Prólogo

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Contesta

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Contesta. Por favor, contesta.

Taehyung se dejó caer en el asiento de la habitación, frustrado, cansado pero sobre todo preocupado. Su teléfono en mano seguía marcando a la única persona que con la que quería hablar en esos momentos; Hoseok.

Pasó su mano por su cara de nuevo y luego por su cabello, nervioso, ansioso, mirando como su teléfono seguía marcando sin respuesta. Hace horas que estaba intentando comunicarse con él. Desde hace días lo estaba llamando. Pero Hoseok había contestado en ningún momento, ni siquiera daba señales de vida y eso era lo que más lo estaba matando. No sabía cómo estaba o como se sentía. Necesitaba verlo.

Lo peor era que no había podido explicarle la razón del porqué había ido con Jimin y su familia a Daegu, pero si había escuchado que él sabía. Porque los padres de Jimin eran muy amigos de los de Hoseok. Una vez más, Taehyung cortó la llamaba y volvió a marcar, apoyándose en sus rodillas como si ni siquiera tuviera fuerzas para estar sentado. Aunque era así como se sentía, débil, porque no había podido comer bien esos tres días pensando en Hoseok. Porque no había podido comer bien desde que todas las cosas malas estaban ocurriendo.

Sentía que lo estaba perdiendo. Que lo había perdido en realidad, pero se negaba a aceptar o creer algo así.

Se volvió a poner de pie -con dificultad y con el teléfono en su oído- caminando hacia uno de los muebles. Resopló apoyando su mano libre en la madera de éste, dejando caer su peso en esa mano, en ese mueble. Cerrando sus ojos muy fuertemente, tan fuerte como era su odio hacia el sonido del teléfono marcando.

La puerta de la habitación sonó pero no contestó, dejó que siguieran tocando mientras él seguía esperando escuchar la voz de Hoseok.

—Tae —dijo la persona del otro lado a la cual reconoció de inmediato—. Hijo, sé que estás ahí.

El castaño se tensó y cortó la llamada para abrir la puerta. Era su abuela, no podía ignorarla a ella, a una de las personas que más amaba.

Su abuela lo recibió con una sonrisa.

—Oh, Tae, ¿qué sucede? —dijo ella dejando de sonreír apenas abrió, Taehyung se tocó el rostro preguntándose porque ella de pronto se veía tan preocupada—. ¿Estás resfriado? Te ves muy mal, cariño.

—No estoy resfriado, abue. No te preocupes... ¿Por qué estás aquí de pie? Deberías sentarte, tienes un esguince y el médico dijo-

—Tan adorable como siempre, mi Tae —murmuró ella con una sonrisa cálida, elevando una de sus desgastadas manos para acariciar su mejilla—. Debía venir a despedirme personalmente, mañana ya es lunes. No sé hasta que otra fecha volverás a visitarnos, pero... solo espero que sea antes de que te cases con ese chico de abajo.

No pudo aguantar mirarla a los ojos, se sintió muy culpable por mentirle. Aunque quien había mentido habían sido sus padres primeramente, trayéndolo a la fuerza y casualmente encontrándose con la familia de Jimin en el camino.

Por siempre hermoso [ vhope ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora