Por siempre hermoso [ vhope ]

2

Despertó entre sollozos. Despertó y se sintió estúpido por llorar por algo así, pero no pudo evitarlo y simplemente siguió llorando sin poder volver a dormir porque sabía que volvería a soñar con lo mismo o algo parecido.

Sus pesadillas eran momentos exactos que había vivido hace unos años. En el colegio. Era una más de todas las miles que venía teniendo hace tiempo. Y las odiaba. Odiaba volver a recordar todo eso que había vivido, sentía que jamás podría olvidarlo.

—Es malo, ¿viste como nos miró?

—Uy, si. —Ella concordó—. Creí que iba a matarnos, sus compañeros tienen razón.

—No entiendo como Jimin puede hablar con él, ¿no se da cuenta que siempre finge ser la víctima y exagera todo?

—Escuché que los papás de los dos son amigos así que lo obligan a hablar con él.

—¡¿En serio?! ¡Pobre! Imagínate que tus papás sean amigos de los padres de ese rarito. Yo me muero.

—Peor aún, imagínate tener a Hoseok en tu casa.

—¡Ay, no! Me da escalofríos... Nunca me hizo nada pero que tantas personas lo odien y hablen mal de él, es por algo. Se nota que debe ser una mala persona.

—Claro que si, nadie habla mal de una buena persona.

—Exacto.

—Mi mejor amiga que jamás me mentiría también me dijo que a ella la empujó una vez ¡y hasta quiso golpearla! Es un cobarde.

—¡Uy, qué cobarde que es! Cada vez son más cosas que escucho de él, por algo es. Tiene el odio de todos bien merecido. Se ve que es una basura.

—Lo es y-

Ella se callaron apenas lo vieron. Hoseok solo las miró un segundo pero bajó la mirada rápidamente y salió rápido de ese pasillo del colegio.

Ella se rieron a sus espaldas y siguieron murmurando.

Siguieron hablando mentiras y corriendo rumores falsos. Como siempre.

Y él no se defendió, solo fingió no haber escuchado nada. Como siempre.

"Que tantas personas lo odien y hablen más de él, es por algo. Se nota que debe ser una mala persona."

"Nadie habla mal de una buena persona."

Esas palabras nunca pudieron salir de su mente. Al principio dolió, por años dolieron demasiado y se preguntaba que había hecho mal todos los días, pero ahora... ahora no sentía nada.

Ahora solo les daba la razón.

—¡¿Es que no puedes hacer nada bien en tu vida?! ¡¿Tan inútil eres?! ¡Fuera de aquí!

Lo sabía desde el segundo uno, desde el preciso momento en que la taza resbaló de su mano hasta caer a una baldosa del sólido piso y hacerse mil pedazos, que su madre reaccionaría de esa forma. Que lo empujaría fuera de la cocina.