Capitulo 1

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Es de mañana voy corriendo por las calles, me quedé dormido y si no me apresuro perderé el autobús. 

Por cierto, mi nombre es Wang Yibo, tengo 25 años y trabajo en un taller de motos de competición. ¿Mi sueño? Poder manejar una de esas motos y competir en carreras profesionales.

Si llego tarde de nuevo al trabajo mi jefe me va a despedir, ya me lo había advertido la última vez que llegue tarde. Y no pienso dejar que eso suceda.

Corro tropezando con la gente, estoy a solo una calle de la parada cuando veo que el bus llega y se estaciona para que la gente comience a subir. En mi desesperación cruzó la calle sin fijarme. A mis oídos llegan el fuerte chirrido de unos frenos y siento el golpe en mi cadera.

En ese momento el mundo se vuelve en cámara lenta. Unos fuertes brazos rodean mi cuerpo, que va girando y subiendo por el techo del auto que me atropelló. Pero no siento dolor, ya que unas enormes alas de plumas blancas como la nieve y suaves como algodón, también me están envolviendo. Entonces levanto mi cabeza para ver el rostro del ser más hermoso que he visto en mi vida. Sus brillantes ojos negros como la noche que parecen destellar millones de estrellas en sus pupilas, me miran. Ese rostro sublime me hace el honor de regalarme, la más bella de las sonrisas, que haya visto jamás. Sus labios carnosos y rojos, como una hermosa rosa, están enmarcados por un pequeño lunar al lado de su labio inferior.

Mientras nos miramos seguimos girando en el aire hasta que me deposita con suavidad y cuidado en el suelo.

Me deja allí acostado, mientras él esta con una rodilla en el suelo. Entonces sus alas se retraen y ocultan detrás de su espalda, se puso de pie. Y dando unos pasos atrás, desapareció, como si todo esto hubiera sido solo un sueño o un producto de mi imaginación.

Muchas personas se acercaron a mi preguntándome ¿Cómo estaba? Intenté pararme pero no pude en ese momento me llegó el dolor en la cadera. Y caí al piso de nuevo.

Una mujer desconocida me dijo -no te muevas, ya llame a la ambulancia-. Ésta llego y me revisaron y ante una posible fractura en la cadera, debían llevar me al hospital. Tras varios estudios y radiografías, los médicos decretaron que solo tenia una fisura en la cresta ilíaca del sacro (o lo que eso signifique). 

Me dijeron que tuve mucha suerte, (yo sabia que no fue por la suerte) que podría haber muerto en ese accidente. Tendré que estar en reposo unas semanas hasta que sane la fisura. y que por ese día debía permanecer en observación.

Al quedar me solo, mis pensamientos volaron, no podía olvidar ese rostro. Miles de preguntas cruzaron por mi cabeza. Y sorprendiendo me a mi mismo hablé en voz alta.

WY - ¿Estas aquí?...¿P...puedo verte?

No hubo ninguna respuesta. Pero tenia una sensación muy extraña en todo mi cuerpo. Me sentía observado.

WY - ¡¡Por favor respóndeme!! Puedo sentirte, sé que estas aquí.

No hubo respuesta, solo silencio.

*XZ - Lo siento humano, no puedo responderte.*

Yibo se quedo en silencio. A pesar de no recibir respuesta, seguía sintiendo la presencia de ese ser hermoso que le salvó la vida.

Sumido en sus pensamientos. Comenzó a recordar diferentes situaciones en donde pudo sentir esa presencia que siente ahora. Y eran muchas, algunas en momentos de riesgo y otros en momentos tristes. También cuando se sentía solo o tenia miedo. incluso hasta en momentos de mucha felicidad. Parece que ese ser siempre estuvo a su lado. 

Desde que tenia uso de razón se sintió siempre acompañado. Entonces un recuerdo llego a él de cuando tenía cinco años. Él jugaba solo en su habitación pero hablaba con alguien llamado Zhan. Entonces se le ocurrió una idea.

WY - Zhan, ¿Eres tú?

Zhan abrió enorme los ojos. No podía creer que éste humano recordara su nombre. La última vez que le llamó por su nombre era muy pequeño.

*XZ - Eres realmente sorprendente Wang Yibo*

Para Yibo el silencio continuó. Así que decidió darse por vencido y descansar. Ya quería que le den el alta. Estaba terriblemente aburrido.

Al otro día vino su amigo Yuchen a recogerlo ya que no puede caminar. Debía permanecer en reposo por tres semanas y volver a control.

Ya en su casa, Yuchen le dijo que iría a trabajar y que al salir, pasaría por una tienda a comprarle lo que fuera necesario para que comiera esa semana. Pero estaría al pendiente por si necesitaba algo.

Cuando se quedó solo. Volvió a sentirse observado. Intento ignorar la situación y se puso a ver televisión. Después de un rato se cansó, apagó la televisión y sin pensarlo empezó a hablar.

WY - Se que estas aquí, aunque no me respondas. Puedo sentir tu presencia. Solo me gustaría volver a verte o por lo menos escuchar tu voz!! No se porque me salvaste? pero te lo agradezco!... Tienes una sonrisa preciosa... - dijo ruborizándose. y entonces un estremecimiento recorrió su mejilla, se sintió como una caricia. Eso lo hizo sonreír.

XZ - ¡Eres tan tierno!- Y acarició la mejilla de Yibo que estaba en un bello tono rosado.

Desde ese día Yibo empezó a hablar con Zhan, recibiendo pequeñas sensaciones como respuestas. Ya había pasado una semana del accidente y Yibo tenia control en el hospital. El medico le había dicho que ya podía moverse un poco más, pero con cuidado de no sufrir ningún golpe o caída que pudiera dañar nuevamente el hueso. Su amigo Yuchen lo dejó en su casa y se fue a trabajar, dejando a Yibo solo en su departamento.

En ese momento se encontraba en el baño lavando sus dientes para ir a acostarse. Mientras hablaba con Zhan peguntaba que había echo mientras él había ido al médico. Para luego empezar a reírse de sus ocurrencias por que era obvio, que éste había estado a su lado. En ese momento estaba por ir al dormitorio cuando no se dio cuenta que había dejado la toalla en el piso, sus pies se enredaron con la toalla y empezó a caer. Cuando de nuevo sintió a su alrededor esos fuertes brazos que lo sostenían. Frente a él tenia de nuevo a ese hermoso ser. Que su sola visión lo dejaba sin aliento. Éste lo ayudo a pararse bien.

Ahora pudo verlo con más detenimiento. Era un poco más alto que él, de cabello negro como la noche de ojos hermosos y largas pestañas, su cuerpo era delgado pero musculoso. Llevaba puesto un saco y camisa tradicional blanca y un pantalón en el mismo color. Su piel tersa y blanca, parecía tan suave.

Una bella sonrisa estiraba sus hermosos labios rojos. Y Yibo simplemente se quedo mudo ante tal visión. 

Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora