capítulo 4

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XZ - Me alegra que lo escucharas.

WY - ¿Estuviste despierto toda la noche?

XZ - Si. Los ángeles no dormimos.

WY - Cuéntame más acerca de los ángeles.

XZ - ¿Cómo, que quieres saber?

WY - ¿Mm? cuéntame ¿Qué hacen y que no? ¿Son como nosotros?

XZ - Bueno, no comemos como ustedes. No sentimos dolor físico, ni nos lastimamos. Nuestra vida es bastante monótona. Nos quedamos a su lado hasta que deben partir de este mundo. Y luego lo repetimos con otra alma.

WY - Dijiste que no sienten dolor físico. Pero entonces si ¿sienten otro tipo de dolor?

XZ - Si. Sentimos dolor emocional. A través de ustedes podemos sentir tristeza, angustia, miedo, nervios, ese tipo de dolor.

WY - ¿Hay otras emociones que puedes sentir? como alegría, o sea cosas lindas.

XZ - Si. Es lo mismo. Podemos sentir las mismas emociones que ustedes. Solo que nosotros no las percibimos por nosotros mismos si no a través de ustedes. Por ejemplo si yo acaricio tu rostro.

Estiró su mano pasándola suavemente por la mejilla de Yibo, éste cerro sus ojos disfrutando la caricia.

XZ - En mi mano no sentí nada. Pero al estar en contacto con tu piel. Pude sentir el placer que mi caricia te causo, la alegría que inundó tu corazón y el deseo que ésta despertó. que me pide que continúe acariciando el resto de tu cuerpo.

Yibo se sonrojó, Zhan había sentido todo lo que pasaba por su mente y cuerpo, sin que él se lo dijera. *Por suerte no puede leerme la mente o habría visto todas esas escenas eróticas que pasaron por mi cabeza en ese momento* pensó

XZ - De echo si puedo leer tu mente. Se lo que estas pensando en este momento.

Yibo se puso del color de un tomate y tomo las frazadas y se cubrió la cara. Estaba tan avergonzado. Zhan solo sonreía. Ese humano le parecía tan dulce.

XZ - Ya sal de ahí no tengas vergüenza. Es normal que pienses en esas cosas. desde la pubertad que solo piensas en eso.

WY - AAAAAAHHHHH

Se cubrió más Yibo solo quería desaparecer. Como podía esta persona hablar de esas cosas sin inmutarse o morir de la vergüenza. Los ángeles son seres raros. Zhan se reía en silencio viendo como Yibo se cubría la cabeza para que no lo viera sonrojado. Le parecía tan tierno y bello. Le hacía latir fuerte el corazón. Lo abrazo fuerte con todo y frazada.

WY - Oye que estas haciendo suéltame.

XZ - Quería abrazarte. Y ya que no quieres verme, decidí hacerlo así. Para que no te avergüences.

WY - Pero no puedo respirar. Por favor Zhan ya suéltame.

XZ - Pero no es mi culpa que decidieras ocultarte bajo la frazada jajaja.

WY - Basta Zhan por favor, por favor me estoy sofocando.

XZ - Esta bien, esta bien. Lo siento.

En ese momento lo liberó y Yibo se descubrió el rostro aun estaba sonrojado. Zhan pellizcó su mejilla.

XZ - Te ves hermoso avergonzado.

Yibo lo miraba sin poder responder, sus rostros estaban tan cerca casi respiraba el mismo aire que el guardián, si es que éste respiraba.

XZ - Tan lindo . . .

Zhan acorto la distancia y lo beso de una manera tan dulce. Que el castaño se derritió entre sus brazos. Deseaba más, deseaba nunca jamás separarse de Zhan. Su corazón latía descontrolado dentro de su pecho. Se sentía tan feliz que pensó *Soy tan feliz, que no me importaría morir ahora* Zhan se separó de golpe, cortando el beso.

XZ - No digas eso. ¡Jamás lo digas!

WY - ¿Que, que dije?

XZ - Jamás digas que no te importaría morir.- Zhan acunó su rostro con las manos obligándolo a que lo mirara directo a los ojos - Si mueres ya no podría estar a tú lado. Ya no te vería más.

Yibo se quedó petrificado ante las palabras del ángel. La desesperación y el dolor que sus ojos reflejaban fue algo que no esperaba ver. Zhan sentía que un profundo e intenso dolor nacía en su pecho y se extendía lentamente por cada fibra de su ser, como una especie de enredadera amenazando con zofocarlo. Nunca había sentido algo igual, imaginar su vida sin poder ver a Yibo le dolía, le dolía como nunca antes había sentido dolor. Un dolor que nacía de él, de su propio cuerpo. Era la primera sensación real que sentía después de haber descubierto de que estaba enamorado de Yibo. Y era algo que no le gustaba y lo asustaba. Por que si. . . él lo sabía bien. Él era un ángel y Yibo un humano, inevitablemente él iba a morir en algún momento. Y ni él ni nadie podría evitarlo. Y sin que se diera cuenta lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, haciendo que su temor aumentara. Y que Yibo se asustará más todavía ya que no entendía por que Zhan se había puesto así de repente.

WY - ¿Qué . . . Que pasa Zhan?, no entiendo. ¿Por qué te pusiste así? ¿Hice algo mal?

Xiao Zhan intentó calmar sus sentimientos descontrolados para tranquilizar a Yibo pero todo su cuerpo temblaba de miedo. Solo volvió a abrazarlo en silencio, mientras luchaba con todas sus fuerzas por controlar esas emociones nuevas que lo embargaban. Hizo el esfuerzo de hablar.

XZ - Tu . . . Tu nno hiciste nada. Tengo una revolución de sensaciones dentro de mi alma, y no las puedo controlar. Solo dame unos minutos.

Se quedaron así abrazados en la cama por lo que pareció una eternidad. Hasta que por fin Zhan logró recuperarse lo suficiente para liberar a Yibo de su abrazo. Se alejo un poco lo miro a los ojos y lo atrajo a un nuevo beso más dulce y posesivo que el anterior. La mente de Yibo estaba en corto esos besos lo estaban llevando al cielo, su cuerpo empezó a reaccionar al estimulo y deseó ser poseído nuevamente por ese hermoso ángel. Sus manos se pasearon por la espalda de éste hasta llegar a su nuca y así profundizar el beso. El deseo de Zhan se incrementó y comenzó a acariciar el cuerpo de Yibo volvió a hacerlo suyo pero esta vez con tanto amor y delicadeza. Que el castaño sentía que el corazón se le iba a salir del pecho.

Al terminar de hacer el amor Zhan pudo por fin hablar con Yibo de lo que sucedió.

XZ - No quiero asustarte. Pero como tu ángel guardián que soy, no quiero ni deseo mentirte, tampoco ocultarte nada. Escuche tu pensamiento, dijiste que eras tan feliz que podrías morir. Al oír eso algo se apoderó de mi. Los ángeles no sentimos miedo pero hoy mi cuerpo temblaba de terror, y lo peor fue que no podía controlarlo. jamás sentí algo igual. El pensar en que podría perderte me dejó sin aliento. El echo de pensar en que ya no volvería a verte más, me hizo dar cuenta de que, lo que siento por ti, es algo que va más allá de mi propia existencia. No quiero perderte Yibo. . . TE AMO.


Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora