FUENTES

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Fuentes

Taehyung: Tú también.

Abriendo otra ventana, rápidamente le envió un mensaje de texto a Jimin.

Taehyung: ¿Sería posible que traigan un par de zapatos a la casa de Jungkook desde la mansión? No pensé en ellos anoche.

Jimin: Por supuesto. Los enviaré en 10 minutos. Pasa por mi casa después.

Taehyung: Gracias. ¡Nos vemos en un rato!

Terminando su desayuno, recogió los platos y organizó la cocina, hojeando la lista en el refrigerador, viendo la letra de Jungkook por primera vez. Los trazos eran sorprendentemente rectos, los garabatos masculinos y audaces. Sacudiendo la cabeza, teniendo cuidado con sus pies y siendo liviano con ellos, se guardó el teléfono en el bolsillo y corrió al dormitorio, cerrando la puerta detrás de él m. Dos cerraduras encajaron en su lugar y se dirigió a la puerta principal justo cuando alguien llamó.

Al abrir la puerta, encontró a Vin en el porche llevando una caja de zapatos con él. Ni siquiera parpadeó al verlo vistiendo lo que claramente era la ropa de Jungkook.

—Buenos días, —lo saludó Taehyung con una leve sonrisa.

Él asintió con la cabeza, entregándole la caja en silencio, retrocediendo y esperando. Taehyung frunció el ceño.

—Um, estoy seguro de que tienes mejores cosas que hacer.

—Se supone que debo acompañarlo, Señorito Kim, —le informó Vin en voz baja. —Ordenes.

—¿De quién? —Taehyung preguntó, sacando sus simples y cómodas converse negras y poniéndolas en sus pies.

—El Sr. Park, —respondió él sucintamente.

—¿Qué Park?

—Jimin.

Asintiendo, Taehyung salió al aire fresco de la mañana también, asegurándose de que la puerta estuviera cerrada con llave detrás de él y de que la alarma estuviera encendida.

Hecho eso, se dirigió hacia la casa de Jimin, Vin silencioso detrás de él.

—¿Entraste en mi habitación a buscar los zapatos? — preguntó, tanto para romper el silencio como por curiosidad. —Sí, Señorito. Kim, —él dijo, mirando hacia adelante.

Taehyung estudió al hombre sombrío, definitivamente más joven que Jungkook, pero mayor que Taehyung, con el cabello tan corto que casi le llegaba al cuero cabelludo, y él trató de imaginárselo revolviendo su muy delicado armario en busca de calzado.

—Llámame Taehyung, por favor, —le corrigió. —
¿Estaba organizada la habitación? —Preguntó Taehyung, arriesgándose.

Si Jimin había enviado al hombre a su habitación y al lugar de Jungkook, entonces claramente confiaba en él hasta cierto punto. Y Jimin se había ganado su confianza, así que, por extensión, iba a tratar a Vin como uno de los buenos.

—No, —dijo, sus ojos parpadeando hacia Taehyung antes de seguir adelante. — Era un desastre. Las cosas no estaban en su lugar.

Esto significaba que, aparte de la evidencia de su lucha, alguien también había destrozado la habitación.

Pero, ¿con qué fin? ¿Rabia o buscaban algo?

Caminar por los extensos jardines a plena luz del día era un gran contraste con correr a través de ellos en la oscuridad total. La mansión se alzaba en la distancia, como siempre, como una bestia. Había actividad a su alrededor, quizás una limpieza de la fiesta de la noche
anterior. Taehyung volvió sus ojos hacia la casa de Jimin, el lugar que había sido su refugio, su refugio en su momento de necesidad.

The predator Donde viven las historias. Descúbrelo ahora