13. "Por amor a Lucifer"

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       — ¡POR favor, no lo hagáis! ¡Esto es un error! — chilló el joven mientras era llevado a la hoguera — ¡No he cometido ningún crimen! ¡Lo juro! ¡Lo juro por Dios!
 
Se resistía y daba patadas a sus verdugos tratando de huir, pero fue inevitable y lo ataron al mástil, bajo las ramas y hojas secas que alzaría el fuego hacia su cuerpo.

— ¡Por favor, no lo hagáis! ¡Socorro, socorro! ¡Tened piedad! — siguió gritando, pero el público que tenía delante, y que lo había condenado, lo ignoró.

— ¡Park Jimin! — gritó, entonces, el reverendo — Se os acusa de lujuria, se os acusa de brujería... Se os acusa de sucumbir ante el Diablo, ¿qué tenéis que decir al respecto?

Con las lágrimas en sus ojos, Jimin lloró, negó con la cabeza y suplicó que su padre lo escuchara.

Padre, por favor...

— ¿Qué tenéis que decir, Park Jimin?

Con los labios temblorosos y con la dificultad de su llanto, Jimin intentó responder a la pregunta que su progenitor y asesino le había hecho.

— No he... ¡No he pecado! — exclamó observando a cada uno de los que estaban participando en su juicio, incluida su madre — ¡Solo he amado, padre! ¡Solo me he enamorado de un hombre! ¿Por qué es diferente amar a un hombre que amar a una mujer?

— ¡No era un hombre, era Lucifer! — interfirió su madre — Hijo mío, arrepiéntete de tus pecados para que puedas hallar la paz eterna en el cielo.

— ¿Lucifer? — cuestionó tras una risa, sus lágrimas caían sin cesar; eran el más puro reflejo de la traición — Está bien, pues si por amor a Lucifer he de morir, ¡que así sea, madre, padre...! ¡Entrego mi alma al infierno! — espetó — ¡Adelante, padre! Quemadme... Quemadme entero y aseguraos de matarme bien, porque de no ser así, abriré la tierra y saldré desde el Averno para llevarme vuestras sucias y pecadoras almas.

La respuesta del pueblo fueron insultos, abucheos y alguna que otra expresión de asombro y miedo. El reverendo tomó la antorcha y quemó las ramas y las hojas secas, iniciando la hoguera. Jimin siguió chillando en su lugar; se removió con inquietud tratando de escapar, hasta que las llamas consumieron su cuerpo y entonces se retorció de dolor y sus gritos fueron más que desgarradores. Su piel se derritió y su carne se quemó por completo, hasta los huesos. Cuando ya no se oyeron más que las chispas del fuego, sino los gritos de sufrimiento del muchacho, el humo trepó hasta los cielos.

Entonces, de un momento a otro, el fuego que había consumido al pobre e inocente Park Jimin, quien creía haberse enamorado de un hombre, regresó a la tierra tan rápido que ni los aldeanos, ni el reverendo o su esposa, pudieron evadir las llamas.

Entre la multitud, caminó un hombre vestido de negro, con los ojos hechos de cristal y la piel tan pálida como la luna, hasta la hoguera donde se encontraba el cuerpo de su amante. Se paró delante de la hoguera y vio arder y gritar a los asesinos de su amado de la misma manera en que lo hizo Jimin.

El reverendo observó su rostro angustiado, melancólico, cargado de una gran tristeza e ira. Alzó la mano izquierda y pronunció cierta frase, que los sentenció como ellos habían sentenciado a Jimin:

Jamás habrá descanso eterno para vosotros, arderéis en mis llamas siempre. El infierno es mi reino y Dios no os salvará jamás... Por haber matado a un hombre inocente, jamás pisaréis el reino de los cielos.

Entonces, el suelo se agrietó y absorbió las almas de los culpables. Algunas trataron de aferrarse a la tierra, otras pidieron piedad, pero todas fueron llevadas al infierno donde sus demonios los torturarían eternamente.

Lucifer se acercó al cuerpo calcinado de Jimin, la viscosidad de sus heridas habían pegado su espalda al mástil. Lo bajó con cuidado y se arrodilló sobre las cenizas mientras abrazaba su cadáver.

Perdón... Perdóname por haceros amarme... Os he matado — susurró cerca de lo que antes era su boca antes de besarlo.

Tras el beso, su cuerpo se convirtió en polvo. Lucifer lloró su pérdida, y mientras sus más sinceras lágrimas descendían sobre sus pálidas mejillas, Jimin resurgió de las cenizas con un nuevo cuerpo... Sin embargo, ya no era humano sino un demonio, pues su Diablo lo había traído con esa forma.

— No debéis llorar, amor mío — le dijo, ahora el ser inmortal —. Estoy aquí, he vuelto.

— He sido vuestro infierno...

— Lo he sabido todo este tiempo — respondió —, pero aunque fuerais Satanás o no, solo yo os he conocido verdaderamente, por lo tanto, os amo... Me quemé desde nuestro primer beso, entonces supe cuán ardiente era el infierno y no me importó.

— Os he condenado eternamente a no morir...

— Pues que así sea, aunque en algún momento debamos arder, arderemos juntos.

— ¿Por qué querríais hacerlo?

Porque es nuestro destino amarnos a morir.

¡Hola! He aquí el décimo tercer relato, probablemente el más importante del mes

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¡Hola! He aquí el décimo tercer relato, probablemente el más importante del mes. 💗 Pues es el cumpleaños de nuestro Jimin, estoy tan feliz de que haya subido fotitos a Instagram. 😭💘

¿Qué os ha parecido el cuento? ¿Os ha gustado? Creo que este no da miedo o causa incomodidad como los demás, pero bueno, jejé. El relato simplemente está inspirado en las brujas de Salem y sus juicios.

¡Quiero desear feliz cumpleaños a dos personas muy importantes para mí! A MinToni7, por siempre apoyarme y por ser tan adorable. 💘 Feliz cumpleaños, hermosa, ojalá todos tus deseos se cumplan.

También quiero desear feliz cumpleaños a SeChanie porque estoy agradecida de tener una amiga como tú. Eres única en tu clase y me gustaría que todo el mundo supiera cuánto te quiero. Espero que pases bien tu cumpleaños, comas mucha tarta, seas feliz y te vaya bien en los estudios. 💘

Os quiero un montón. ~

¡Nos leemos mañana, chai!

Goretober (jimin horror au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora