Capítulo 7.

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Me levante con mucha energía

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Me levante con mucha energía. Era domingo y mi pago había caído en mi cuenta bancaria, antes de lo que debía. Ya había enviado el dinero prometido a mis padres.

Fui directamente al centro comercial más cercano, no solo para comprar comida, haría lo que mi papá había dicho.

Incluso había escrito una larga lista de decoraciones que me gustaría comprar, algunas para mi departamento y otras para mi escritorio en la oficina.

Ya me preocuparía después que tan de acuerdo o desacuerdo estuviera Atanas. Al final, si podía demostrarle que se veía bonito, tal vez podría dejarme tenerlo.

No había pensado tanto él. Deseaba creer que aún nos odiábamos al menos un poco, y que nuestros actos esa noche no habían significado nada. Aunque eso no tenía nada de verdad.

Tome una larga lista de alimentos necesarios para desayunos y cenas. Té de manzanilla, azúcar, queso, jamón, salchichas, un poco de leche y un paquete de galletas de chocolate. Nada muy elaborado. Mi carrito de compras se veía casi vacío, aunque en parte era la intención.

Camine hasta la sección de decoraciones de hogar, y comencé a bajar la velocidad conforme iba viendo cosas interesantes. Desde relojes de pared de marrones cálidos, que simulaban un aspecto antiguo hasta marcos de plástico de colores brillantes.

Había meditado que clase de decoraciones quería. Pensé en colores vivos y pasteles. Pasé por un estante lleno de organizadores transparentes, y tome seis de ellos, cuidando de que fueran de diferentes tamaños. Ya después me tomaría el tiempo de pintarlos a juego con una paleta pastel con figuras tiernas y poco geométricas.

Tome un reloj de pared del tamaño de un disco de vinilo, con un fondo crema y contorno en plástico color rosa pálido. Era una decoración sencilla, los número al interior eran de un rosa más profundo, con una ligera capa de un material brillante.

Observe con detenimiento una pieza de madera en forma de flores y la palabra "Bienvenido". Pintada con una ligera capa de pintura blanca y un rosa pálido en los pétalos. No es que esperara recibir visitas pero era una pieza bastante linda.

Elegí un lapicero liso con diseño de falso mármol. Pensé que iría muy acorde con el estilo de la oficina. Luego, visualice un adorno de una serpiente dorada que rodeaba un rosal del mismo tono, pensé que era algo extravagante para solo ser un contenedor de clips para papel.

Me encogí de hombros y lo avente a mi carrito.

Seguí caminando, avente un par de objetos más de oficina y algunas marcos de diferentes colores pastel. Tenía una caja llena de diplomas y fotos familias qué quería colgar a lo largo de las frías habitaciones de mi departamento.

Me di cuenta que mi carrito ya estaba por alcanzar mi presupuesto, así que, me apresure a salir de aquel pasillo lleno de tentaciones y corrí hasta el área de flores reales.

Siempre había utilizado decoraciones de hojas y flores falsas porque nunca me había sentido capaz de mantener plantas vivas por mucho tiempo, pero definitivamente necesitaba un poco de compañía en ese lugar.

Olí con ternura cada una de las flores qué se encontraban en fila, cada una en su maceta café lisa. No había pensado que flores quería, me dije que improvisaría en el lugar pero estando allí me di cuenta que podría llevarlas todas si mi dinero lo permitiera.

Tome una meseta con tulipanes rosados brillantes. Luego agregue dos de claveles blancos. Quedé indecisa sobre que otra flor podría elegir.

Camine en círculos pensado si había alguna otra qué valiera la pena, en el camino me topé con una repisa repleta de pequeñas mesetas con girasoles en ellas. Recordé el cursi apodo con el que el rubio había llamado a Christina hacia unas noches.

Me reí y tome uno, creía que sería un bonito presente para el escritorio de mi mentora.

Acomode todo mi carrito resignada de que no encontraría nada especial, pase mi mano sobre los pétalos de la plantas de la repisa más cercana, hasta que un dolor fugaz se posó en la palma de mi mano. Me aleje deprisa y metí la cabeza para saber de dónde había prevenido aquel pinchazo.

Sonreí con nostalgia cuando visualice unos pétalos de color rojo intenso, rodeados por ramas repletas de espinas bastante puntiagudas.

—Rosas— susurre. Mi conciencia atrajo instantáneamente a Atanas a mis pensamientos.

La tomé sin dudarlo, y con eso termine mi lista, al menos por ese día. Ya después volvería con un mayor presupuesto.

Tal vez me tomaría todo el domingo acomodar mis adornos, no porqué fueran demasiados, sino porque era muy indecisa cuando de decorar se trataba.

El lunes llevaría el regalo para Christina y todo lo que había comprado para mi escritorio. Pedía al cielo no encontrarme con él, necesitábamos espacio.

Además, el lunes antes de ir a trabajar debía ir a la academia de artes, para completar mi inscripción y todo lo relacionado pero eso ya era problema para el siguiente día.

Sonreí cuando todo quedó pagado y puse marcha a mi departamento sobre un taxi.

Estaba emocionada, ese domingo sería perfecto.

You'll Be Mine Forever [+18] [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora