No mires

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Son la cinco de la mañana cuando logra salir de su trabajo, es tarde y está cansado su auto ha sido a reparar así que por ahora es un medio para volver a su hogar inhabilitado, revisa su celular un momento pero su novio debe llevar horas dormido es mejor que descansen los días han sido duro así que prefiere dejarlo dormir que despertarlo, decide caminar a casa junto con su compañero Granola.

–Aun no entiendo como llego a estar en esa situación –menciona el hombre asiendo reír a Gogeta –Digo es absurdo siquiera pensarlo.

–Te sorprenderías de las locuras que hacen las personas –Comentó –una vez tuvimos que rescatar a un hombre que metió su pene en una aspiradora.

– ¿por qué en una aspiradora?

–Aburrimiento, ganas de tener sexo, imaginación no lo sé y no quiero pensar en ello, el punto es que estaba tan aterrado que se le olvido apagar la aspiradora cuando logro hacerlo su pene estaba inflamado e hizo que se atascara en el tubo –comentó –Llamo a los bomberos porque era el único número que pudo pensar en ese momento terminamos llevándolo a la sala de emergencias.

–Es un relato bastante loco –se burló el hombre –más que el hombre colgando desnudo del edificio departamental.

–Aprendimos una valiosa lección el día de hoy al menos Yamcha que no hay que fijarse en personas que ya están en una relación –se rio –no vaya a ser que termines colgando desnudo de un departamento.

–Sí –Se rio Granola y ambos continuaron con su camino hacia el edificio departamental, estaba comenzando a llover, una llovizna suave que no les molestaba, las calles estaban vacías y había una ligera neblina ambos guardaron silencio, era extraño que las calles estuvieran tan solitarias al menos debería haber alguien que estuviera dispuesto a salir en dirección a su trabajo –

Podrían haber tomado un atajo por uno de los callejones pero estaba oscuro había neblina además no había personas transitando así que decidieron tomar el camino más largo donde existía la posibilidad de encontrarse en algún momento con alguien de repente Granola le dio un codazo sorprendido por el repentino ataque miro hacia su compañero que le hizo señal con la cabeza de que mirara a la acera del otro lado.

–Esa chica –Susurro –parece que está flotando.

–Debe ser la neblina –respondió, llevaba una camisa blanca y unos pantalones desgastados, su cabello se veía enmarañado –A lo mejor una vagabunda o algo por el estilo.

–Sí, pero no se mueve –siguió Granola y Gogeta decidió prestarle más atención era verdad no hacia ningún movimiento al caminar a pesar de que estaba avanzando solo un poco más adelante que ellos –

Intento darle una perspectiva lógica a Granola aunque solo estaba tratado de calmarse a sí mismo el ambiente estaba comenzando a inquietarlo, la llovizna comenzaba a arreciar cuando lo escucho fue un sollozo la mujer estaba llorando se podía escuchar hasta donde ellos estaban como un eco que reverberaba entre los edificios.

–No la mires –le dijo a Granola quien se estaba inquietado cada vez más –Haga lo que hagas no la mires.

Ambos comenzaron mirando hacia el suelo intentado no ver a lo que seguramente era un espectro en esas calles, su corazón estaba agitado comenzando a latir en su pecho mientras de los nervios estaba comenzando a sudar frío, puedes estar preparado para lidiar con los vivos pero nada te prepara para lidiar con los muertos, el sollozo se comenzaba a hacer más fuerte como si intentara llamar la atención de ellos obligándoles a levantar la mirada intentado que la vieran, resistió lo más que pudo sintiendo como algo lo tomaba de su barbilla queriendo levantarle la mirada, cuando sintieron una respiración pesada detrás de su cuello, los cabellos de su nuca se erizaron sintiendo un frío que le calaba hasta los huesos.

–Mírenme –Escucharon detrás con una voz que ninguno sabría describir, malvada, tétrica de esas que te sobresalta con solo el hecho de escucharlas –

– ¡Corre! –Tomó a Granola de la muñeca haciendo que lo siguiera entraron a uno de los callejones yendo hacia la siguiente calle y podía sentirlo a sus espaldas podía sentir esa presencia persiguiéndolos intentado hacer que la miraran –

No miraron hacia atrás no voltearon por más que los constantes sollozos y quejidos lo siguiera o que esa presencia quisiera atraparlos no miraron hasta que encontraron una tienda abierta las veinticuatro horas y se metieron al lugar como si fuera su refugio al entrar a la tienda los vidrios del lugar vibraron como si se tratara de un poderoso temblor que se sintió hasta en el suelo, escucharon un espantoso grito que les helo la sangre y se quedaron allí.

– ¡¿jóvenes pero que les paso?! –pregunto un anciano que los vio entrar de golpe pálidos como si estuvieran hechos de papel –

Ambos estaban demasiado sobresaltados por la experiencia como para querer hablar y tardaron al menos un minuto o tal vez cinco en poder recuperarse completamente hasta que lograron redactarle lo que les había ocurrido al anciano, el hombre preocupado por ellos le entrego un poco de agua intentando calmarlos aun con las manos temblándoles bebiendo del agua agradecidos por ello.

–Es malo pasearse a estas horas, por esas calles en un día de neblina –Comentó el anciano –Hace años atrás cuando yo solo era un chiquillo una joven fue asesinada por esas calles su novio estaba furioso porque ella era muy bonita y no existía nadie que no quisiera voltear a mirarla mientras venían de una fiesta a la que ambos habían sido invitados el novio le reclamo por qué todos no dejaban de mirarla y en un arranque de celos comenzó a golpearla, la chica comenzó a correr por las calles pidiendo ayuda a gritos pero no hubo nadie quien saliera a socorrerla el novio termino desfigurándole el rostro a golpes y la mato diciéndole; ahora nadie querrá mirarte, desde ese entonces hasta hoy en día ella se pasea por las calles buscando quien la mire.

Ambos se miraron y si parecía una leyenda de que tiene todo lugar contada por un anciano no le creerían si ellos mismos no lo hubieran vivido en carne propia, le agradecieron al anciano y pidieron un taxi que los llevara a casa por suerte Granola y él vivían en el mismo edificio departamental, se quedó sintiendo durante todo el trayecto como si algo o alguien los estuviera siguiendo bajaron rápidamente de taxi ni siquiera se atrevieron a usar el ascensor ambos comenzaron subir corriendo las escaleras hasta llegar al quinto piso cansados y agostados por la carrera ambos se metieron a sus respectivos departamento.

Al entrar lo saludaron sus gatos y su novio que ya estaba despierto preparando un desayuno sencillo para luego irse a trabajar, estaba agradecido porque llegó lo había llamado muchas veces y Gogeta no le había respondido sus llamadas lo cual lo preocupo iba a darle unas horas más antes de sobresaltarse a comenzar la búsqueda.

–No creerás lo que me paso de camino acá –le comentó, mientras miraba su celular efectivamente tenia llamadas de Vegetto pero había escuchado ninguna tal vez por el apuro, por el miedo o sobresalto –

–Te escucho –menciono sentándose en la silla dispuesto a oír su relato –

Drabbles VegegogeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora