Parte 8

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          Te acercas con prisa al muchacho y le hablas directamente, este se sorprende tanto que se desconcierta por un momento. Le preguntas qué es lo que planea y le dices que sospechas que hay algo muy raro en él. De pronto, el chico reacciona al notar que el anciano entró a una de las tantas tiendas de la zona.

          —Estás demente. ¿Cómo que hay algo raro conmigo? Tú eres quien me ha estado siguiendo todo este tiempo. Si hay una persona rara y con malas intenciones aquí, eres tú.

          ¿Entonces sí tenía malas intenciones? Le cuestionaste lo que acababa de decir y trataste de excusar tu comportamiento ante la sospecha que tenías. Al principio solo había sido por curiosidad y asombro, pero no podías decirle eso ¿verdad?

          —Déjame en paz, no tienes derecho de seguirme, y mis asuntos son cosa mía y de nadie más. —El joven observó de nuevo la tienda donde había entrado aquel hombre y con apuro se acercó a ella.

          Insististe en que te diese alguna explicación, impidiendo que la distancia entre ustedes se acortase.

          —¿Explicación sobre qué? ¿Tus alucinaciones? Lárgate —exigió el chico mientras caminaba por los pasillos del establecimiento, mirando a su alrededor.

          Continuaste detrás de él, haciéndole preguntas y asegurando que no habías imaginado nada, que sabías que ocultaba algo.

          —Lo único que estoy tratando de ocultar son mis ganas de darte un... —soltó enojado, para luego quedarse callado al darse cuenta de que el anciano estaba cerca. Aceleró el paso para encontrarse con él mientras te dirigía otras palabras sin mirarte—. Aléjate de mí, te lo advierto.

          El hombre permaneció quieto, mirando algunos de los productos de los estantes. El muchacho, estando ya en el mismo pasillo, comenzó a acercarse lentamente mientras fingía revisar los artículos.

          Ya habías llegado muy lejos e incluso habías confrontado al extraño a pesar de la manera en la que podía reaccionar. Así que te acercaste una vez más, insistiendo en que te explicara todo.

          —¿Q-qué? —balbuceó el joven extraño al mirarte—. No estorbes —respondió en voz baja, frunciendo el ceño, cada vez más irritado.

          El anciano volteó a verlos con desagrado y se alejó del lugar de inmediato.

          —No —exclamó el chico, apresurándose a seguirlo.

          El anciano ya estaba frente a la cajera, pagando sus compras del día.

          —¡Maldita sea! Esto es tú culpa —gritó el chico mientras te señalaba—. Arruinaste todo, ¡maldito humano!

          Sus ojos habían cambiado de color, uno de ellos ahora tenía dos iris y en su boca se podían ver sin lugar a duda un par de filas de dientes puntiagudos. No pudiste evitar sobresaltarte y preguntarle, de forma casi automática, qué rayos era y por qué tenía colmillos y cola. Al escucharte, el muchacho se sorprendió y ocultó todos sus rasgos monstruosos al instante, te miró con nerviosismo y huyó del lugar.

          Fuiste tras él. La persecución había sido bastante complicada. La criatura trataba de perderte entre la multitud, giraba en cada esquina que encontraba e incluso intentó escapar en un taxi, pero este parecía no haberlo notado, por lo que no se detuvo. Finalmente, cuando creías que ibas a alcanzarlo, lo perdiste de vista de nuevo. Miraste por todos lados, pero no había señal de él. Insististe un rato, observando los alrededores, y cuando estabas a punto de rendirte, el ruido de las hojas llamó tu atención. Era como si alguien hubiera bajado súbitamente de un árbol. Miraste detrás de ti y, en efecto, las ramas de un fresno se estaban moviendo. Un sonido extraño te alertó, pero sin pensarlo ni un segundo corriste hacía esa dirección, hasta un callejón largo y oscuro. En el fondo, una especie de portal se había abierto y el chico había cruzado al otro lado. Ahora tenía orejas largas que terminaban en punta, la cola había regresado y un par de cuernos sobresalían de su cabeza. Al escucharte, el demonio miró hacia atrás, asustado.


¿Qué harás?


Camino 1:

Huyes del lugar lo más rápido que puedes.

Ve a la parte 11

Camino 2:

Entras en el portal antes de que se cierre.

Ve a la parte 10

¿Qué pasó ese día?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora