Charlotte desea tanto una familia que llega a las manos de una tan amorosa y leal, pero disfuncional.
Sin intención de hacer aquello, la pequeña viaja directo a los brazos de los hermanos Winchester y empieza su odisea.
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LA OJIAZUL MIRABA ATENTAMENTE LO QUE HACIA LA MADRE MARY, la mujer dueña del orfanato y una mujer regordeta que era horrenda con Charlotte.
Ella creía que la odiaba por su actitud, distinta a la de cualquier niña de 10 años normal, Lott era amargada, probablemente era genética y ella no lo sabía.
—Te vas a quedar aquí, Charlotte, no quiero peros — la mujer mira para todas partes y suspira, toma el control de la televisión y se lo entrega a la niña.
La única fascinación de la niña era la televisión, adoraba las series de seres sobrenaturales, como Supernatural y Teen Wolf, que la verdad no eran muy apropiadas para ella pero igual las veía.
A ella le encantaría tener un hermano como Dean. Alguien que la quisiera tanto como el rubio quería a Sam.
Apoyó su cabeza entre sus brazos y miró con pena la serie, de verdad quería algo así.
Y de repente, Charlotte cayó hacia atrás por querer sacar un poco de dulces de la vitrina tras de ella, pero en lugar de caer en el suelo alfombrado de la Madre Mary, cayó en suelo asfaltado.
Unas luces y un bocinazo la dejó helada, ¿cómo había pasado de estar en el orfanato a estar a punto que la atropellaran?
El auto frena y un hombre baja de él, Charlotte siente que el aire le falta cuando ve a Dean Winchester frente a ella.
—¡¿No ves que esto es una autopista, niña?!
—Dean — y Sam Winchester habla, Lott podría gritar en ese momento —, no grites, estás asustando a la niña.
•••••
Charlotte se mantuvo callada hasta que llegaron a un motel en la carretera, Sam pidió una habitación con tres camas y entraron.
—¿Puedes darnos el número de tus padres? ¿O su dirección? — pregunta Sam en una voz calmada.
Dean y Sam sienten que algo no está bien cuando a la niña se le desfigura la cara con dolor, Charlotte pestañea tratando de no pensar en el día que arribó al orfanato.
—No tengo padres ni hogar — murmura.
Sam siente el peso de sus palabras con la respuesta de la niña, había cometido un error. Claro que el castaño no sabía que ella era huérfana, pero aún así, él se sintió mal al suponer antes de preguntar.
—¿Dónde vives?
Lott mira el piso brevemente antes de volver a mirar los ojos verdes de Sam Winchester.
—En el Orfanato para niñas de la Madre Mary. Queda en Wyoming.
—¡¿Wyoming?! ¡Eso está a 25 horas de acá! — exclama Dean, sin poder contenerse. Sam le da una mirada molesta a su hermano mayor.
—¿Puedes contarnos que pasó,... — Sam espera a que la niña diga su nombre.
—Soy Charlotte. Solo Charlotte.
—¿Cómo llegaste a Nueva Orleans, Charlotte?
—No lo sé — Charlotte alterna su mirada de un hermano al otro y cierra los ojos, tratando de pensar claramente —, estaba sentada viendo televisión en la habitación de la Madre Mary y pensé "que bonito sería tener hermanos...." me caí y aparecí acá, frente a su auto.
Dean no oculta su cara de escepticismo, en cambio, pasa a estar alerta. Charlotte lo nota, y quiere aclararlo, pero teme que al decirlo todo, cometa un error aún más grande.
Sam se levanta de la posición en que se encontraba, acuclillado frente a la niña y se acerca a su hermano, alejándose para que Charlotte no escuche.
—Ya terminamos nuestro trabajo aquí, podemos llevarla allá.
—¿Qué? Sam, no — Dean niega —. Estamos buscando a papá, ¿recuerdas?
—Mírala, Dean.
—¿No has pensado que puede ser... ya sabes?
Sam niega.
—No lo es.
••••••
Los hermanos aún discutían de manera "sutil", para no alertar a la niña que iba en el asiento trasero.
Charlotte mira por la ventana y sus ojos se iluminan.
—¿Podemos parar? Por favor, necesito ir al baño — pide, tratando de ser educada como la Madre Mary siempre le decía que fuera.
Dean le da un vistazo por el espejo retrovisor y se cambia de pista para entrar a la gasolinería. Cuando paran, Charlotte se baja con rapidez del auto y corre al baño.
Cuando sale del cubículo, se siente mejor y satisfecha de haber podido orinar. Se lava las manos y justo cuando se mira al espejo, ve a la mujer que había estado ahí. Era delgada y pelirroja, con una sonrisa siniestra.
Charlotte puede ver su verdadero rostro, y es horrible. Pero es peor cuando sus sospechas se hacen reales y la mujer le muestra sus ojos negros. La niña grita y estira sus manos para que no le pase nada, pero nada ocurre.
La mujer que estaba a punto de apuñalarla, había explotado. Sam y Dean entran al baño con sus pistolas a mano y miran a la niña que estaba llorando, llena de sangre.
—¿Qué ocurrió?
—Ha-había una mujer y luego explotó, tenía un cuchillo — solloza —. Era horrenda, su cara... tenía ojos negros... completamente negros.
La niña es sacada del baño por Dean, quien parece sentir pena por ella para hacer eso.
La ayuda a limpiarse con una toalla pequeña, Charlotte puede sentir su mirada de lástima. Y también interrogante.
Cuando Sam sale, niega. Dean le dice a Charlotte que entre al auto y se van rápidamente. La niña tenía puesta la chaqueta de Dean para no tener frío debido a lo mojada que su ropa estaba debido a la sangre.
—No sé que está pasando, solo quiero... ir a donde pertenezco — susurra, lo suficientemente alto para que Sam y Dean escuchen.
Entonces Dean frena de la nada, ocasionando que Charlotte casi se ahorque con su cinturón de seguridad y Sam se golpee la cabeza.
—¡Dean!
Pero el rubio apunta adelante, donde había caído un sobre. Los hermanos se miran y luego a la niña, Sam se baja y toma el sobre.
Charlotte, estaba escrito en letra cursiva en frente. El castaño vuelve a subir al auto y le entrega la carta a la niña.
"Siento hacerte esto, créeme, yo también me sentí así la primera vez... lo único que puedo decir es que las cosas mejoran... No hay manera de volver, estás ahí para siempre. Pero, este es un pequeño regalo
Charlotte futura."
Una luz los cega momentáneamente y luego la niña tiene en sus manos una tarjeta de débito. Y ropa limpia puesta.
—Creo que no me siento muy bien — dice y todo se vuelve negro.