más común para todos los que trabajaban en el equipo de Jungkook, pero en algunas ocasiones Taehyung no podía hacer más que sentirse incómodo cuando se encontraba con ciertas personas en el lugar. No tenía muchos amigos entre sus compañeros y eso se notaba en especial cuando pasaba rápidamente a la cocina en silencio.

Fuera de la oficina  |  KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora