Dream

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Gogeta suspiro debido a que no podía dormir, se movió en la cama sabiendo que la razón de su insomnio era estar en un sitio nuevo y que su sentido de supervivencia lo mantenía alerta. Se levanto de la cama con sed, iría a la cocina tomaría algo de agua y regresaría a la cama a dar otras vueltas y tratar de dormir. Sonaba a un buen plan.

Salió de la habitación de invitados para ir hacia la sala donde se encontró a su profesor recostado en el sofá tomando una copa de vino, la luz de la luna que entraba a través de la ventana lo hicieron ver mejor, como si fuera un ser mítico que te hace pecar, trago saliva por ello.

—¿Qué haces, despierto? —pregunto, sus ojos cafés se encontraron con los suyos haciéndole jadear, esa mirada casi animal —

—No puedo dormir. —comentó. —aparentemente no soy el único.

—No, no puedo dormir. —menciono detallando su cuerpo, un escalofrió recorrió a Gogeta sintiéndose desnudo ante esa mirada. —he intentado detener mis bajas pasiones en vano y vienes a mi de manera tan tentadora.

—No sabía que eras un viejo mañoso. —se burló —

—Y tú un chico travieso quien lo diría. —menciono sentándose dejo la copa de vino en la pequeña mesa para levantarse caminando hacia él. —no creas que no he sentido tus feromonas, dulces, atrayéndome, pero esto Gogeta ¿vestirte así? Realmente me deseas ¿eh?

—¿vestirme cómo? Si yo solo use la ropa que usted me... —Vegetto le tomó de la barbilla para hacer que se viera en un espejo que estaba en la sala, sus mejillas se tornaron de rojo al verse en ropa tan lasciva. — ¡Esto no me lo puse yo!

—Sí, seguro que no. —respondió en un tonó burlón sus manos se aferraron a su cintura mientras su nariz se enterraba en su cuello el respirar de él le hizo cosquillas las manos cálidas en su cintura genero un hormigueo en su piel. —Hueles tan bien.

Gogeta iba a protestar por el hecho de que estaba invadiendo su espacio personal hasta que el alfa lo beso, sus labios se encontraron juguetones contras los suyos, las suaves mordidas, la lengua lasciva que le estaba haciendo sentir mareado, el alfa lo comenzó a mover a través de la casa llevándolo de regreso a la habitación, le hizo caer en la cama soltando un jadeo.

Su corazón se agito cuando le vio desabrochar lentamente los botones de su camisa dejando al descubierto su fuerte pecho y abdomen trabajado, su vista bajo hacia los pantalones como enmarcaban sus caderas y piernas, escucho la risa del alfa quien volvió a besarlo, bien podría decir que se dejo llevar, además Vegetto no podía hablar de esto ¿cierto? Es su maestro, su olor, sus besos, sus acaricias se sentían tan bien.

Aquellas manos fuertes recorrieron su cuerpo y el no pudo quedarse atrás, necesitaba sentir ese pecho fuerte, ese abdomen duro, esos músculos en su espalda, sus manos lo recorrieron disfrutando del tacto, el alfa se veía tan complacido de que lo hiciera. Luego sostuvo sus manos y no sabe de dónde saco unas esposas sosteniéndolo en la cama ¿Cuándo? Gogeta se iba a quejar por ello, el alfa comenzó a jugar con sus pezones, su mano jugando con el elástico de su ropa interior estirándolo y luego soltándolo, la sensación le hizo gritar ligeramente debido a que no lo esperaba esa boca estaba haciendo un buen trabajo con sus pezones poniéndolo duro ¿Cómo eso podría gustarle tanto?

Bajo entre besos a su abdomen causándole cosquillas, hasta llegar a su miembro despierto, no le quito, el panty de encaje que no supo cuándo se la coloco, las hizo a un lado sacando su miembro jugando con él, su lengua recorriendo el tronco, jugando con la punta, besando, lamiendo, succionado. Se había vuelto un mar de gemidos para el alfa, sus manos jugaron con sus testículos acariciándolas hasta bajar por su perineo, su dedo índice haciendo círculos en su entrada, poniéndolo ansioso hasta que lo sintió entrar.

—Vegetto. —Su mente se estaba volviendo un lio mientras el alfa lo preparaba se sentía bien, quería más de esas sensaciones placenteras, un dedo, luego dos, después tres. —

—estas tan mojado y listo para mí, ¿no es así? Chico travieso. —Gogeta jadeo su garganta estaba seca y le daba vergüenza responder, Vegetto estaba a punto de quitarse el pantalón para mostrarle su miembro —

Se sobresalto al escuchar sonar la alarma, parpadeo mirando hacia todos lados, era de día, el sol entraba por las ventanas, miro hacia abajo notando la erección en el pantalón de pijama, había tenido un sueño húmedo con su maestro, enterró su cabeza en la almohada soltando un grito de frustración, no sabía si era por tener un sueño húmedo con el maestro que no le agrada, o porque se quedó a la mitad, teniendo una dolorosa erección y su trasero húmedo.

Drabbles VegegogeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora