Desde hace meses Jennie estaba preparando un encuentro entre su mejor amiga-Lisa- y el querido primo de su novio-Jungkook- quien era un chico muy encantador del cual no tardó en hacerse amiga.
Jungkook no estaba demasiado convencido de concretar di...
Seis meses eran lo que llevaban Jungkook y Lisa en pareja. Su relación iba cuesta arriba. Ambos jóvenes se entendían a la perfección y su necesidad de tenerse el uno al otro cuando se cruzaban en la oficina los obligó a revelar el compromiso en el que ellos estaban. Miles de seguidores de ese par se veían entre sorprendidos por la inesperada relación, a su vez que decepcionados por no tener oportunidad alguna con ellos. Pero pasado el tiempo se convirtieron en la pareja más envidiada del lugar.
—Detesto como nos observan en la oficina.—dijo Lisa mientras arreglaba su maquillaje frente al tocador.—La novedad ya paso, pero continúan viendo como si fuera algo nuevo.—comentó con frustración.
Jungkook sonrió de lado al ver cómo se formaba un puchero en sus labios mientras su novia resoplaba frente al espejo. Se acercó por detras y hábilmente atrapó su cintura entre sus brazos.
—Arruinaras mi maquillaje Kook...—bufó. El chico sonrió y beso delicadamente su nuca.
—Estan celosos de que estas conmigo. De que la chica más hermosa del universo es mía.—explicó. Lisa sonrió mordiendo sus labios, mirando sus ojos mediante el reflejo del espejo.
Él también le sonrió.
—Debería decir lo mismo.—comentó. Sonrieron. Lentamente volteó quedando frente a frente.
—Somos la mejor combinación. Cerremos ahí.—concluyó el chico. Asintió de acuerdo.
El sonido de la alarma del aparato de Lisa, anunciaba que debían partir de inmediato.
—Vamos.—dijo dejando un último beso en sus labios. El chico apretó más su cintura.
—Tengo papeleo importante que entregar.—atrapó el labio inferior de la chica entre dientes—Solo por ello te salvas de que no te arranqué esa falda diminuta que te cargas hoy.—habló. Ella sonrió divertida.—¿Es una especie de trampa para distraerme hoy?—preguntó con diversión.
Lisa sonrió entre besos.
—Pensé que sería divertido encontrarnos en la azotea en el almuerzo...—dijo con completa insinuación. Jungkook tragó duro.—¿Tiene miedo señor Jeon?—desafió.
—En lo absoluto señorita Manobal.—aceptó el desafió.
—Vamos tarde.—soltó por último antes de correr por su bolso.
Jungkook intentó regular la respiración y calmar su acelerado corazón a la vez que respiraba profundamente —repetidas veces— intentando bajar la evidente protuberancia en su entrepierna. Lisa lo observó desde la entrada y comenzó a reír camino al elevador de su edificio.
—Es injusto.—bufó.—Ella va a matarme un día.—suspiró por última vez y salió del departamento de su novia.
Así eran los días de esa pareja desde hace unos meses.
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