Capítulo 5.

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Había sido un día pesado en el trabajo

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Había sido un día pesado en el trabajo. Para mí gran fortuna, Atanas no se había presentado, lo cual era un alivio.

No supe cómo explicarle a Christina porque había salido corriendo de su oficina, ni porque los botones de mi blusa estaban mal abrochados. Tampoco es como si hubiera insistido mucho en el tema, lo cual agradecía.

Mis manos iban mejor, debía seguir teniendo cuidado ya que una de ellas, la izquierda para ser más específica, había recibido una herida profunda. Si hacía mucho esfuerzo, está volvía a abrirse.

Quería ir a dormir aquella noche.

Mi teléfono sonó a través de mi departamento, era raro que alguien me llamara, en realidad. Lo tome y deslice el dedo para contestar.

—Hola, cariño. ¿Cómo estás?— la voz de mi madre salió de este. Les había enviado un mensaje a mis padres sobre cómo me había ido esta última semana, además de contarles sobre mi herida.

—Hola, mamá. —Sonreí. —Todo está de maravilla, justo acabo de llegar del trabajo. —Camine hasta mi cama, me quite los tacones uno por uno.

—Qué bueno, mi niña. ¿Qué tal te va con ese jefe gruñón del que tanto hablas?

El mencionar a Atanas dentro de mis desgracias se había vuelto una mala costumbre, mis padres en realidad no sabían que él y yo habíamos estado juntos en el club, ni mucho menos les podía confesar lo de la oficina.

Solo era el hombre frío y amargado que manchaba mis tranquilas mañanas en el trabajo.

—Todo bien, en realidad hoy no se presentó en la oficina. —Reí.

—Me preocupa el tipo de postura que está utilizando en contra tuya, hadita. —Mi padre Intervino, me sospechaba que andaba por ahí en silencio.

—Papá, no te preocupes. Ustedes criaron a una mujer fuerte y segura, no me dejaré amedrentar por alguien como él.

—Lo sé, cariño. —Lo oí suspirar desde el otro lado. —Aunque, si necesitas un poco de ayuda recuerda que aún tengo ese viejo machete al fondo del establo.

Mi madre le dio un golpe y él solo soltó un quejido seguido de una risa.

—No vas a usar ese machete contra el jefe de la niña. —Le reclamo. Mi padre río completamente divertido.

—Les prometo que no tendrán que usar ese machete ni nada parecido. Confíen en mí. —Sonreí aun sabiendo que ellos no podrían verme. —Cambiando de tema, la siguiente semana recibiré mi primer cheque, así que les enviaré todo el dinero que pueda.

—No, mi niña. No te preocupes por nosotros, utiliza el dinero en ti. —Imagine la dulce expresión de mi padre.

—Vine aquí por ustedes, todo lo que haga se los daré, se los prometí. —Me recosté de lado, y observe la noche llegar desde mi ventana. —Además, no tengo de qué preocuparme ahora. El departamento está bien, la empresa me da alimento, no necesito comprar ropa. De verdad estoy bien, ustedes lo necesitan más.

You'll Be Mine Forever [+18] [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora