Doble filo.

97 13 1
                                    


Vegetto frunció el ceño mientras revisaba el documento que le había entregado su jefe, era su próximo trabajo, se trataba de una organización de asesinos a sueldo, operaban desde la Web oscura, nadie conocía sus nombres, solo que podías conseguirlo cada cierto mes, en la Web oscura en una página bajo el nombre de Heaven, son peligrosos y seguramente puede que no salga vivo de ello.

¿Realmente importaría? Dejo el documento al lado de su cama para soltar un suspiro aun se sentía terrible, miro la foto en su mesa de noche en donde estaba con su pareja, corrección; expareja. Gogeta y él habían estado juntos durante siete años, se conocieron en un bar y hubo mucha química entre ambos, luego se lo volvió a conseguir en el gimnasio, el resto es historia.

Ese hermoso, omega atípico, tan fuerte con destrezas de batalla que él nunca había logrado ver, o tener siquiera conocer, se había fijado en él y le había demostrado una amor profundo durante sus siete años juntos, su relación era simplemente perfecta nunca se había sentido tan comprendido que estando al lado de él, hasta que Gogeta le confesó que estaba embarazado, que quería mudarse de ciudad y comenzar una nueva vida lejos de West City en donde solo habita el caos, un lugar como el Monte Paoz en donde puedan vivir juntos criando a su cachorro en completa tranquilidad.

Él sintió que todos sus planes de vida se vieron derrumbados en un instante, no estaba listo para ser padre, adora su trabajo como policía salvando a las personas, había logrado un buen puesto debido a su trabajo y un hijo en esos momentos de su vida, no era lo que tenía previsto.

—Entiendo. —Fue lo que dijo Gogeta. —por supuesto tu trabajo es importante y has dado todo de ti para lograrlo.

—Yo realmente lo siento.

—No te preocupes. —le sonrió encogiéndose de hombros —yo tampoco tenia en mi futuro un hijo, pero llego. —se acarició el vientre con un brillo de añoranza en sus ojos—Supongo que, esto es un adiós.

—¿de qué hablas?

—Tú no quieres un hijo, pero yo sí, tu no lo necesitas, pero yo lo cuidare, por esa razón. Es un adiós, Vegetto. Me voy de West City, no permitiré que mi cachorro crezca en está ciudad llena de caos y delincuencia, no estaría tranquilo sabiendo que algo puede pasarle. —Se levanto de la cama en donde se encontraba sentado para recoger sus cosas. —

—podemos, ¿podemos hablarlo un poco?

—¿de que hay que hablar? ¿no todo ya está dicho? Son decisiones opuestas, no te obligare a criar a un cachorro que no quieres, no te puedo forzar a algo que no deseas, no quiero estropear los sueños por lo que has trabajado durante tantos años tan arduamente. —Contestó metiendo su ropa en la maleta —

—¡¿pero así nada más?! ¡¿Te vas y no te importa?! ¡¿Es que acaso no te duele dejarme?!

—¡Claro que me duele, Vegetto! No creas que no tengo sentimientos, me duele. ¿pero que quieres que haga? ¡¿Qué aborte?! No, no voy a abortar, y no lo voy a dar en adopción. —Respondió —Somos adultos responsables que toman decisiones ¿o no?

—Sí.

—Bien. —el siguió empacando sus cosas y no pudo evitar temblar, quería detenerlo, pero él se veía tan férreo en su decisión. —

—¿no crees que criar un cachorro solo es complicado?

—He sabido arreglármelas solo toda mi vida, Vegetto. Un cachorro será difícil, pero no imposible.

Él trato de convencerlo de que no se fuera, pero la única forma de estar con Gogeta era vivir en Monte Paoz con él, dejar todo por lo que trabajo, solo para ir a por un futuro incierto en un lugar que no conoce a criar un cachorro que él no quiere. Gogeta le dijo; no lo hagas, si no lo deseas, no me sigas. No lo siguió y Gogeta se fue de su vida.

Drabbles VegegogeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora