La típica historia del Nerd y el busca pleitos parte 5

80 19 1
                                    


Vegetto sonrió mientras Gogeta se despedía de él, la relación que ambos tenían era tan natural que realmente se había dejado llevar, su niño bonito era tan fácil de querer, de hacer feliz, todo iba viento en popa y no tenía nada de lo que quejarse.

—Adiós, mi amor que tengas un buen día. —Se despidió lanzándole un beso, para volver su mirada a su video juego —

—¡Hey, Vegetto! —No había pasado mucho tiempo luego de que se despidieran ¿tal vez quería que lo llevara en su motocicleta? Aunque él aun iba a tiempo, después de todo la pastelería quedaba cerca del campus —¡Tu novia vino a verte!

Esas palabras le cayeron como un balde de agua fría ¿novia? ¿Qué novia? La voz de Gogeta sonaba afectada, se levantó casi tropezándose con sus propios pies solo para ver a Bulchi entrar, pero ni rastros de Gogeta.

—¿Qué rayos haces aquí? ¿Cómo te atreves a autoproclamarte mi novia? —Expreso malhumorado por tenerla allí por verla nuevamente, la herida se reabrió ante la expresión de ella —

—¿Autoproclamarme? Soy tu novia Vegetto.

—¡Terminamos hace seis meses Bulchi! —contestó —

—¡Solo porque tú has sido infantil!

—¡¿Infantil?! ¡¿Terminar con alguien porque te fue infiel te parece infantil?! —protesto —

—un error cualquiera lo comete.

—Yo nunca te fui infiel, Bulchi. —protestó cruzándose de brazos —

—Bueno entonces estemos a manos, puedes acostarte con cualquiera para saldar cuentas.

—. . . ¿saldar cuentas? ¿te estas escuchando? —Siempre supo que ella era una mujer inteligente, sin percatarse de lo sínica que podía llegar a ser, ambos estuvieron discutiendo alrededor de veinte minutos su voz se tornaron gritos intentando escucharse entre ellos sin llegar a nada, cuando Bulchi trato de besarlo Vegetto la empujo, limpiándose los labios con asco, reconoce que ella tiene la mala costumbre de besarlo cuando está enojado, de que resuelvan sus problemas con sexo, pero esta vez no será así. —Vete de aquí.

—Tch, ¿Qué pasa? ¿ya no te atraigo? —menciono posando mostrando sus curvas, se había puesto esa ropa que para él siempre le hizo lucir tentadora pero hoy no. —

—no, ya no. Regrésate por donde viniste, Bulchi. —De repente ella se echo a llorar, le pidió disculpas se arrodillo ante él diciéndole que no lo volvería a hacer que ella lo amaba, que no la dejara, Vegetto la observo allí, sintiendo su pecho apretado reviviendo los viejos tiempos, soltó un largo suspiro. —No. —No volverá a los mismos ciclos ya está cansado y tiene algo bueno. —vete ya.

—¡Basta, Vegetto! ¡Deja de hacerte una perra digna de rogar!

—¡No soy perra, soy perrísima así que lárgate ya de una buena vez! —Contestó —No me vuelvas a molestar, no me vuelvas a llamar, no quiero saber nada de ti, ¡Terminamos definitivamente, Bulchi!

Los ojos de Bulchi se abrieron enormemente al ver la seriedad y determinación del hombre, la expresión de sus ojos cafés que se habían vuelto como dos pozos oscuros que te arrastran a su abismo, el ceño profundamente fruncido, no, Vegetto no se estaba dando de rogar, él realmente estaba acabando con todo.

—¡Bien! —Respondió con los dientes apretados y la voz rota, él jamás se había atrevido a romper con ella, no así, no definitivamente. Pero esta ya era la rotura, había llegado hasta los limites de Vegetto, no existía una vuelta atrás. —

Vegetto la acompaño a la salida y literalmente le tiro la puerta en la cara, Bulchi dejo caer los hombros soltando un sollozo, esta vez lo había arruinado, realmente lo había hecho.

Gogeta había tenido un día terrible en el trabajo, no fueron por los clientes o por su jefa, era más su cabeza quien no lo dejaba tranquilo haciendo que tragara grueso a cada momento para sacar esa herida atorada en su garganta, es extraño como las ilusiones afectan a tu percepción y crea esas fantasías que al verse rotas duelen, como si cayeras de ese cielo en el que creías que volabas.

Regreso de su trabajo con ganas de salir corriendo, pero él no era un cobarde cuando regreso se encontró que la chica estaba afuera sus ojos, su maquillaje corrido ¿desde hace cuanto lleva allí? ¿Por qué llora? ¿ahora que hizo, Vegetto?

—Disculpa... necesito que me des permiso para abrir. —menciono, la chica se movió un poco, Gogeta rodo los ojos bien, que le importa si le golpea la espalda, abrió la puerta mientras ella le decía que era una terrible persona por no preocuparse por los demás. En realidad, a él le parecía alguien en un berrinche dispuesto a dar lastima para obtener lo que quería. —¿por qué tu novia está llorando en la puerta? —le pregunto a Vegetto que se encontraba en la sala —

—Ella no es mi novia, terminamos hace meses porque me traiciono.

—oh. —murmuro, la expresión de Vegetto se veía muy enojada —

—Ella piensa que solo puede venir aquí darme una excusa barata y que yo regresare, claro viene con su cara bien lavada a decirme; ¡No es lo que parece! ¡No! Claro que no es lo que parece lo que paso es que se perdió un chicle en la garganta de ese tipo y ella estaba buscando conseguirlo con su lengua, y cuando estaba encima de él ambos desnudos le estaba dando respiración pélvica ¡pero yo soy un exagerado!

—Respiración pélvica, eso sonó tan ridículo.

—¡por qué lo es! —Soltó enojado nunca en el tiempo que lo conoce lo había visto tan enojado —luego viene y me dice ¡puedes acostarte con cualquiera para saldar cuentas! ¡¿Saldar cuentas?! ¡¿Teníamos un noviazgo o un negocio?!

Gogeta frunció el ceño sentándose al lado de Vegetto, le pregunto si quería hablar de eso, al principio Vegetto se negó, pero luego dejo escapar todo lo que sentía por lo que estaba sucediendo con su ex, todo el tiempo que estuvieron juntos, los bajos, todos lo bajo, oscuro y perdido que habrían estado ambos en su relación, hasta que lo ultimo fue la gota que rebaso el vaso.

—Yo. . .no creo que en estos momentos estes listo para una relación tal vez, tú y yo deberíamos.

—¡No! —Vegetto negó antes de que Gogeta pudiera terminar la frase, sí, él antes quería acabar con la relación que tenía con él, pero ahora se aferro tan fuerte a su mano que Gogeta sintió que lo lastimaba —por favor, no te vayas de mi vida. Eres lo único bonito que tengo.

—Vegetto no puedes aferrarte a mi de esa manera no es sano. —el nombrado bajo la mirada para suspirar, Gogeta tomó su mano sobándola suavemente. —Bien, no terminemos, pero iremos despacio ¿bien?

—sí, despacio. Eso está bien para mí.

Drabbles VegegogeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora