Typa Girl

[5]

LISA

Miraba las malditas planillas en sus manos y el estrés le comenzaba a soplar la nuca. Lisa odiaba estos periodos de cierre mensual, todo la responsabilidad contable estaba sobre ella. Cada sector tenía su propio desmadre, pero el de ella era fundamental. De ella dependía que el querido director pateara —o no— a la calle a alguna persona por su mal qué hacer.  

El sonido de su teléfono la hizo bajar la mirada. Jennie estaba enloqueciendo a Lisa estos últimos días dado su pautado encuentro con el primo de Taehyung. Su amiga estaba más ansiosa que cualquier otra persona por reunirse con el chico aquel, y Lisa estaba comenzando a arrepentirse de haber aceptado tal disparate. 

—No existe tal cosa como un tipo ideal.—bufó leyendo el último comentario de Jennie.

Cuando terminó de guardar su aparato en el bolsillo de su chaqueta, accidentalmente se topó con una persona frente a ella. Sus ojos se centraron en las planillas volando por los aires, en ese instante reparo que era una figura masculina.

—Lo siento tanto.—se disculpó el chico ayudando a recolectar los papeles que había logrado hacerle volar por todos lados.

—Esta bien. Es mi culpa por caminar distraida.—dijo de inmediato recolectando los demás papeles.

Miro al frente y él amable muchacho tenía el ceño arrugado como un niño pequeño, cosa que le pareció adorable por un segundo.

—De ninguna manera, es mi culpa por estar atento a ese estúpido aparato.—repitió el muchacho. Lisa no pudo evitar que una risa se escapara de sus labios tras esas líneas tan infantiles. 

El chico elevó la cabeza y sus miradas se encontraron al instante. Un repentino escalofrío la recorrió cuando sus ojos dieron con aquellos tan grandes y brillantes frente a ella. Silencio. Tal vez solo fueron microsegundos, pero por alguna razón se sintieron eternos. Él tenía sus orejas rojas, cosa que Lisa nuevamente consideró tierno. ¿Qué demonios estaba pensando? 

Era guapo. Muy guapo en realidad. A Lisa le llamó la atención los pequeños agujeros en su labio inferior ¿Un aro tal vez? Le resultó sumamente atractivo imaginarlo con metal en sus labios. Sonrió por aquel pensamiento. Definitivamente este era el famoso nuevo del 7mo.

—Gracias.—dijo y tomó el último papel en la mano del chico. Tenía mucho por terminar por lo que tenía que apresurarse.  

Irguiendo su postura quedó de pie frente al chico arrodillado en el suelo. Nuevamente su mente perversa imaginó un posible escenario donde ese chico estaría haciendo otra cosa por ella desde esa posición. —Maldito celibato.—se reclamó para sí. 

—Oh. Si. De nada.—contestó sin más el muchacho. 

Era alto. Al menos una cabeza de diferencia y eso que sus tacones no eran tan pequeños y ella no era tan baja. Por un segundo la idea de abrazarlo se vio tentadora. Sonrió de nuevo como idiota por aquella idea. Asintió respetuosamente y escapó de allí, porque nuevamente su amiga y esa bendita cita volvieron a su mente. 

—Espero que al menos sea dos veces más guapo que plan B. Porque recién tuve de frente a un adonis.—mandó el mensaje a Jennie.

Llegando al elevador el recuerdo de esos ojos grandes y brillantes como un dulce bambi en el irresistible envase de un adonis, la atacó.

[...]

El trabajo había concluído finalmente. Restaba solo un día más de rutina, pero este había sido sin duda el más difícil y pesado de la semana. Miro al rededor de la oficina, y como siempre nadie estaba allí cuando el reloj marcaba las seis. Nadie más que ella restaba en la oficina. Como siempre. Por lo que era su momento preferido para fumar un cigarrillo en el balcón del jefe. Pero por primera vez había olvidado comprar una caja de ellos. Bufó con frustración, pero al momento una nube de humo llegó a ella. Miró hacía arriba y vió una figura masculina en la terraza.