JIMIN se había mudado recientemente a Nueva York de intercambio. Había estado dos meses viviendo en una residencia, en un edificio antiguo a unas cuantas manzanas del centro.
Jimin había hecho amigos, eran muy extrovertidos a diferencia de él pero consiguió adaptarse a pesar de los "choques culturales". En la noche de Halloween, sus compañeros de piso lo invitaron a una fiesta pero Jimin tenía muy arraigadas sus costumbres coreanas y decidió no asistir para quedarse a estudiar.Todos iban disfrazados de algo; de personajes ficticios, de cantantes con vestimentas icónicas y otros habían realizado sus propios disfraces originales. Cuando sus compañeros se despidieron de él, Jimin decidió prepararse la cena. Hace unos días, había encontrado un supermercado asiático y consiguió comprar docenas de fideos instantáneos y otros empaquetados de origen coreano.
Colocó su cena en el microondas, tenía prisa. Sin embargo, aquello le pasó factura; cuando cogió el recipiente recién salido del electrodoméstico, dejó caer el envase tras sentirlo muy caliente.
Maldijo en voz alta pero rápidamente limpió lo que había hecho. El cesto de basura estaba lleno, no cabía nada más y eso lo fastidió todavía peor; le había dicho a Steven, un chico que vivía en la habitación contigua, que lo sacara cuando saliera a la calle pero no lo hizo.
— Me las pagarás, Steven — murmuró cogiendo la bolsa de basura, poniéndose los zapatos y un abrigo porque hacía frío tras coger las llaves.
Como no vivía en un edificio con muchas plantas y su estructura no permitía instalar un ascensor, bajó por las escaleras hasta llegar al vestíbulo. Vio pasar las sombras de la gente antes de que abriera la puerta. El frío viento lo golpeó en primer lugar cuando se asomó, sin embargo, aunque había creído que había bastantes personas en la calle, no había ninguna.
Estaba desierta y oscura, demasiado tranquila y eso lo incomodó un poco.
El contenedor de basura orgánica y la de reciclaje estaban a unos metros del edificio. Caminó y las tiró rápidamente. Todo era normal, aparentemente, pero la extraña sensación que tenía no lo dejó en paz; entonces, cuando se volteó, vio a alguien que se asomaba desde un callejón.
Era alguien disfrazado de un payaso espeluznante que lo estaba saludando con la mano.
Jimin observó a su alrededor, buscando a otra persona que pudiera ser a quien le estuviera dedicando el saludo, pero, evidentemente, no había nadie más que él.
Por cortesía, le devolvió el saludo y cuando lo hizo, el payaso se detuvo; bajó el brazo y observó a Jimin fijamente.
Jimin también bajó el brazo, lentamente, sintiendo una incomodidad extraordinaria. Tragó saliva bastante nervioso. Hubo un silencio estremecedor, bastante irritante; Jimin quería salir corriendo pero sabía que sería una estupidez, algo le decía que lo seguiría y lo atraparía.
Retrocedió un paso, luego otro; otro y otro pero, en un descuido, Jimin trastabilló con su propio pie y cayó al suelo. El payaso corrió en su dirección entonces, Jimin entró en pánico; se levantó y corrió pero la llave se le cayó en el camino; aunque concibió la idea de volver a por ella, el sujeto que lo perseguía era bastante rápido y sabía que no le daría tiempo, por lo que huyó de él tratando de encontrar gente o un lugar seguro.
Cada vez que observaba hacia atrás, veía que se acercaba cada vez más. El maquillaje le parecía aterrador; tenía los ojos hundidos y negros con las pupilas diminutas, su sonrisa estaba torcida y era roja y su ropa, con motas de colores brillantes, estaba manchada de una sustancia oscura que Jimin imaginó que se trataba de sangre.
Llegó a otro callejón de donde provenía música, había gente bebiendo y bailando. Jimin se detuvo, viéndoles las espaldas y gritó desesperado por ayuda.
Todos se detuvieron, Jimin reconoció sus disfraces tras unos segundos de meditación; cuando se voltearon, tenían máscaras de payasos pero los reconoció de todas formas; eran sus compañeros de piso.
Tras sentir la primera puñalada, Jimin se volteó escupiendo sangre. El payaso que lo había seguido lo tumbó en el suelo y los demás se le lanzaron encima como una horda de seres carroñeros hambrientos.
Gracias por leer el décimo cuarto relato, ¿qué os ha parecido? ¿Os ha gustado?
El relato de hoy está inspirado en aquel suceso de los payasos asesinos en Estados Unidos, ¿Os acordáis?
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Goretober (jimin horror au)
HorrorDesde las profundidades del oscuro Averno, el demonio nacido del amor y la venganza, ha creado treinta y un relatos y protagonistas a quienes les ha dado su rostro y su nombre... ¿Te atreves a conocer sus historias? 🎃 Portada por: @SorrowYourSoul. ...