[10] Final

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LISA

¿Estábamos destinados a ser felices?

Nunca había tenido mucha fe en el amor o en los milagros. Nunca quiso poner a su corazón sobre la línea de fuego. Pero ahora estaba nadando en aguas peligrosas. Los besos que había compartido con el chico frente a ella lograron sacudir su interior. No pudo evitar sentirse encerrada en el cielo —por mucho tiempo— ella simplemente había llegado a un lugar que desconocía por completo. Y tenía miedo. 

Jungkook era su tipo, — si aquello era real— definitivamente él estaba en la cima. La sonrisa en sus labios mientras que la miraba —con completa adoración en sus ojos— abría puertas que Lisa no sabía que tenía cerradas o siquiera que existían. Pero deseaba quedarse allí —esta vez— no quería huir. Ese chico tan rudo por fuera pero a la misma vez, suave por dentro. La estaba enloqueciendo. Era un especie de paraíso para los pecadores. 

Conoció a un chico que era auténtico y amable. No como los otros que solía encontrar. Mientras ella inclina su cabeza sobre su hombro para intentar buscar respuestas en sus ojos, el chico se ruborizó. Ese contraste perfecto entre su actitud y su apariencia derretía cada vez más el corazón de la chica. Ella había esperado encontrar algún día a alguien así. Un chico que en sus mejores fantasías viniera y le salvara la vida. Pero siempre creyó que eso no existía, que nunca encontraría a alguien como él. Principalmente, ella misma. Sonrió pensando en Jennie. Ella realmente la conocía a la perfección, incluso más de lo que ella sabría de si. Los latidos de su corazón estaban a la carrera, si moría, deseaba no despertar. Pero él era más que solo un sueño.

—Lisa entonces.—habló. Ella asintió con una sonrisa ladina.—¿Quién eres?—preguntó.

—La chica del 8vo.—bromeó por recordar aquella forma de ser recordados. Ambos rieron.

—Quiero saber de tí.—pidió.—Aunque algunas cosas me han dicho. Prefiero la fuente.—comentó.

—Bien.—sonrió.—Tengo 24 años, estoy proxima a recibirme de contaduría. Trabajo en el mismo lugar que tú.—bromeó.

—Desearía saber que te gusta, qué cosas terrenales podemos compartir.—dijo.

—¿Terrenales?—repitió confundida. Él rió.— Lejos estoy de ser una diosa.—añadió entre risas.

—Para mi, realmente eres otra liga.—dió aquel cumplido que por primera vez logró ruborizar a Lisa.

Luego de una pausa silenciosa en la que Lisa logró regular sus tontos latidos, porque ella estaba sintiéndose como una adolescente a causa del muchacho.

—Me gusta el chocolate, amo las películas de acción. Aunque un buen romance no me quitaría el sueño.—sonrió.—Adoro escuchar música a todas horas, me gusta bailar, me gusta mucho mi trabajo y mi carrera, mis amigos, el café amargo y la cerveza. Me gusta mi libertad...—dijo.—¿Que hay de tí Jeon Jungkook?—remarcó aquel nombre que quedaría grabado en su mente.

—También tengo 24 años, también me gusta el chocolate, las mismas películas.—sonrió.—La buena música, mi trabajo, mi carrera que está próxima a cerrarse. Mis amigos, mi familia, el café amargo, la cerveza. Y mis sueños.—dijo.—Antes no sabía apreciar la libertad como tú lo manifiestas. Pero ahora, puedo entender a qué te refieres.—concluyó.

—Bueno, tenemos bastante en común por lo que parece.—rieron.—Jennie me había hablado de tú última pareja. ¿Por ella lo dices?—se atrevió a preguntar.—No tenemos que hablar si no te sientes cómodo.—se disculpó.

—No hay problema.—sonrió.—Ella era dos años mayor.—dijo.

—Te gustan mayores.—molestó.—A mi también.—añadió divertida.

Typa GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora