Primeras Potencias [Countryhumans]

Third Reich

Cuando la nazi apareció, fue en el lugar menos acordé para Estados Unidos.

— Deberías aceptar que haz perdido.— Estados Unidos salto de su puesto asustado cuando la alemana apareció de repente sentada en la mesa frente a él. Con sus piernas cruzadas y su uniforme impecable a pesar de la muerte. — Podrías disfrutar estos últimos momentos haciendo cosas más divertidas, como matar a Israel.

El anglosajón trato de ignorar y seguir escuchando a la reunión de ONU. China era quien estaba hablando sobre su proyecto de la ruta de la seda, un proyecto que casi todos están maravillados por la ingeniería y lo ambicioso que era, podía ver la cara de los países muy emocionados con esa idea, algo que, Estados Unidos sintió un poco de molestia.

— Todos hemos perdido. — Pero la alemana siguió hablando, a pesar de lo incómodo que esto le causaba a Estados Unidos. — Tú perderás, igual que yo lo hice.

Maldita sea, tenía una fascista sentada en su mesa que se supone que había muerto 80 años atrás. ¡Él único que podía verla era él!, Y eso era lo más frustrante del asunto, que seguramente si decía algo, OMS lo internaría a un maldito manicomio.

— Tú. Perdiste una guerra y te suicidaste. — Susurro por lo bajo tratando de no hacer notorio que estaba hablando con un fantasma — Estamos en situaciones muy distintas.

La alemana ladeo su cabeza, luciendo pensativa ante esas declaraciones. Su vista viajo a su hijo, Alemania, quien estaba concentrado en su trabajo, una gran nación que ya había dejado los oscuros años de la guerra atrás, y Third Reich sonrió ante eso.

— No acepte mi derrota a tiempo. Solo prolongue lo inevitable. — Ella continúo. Y Estados Unidos podía sentir las miradas confundidas de algunos latinos y además de Canadá y Groenlandia. ¿Con quién se suponía que estaba hablando? — Tú estás haciendo lo mismo. No prologues algo que pasará.

¿Con quién demonios estaba susurrando tanto la primera potencia? Groenlandia no lo sabía y eso era extraño.

— No, no lo hará. Ganaré. — Y por un momento, se le olvidó que no estaba solo. Solo quería negar todas las posibilidades de una eventual muerte.

— Ambos sabemos que no lo harás. — Estados Unidos volteo a ver a China, quien estaba siendo elogiado por casi todos los países, incluyendo a su… Padre, Reino Unido. — perderás y será doloroso. Ya deja la negación, ya deja de pelear, ya perdiste.

Estados Unidos la miro molestó. Detrás de esas gafas oscuras de sol, se prendió una llama que Third Reich pudo identificar de inmediato, estaba molesto, había despertado la rabia en ese momento.

— ¿¡TE QUIERES CALLAR MALDITA NAZI!? — Grito en cólera. Levantándose de su puesto de golpe y encarando a la fantasma, quien ni se inmutó un poco ante el grito, ella era toda una ex militar, que no le importaba que un estúpido hombre le gritará en la cara.

Ella se hizo un gesto de “molestia”

— ¿Cómo vas a lastimar a mi hijo así? — Pregunto la alemán entre un tono de enfadó fingida y una burla.

¿Cómo que hijo?

Pero, él no se había burlado de Alemania.

Oh.

Fuck. 

Ahí que se dio cuenta de su error.

Abrió sus ojos heterocromanicos de golpe, volteando lentamente a ver la sala que se había fundado en un silencio terrorífico mirando al americano, para posterior mirar al alemán que había tomando la palabra unos segundos atrás para preguntarle algo a China referente al tema.

Al parecer, todo en esa sala, pensaron que Estados Unidos había llamado Nazi a Alemania.

Eso no lo dejo muy bien parado a juzgar por las miradas molestas de algunos de los aliados y amigos del alemán.

Alemania estaba sorprendido, y obviamente afectada por ese comentario, que bajo su cabeza, y se volvió a sentar en silencio sin emitir una palabra, sintiéndose terriblemente mal por esas palabras, siendo consolado por Rusia que miro no muy contento al americano.

— ¿¡Cual es tu problema!? — Rusia alzó la voz, dispuesto a tener una discusión con el estadounidense cómo era habitual.

Pero Estados Unidos estaba tan cohibido que apenas podía pronunciar algo.

Él no era de las naciones que corrían de sus problemas, siempre se quedaba en su lugar y probablemente todos pensaron que Estados Unidos y Rusia iban a tener una fuerte pelea como era de costumbre. Pero Estados Unidos pudo escuchar con perfección como una grieta nueva se hacia presente en sus brazos, un ruido muy alto para su gusto.

Un desgarrar probablemente Canadá y México habían escuchado por sus expresiones buscando de donde había venido aquel sonido, una grieta tan grande que el maquillaje no pudo ocultar, así que, ante todo pronóstico y sorpresa, la primera potencia salió corriendo de ahí, azotando la puerta mientras el dolor insufrible de las grietas se hacía presente.

Paró después de correr lo que fueron minutos enteros.

Con lágrimas colarse en sus mejilla y sosteniendo su brazo dónde se encontraba una horroriza grieta más grande que las otras por escándalo. Dolía, dolía mucho, y odiaba verla todos los días al levantarse, odiaba tener que ocultarlas y que al final siempre salían más y más.

Lo que lo consolaba es que aún no llevaba a su cuello, todos sabían que cuando las grietas llegaban al cuello, era una sentencia de muerte segura. Tenía tiempo ¿No?, aún podía ganar.

¿No?

— Será doloroso, Estados Unidos de América. — La alemana seguía ahí, firme. — Si sigues así, va ser muy doloroso. Tú lo sabes, más que nadie, tú lo sabes.

Por qué Third Reich se suicidó en la Segunda guerra mundial, quedando como la villana por sus actos tan atroces siendo solo recordada para demostrar errores que jamás se deben demostrar. Sus hijos la odiaron hasta el última fibra de su ser y ella quedó humillada, y dolorosamente recordada como una de las genocidas más grandes de la historia.

Estados Unidos grito, grito de la rabia, golpeando la pared donde estaba la alemana con desesperó, volver alcanzar ese cuerpo que no era material y poder callarla de una vez y por todas.

Pero no pasó, y Third Reich simplemente nego con la cabeza para desaparecer por el momento.

Dejando a la primera potencia con un ataque de irá, insultando a los aires, golpeando lo que sea y destruyéndose más y más.