Esperando

320 36 1
                                    


Park Jimin: Nos vemos esta noche en Cyanide. 8 P. M. Te espero en la sala VIP.

Cyanide resultó ser el club nocturno más popular de la ciudad. También pertenecía a la mafia.

Taehyung nunca había estado en un club nocturno.

Recordó haber visto uno por primera vez en la televisión cuando tenía 12 años. Las luces hipnóticas, los cuerpos girando, la música fuerte, todo un montaje en el telón de fondo de la danza de apareamiento de los dos protagonistas, mientras ellos coqueteaban con sus ojos desde el otro lado del club antes de bailar sucio en el suelo, rodeados de cuerpos, tan cerca que Taehyung había querido golpear sus cabezas juntas solo para hacer que se besaran.

Había sido una experiencia enriquecedora. Una experiencia que el doncel había sabido que no era algo para él.

Incluso cuando era niño, ya sabía que no deseaba cosas que no podía tener. En ese entonces estaba asustado, de su padre, de sus enemigos, de sí mismo. Había estado aterrorizado por todas las cosas que sabía que querría si salía de su burbuja. Los clubes nocturnos también lo habían aterrorizado. Las noticias y los informes de chicas y donceles expuestos a alcoholes enriquecidos y drogas para violación en citas solo lo habían hecho más cauteloso.

Más de una década, y ahí estaba, parado frente a su espejo en su tocador. Estudió su reflejo durante un largo minuto. Con sus mechones ahora teñidos de azul cayendo libremente por su frente en suaves ondas, terminó de ponerse sus lentes de contacto transparentes.

Tenía una cara bonita, nada sobre lo que alguien pudiera escribir sonetos, pero agradable de ver. Ligeramente redondeada, con labios en forma de corazón que había resaltado con un poco de brillo rosado, una nariz recta aunque corta que se había perforado una vez, y ojos claros color avellana con motas verdes.

Su cuerpo era menudo, un buen trasero, muslos rellenos ademas de una pequeña y obstinada panza de bebé de la que no podía deshacerse, la cual por cierto solo notaba Taehyung para el resto del mundo su abdomen era plano, suave, pero plano.

Alisando su camisa de seda verde esmeralda que se encontraba abierta en los primeros tres botones dejando que se deslizara un poco por sus hombros mostrando sus clavículas y parte su pecho, con unos pantalones de cuero bastante ajustados

El conjunto en sí era algo que Taehyung nunca había usado antes. Había sido un regalo de cumpleaños que se había comprado a sí mismo, sin saber realmente cuándo, si es que alguna vez, lo usaría. Esta noche parecía perfecto para la ocasión.

La suave tela de la camisa se adhería a su torso, dando forma a su estrecha cintura, el material se ceñía con fuerza justo en el lugar, antes de degradarse en tonos de verde oscuro, la línea ajustada de los pantalones resaltaban perfectamente su trasero y había decidido usar unas botas con tacon negras que ayudaban a estilizar y alargar aún más sus piernas. Taehyung nunca se había vestido así. Pero claro, él tampoco había estado nunca en un club.

Volvió a leer el mensaje en el teléfono, comprobando la hora.

Cyanide era un club de la mafia Ddaeng en la ciudad de su padre.

Taehyung no lo entendía.

Su bando y Ddaeng aparentemente habían sido aliados una vez, hace mucho tiempo, por lo que decía la gente.

Pero algo había cambiado y había nacido la enemistad. Y aunque ahora los dos lados se odiaban con ferocidad, ambos tenían negocios en el territorio del otro, y era un entendimiento silencioso de que si bien los negocios no se verían perjudicados, cualquier indicio de hostilidad eliminaría todas las apuestas.

Taehyung se sorprendió de ser invitado, por decir lo menos. Casi había esperado otro sitio de construcción abandonado con un montón de águilas volando por encima. Pero aparentemente ese era el lugar de las reuniones asesinas. Supuso que debería sentirse aliviado.

The predator Donde viven las historias. Descúbrelo ahora