Ahogados en recuerdos ๑ [Vol.1]

Destino

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El nombre de la isla donde me encontraron es... Lian Yu.

En mandarín es "purgatorio" naufragué aquí hace cinco años por error.

Soñé con mi rescate cada noche fría y oscura desde entonces, pero nadie vino por mí.

Y la razón más importante es porque nadie sospecho que una chica de 19 años que iba directo a la universidad podría haber tomado el avión equivocado a una isla completamente alejada del mundo.

La isla tenía muchos peligros, para vivir tuve que hacerme más de lo que era... Forjarme a mi misma como un arma.

Hoy regreso... No como la niña que viajo a perseguir sus sueños en una universidad... Si no como la mujer que traerá a justicia a su familia por todos los que han envenenado mi apellido... Mi nombre es Diana Bertineli.

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—Bentornata a casa mia piccola Diana.— saluda una mujer. [Bienvenida a casa, mi pequeña Diana]

Diana levanta la mirada y se encuentra con esos ojos azules tirado a gris penetrantes, su cabello liso con el tono de color rubio, el cual estaba recogido lateralmente.

Trae unos jeans acampanado de color negro y una camiseta rojo vino de cuello alto.

—Ciao zia Sylvana.— responde Diana mientras abraza a su tía. [Hola, tía Sylvana]

—Mi pequeña...— la mirada penetrante de la mujer cambia, ahora solo demuestra vergüenza y arrepentimiento. —Si hubiera sabido... si tan solo...

—Tranquila Syl, no tendrías como saberlo. Todo está bien.

—Por supuesto que no, tendría que haberlo supuesto. Desapareciste 5 años, como no pude notarlo.— Sylvana acaricia el rostro de su sobrina llena de arrepentimientos.

—Sylvana, me fui por mi cuenta dejando una carta, en la cual puse que me iba para alejarme de mi padre. Nadie tuvo la culpa más que yo por irme, nunca dije donde ni cuando volvería.

—Solo decía que te irías a estudiar al extranjero... porque querías alejarte de este lugar... De Frank.— Diana se separa de ella, pero Sylvana vuelve a abrazarla. —Aun así, jamás debí dejar que te fueras. Ahora que estas aquí me aseguraré de que nada malo tesuceda.

—Te extrañé.— susurra ella y Sylvana deja un beso en su frente.

—Tu cuarto esta como lo dejaste, no me atreví a cambiar nada.

Ella mira a su alrededor contemplando la mansión en la que creció, nada había cambiado seguía siendo un lugar elegante y espaciosa.

Lo que más le gustaba a Diana era el hecho de que la mansión era luminosa, con luz que se infiltraba a través de las ventanas.

Pero esta vez la chica no siento nada al mirar su hogar, no sintió lo que sentía hace 5 años. Ese lugar era completamente ajeno a ella.

Aun así le dedico una sonrisa a su tía. —Sei a casa tesoro, sei tornata a casa.
[Ya estas en casa cariño, volviste a casa]

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