Charlotte desea tanto una familia que llega a las manos de una tan amorosa y leal, pero disfuncional.
Sin intención de hacer aquello, la pequeña viaja directo a los brazos de los hermanos Winchester y empieza su odisea.
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PARA SABER COMO LLEGÓ A ESA SITUACIÓN DE ESTAR SENTADA JUNTO A STILES STILINSKI, primero tenían que saber lo que ocurrió la noche anterior.
Los Alfas la habían atado y usado a su antojo, ordenando a la bruja un hechizo protector. Sabían que los esperaba. Y ahí empieza todo, hasta su hermano estaba ahí.
—Hey, Scott — Stiles mueve el hombro de su amigo y logra sacar no solo al hombre lobo de sus pensamientos, si no que también a la bruja —¿Estás bien?
Kali, una de las alfas la tenía sujeta, esperando la llegada de McCall y Derek Hale. Charlotte solo conocía al que era su compañero de escuela, aunque claro que conocía a Derek también, pero no lo había visto aún.
Cuando Scott la ve, siente un poco de culpa por no creerle a Stiles. Aunque más que una acompañante de los Alfas, parecía carnada.
Charlotte deja de estar en sus recuerdos cuando Stiles le da un golpe en el hombro.
—¿No hay nada que puedas hacer?
La bruja lo mira mal.
—¿Después de que me obligaran a venir con ustedes y abandonar a mi hermano herido?
El recuerdo la ahoga, ver caer a Dean junto a Derek la invade y ella se tensa. Sabía que Dean estaba bien, tenía que estarlo, no había una muerte como tal en la serie.
No pudo ir a verlo por si misma, fue sacada de ahí por Isaac, el otro beta. Y la llevo junto con Scott a la casa del último.
La habían interrogado, de manera nada exitosa al ver que ella no decía nada, parecía en trance.
—Hay que parar para ver bien su herida — murmura, después de todo no tenía nada contra Scott —. Hablaré con el entrenador para ver si nos detenemos.
Stiles se mueve para dejar pasar a la chica y la ve caminar hacia el entrenador, Charlotte le dice unas cuantas palabras y luego se voltea, mirando a Stiles. Cuando vuelve suspira y se tapa la cara.
—Dijo que pararemos en unos minutos, hay unos baños un poco mas allá.
—¿No te dijo que no? ¿Que le dijiste?
—Que me sentía mal porque estoy en mis días — responde, dándole la espalda al castaño para observar a Scott —. Mantén tu mente fuera del dolor, piensa en tus amigos.
—¿Cómo puedes decirme eso cuando tú estás igual? — la mirada del hombre lobo es triste, el apunta su estómago y Charlotte hace una mueca —¿No estás preocupada en lo que te pasará si eso sana?
