Pov Normal
- ¿Hola? ¿Athenea? –.
- ¡Hola, corazón! ¡Buenos días! –. La chica río al otro lado de la línea.
- ¡Hola! ¿Qué tal? ¿Te estoy interrumpiendo? Puedo llamar después si hace falta...-.
- No, tranquilo, Horacio, estoy en casa. Me dieron el día libre, así que estoy desayunando. Dime, ¿qué tal las vacaciones con tu familia? -.
- Mira qué casualidad, estoy también tomando mi desayuno –. Ríe. – Respecto al viaje no puedo quejarme, ha sido mucho mejor de lo planeado-. Soltó una risa nerviosa, ya que se le venía a la mente cierto caballero de cabello gris.
- Uy, suena a que te has estado divirtiendo más de la cuenta, ¿eh? Dime, ¿cómo se llama? -.
Silencio al otro lado de la línea.
- No me digas que es Volkov...-.
- ¿Qué? ¿Cómo? –.
- A ver, ¿o acaso me dirás que no hay nada entre ustedes y sólo son amigos? -. Horacio se había sonrojado un poco y empezó a balbucear, mientras su amiga reía fuertemente por la reacción del moreno.
- Calla, sólo es mi amigo, yo... tengo que regresar a Filadelfia, no tengo pensado quedarme más tiempo del que tengo programado. Tengo proyectos allá, tanto en la Facultad como contigo-.
- Ya, pero, no sé... Pensaba que me llamabas para decirme que cambiaste de opinión y que te quedarás en Los Santos-.
- No es eso. Realmente llamaba porque quería preparar la propuesta de trabajo con la comisaría donde estás. - Tomaba pequeños trozos de fruta con su tenedor para continuar con su desayuno.
- ¿Estás seguro que quieres el trabajo? No pasa nada si te quedas más tiempo en la ciudad. Además, tienes este semestre libre. No veo nada de malo en que pases más tiempo con tu familia...-.
- Claro que estoy seguro, Nea, ¿por qué no lo estaría? –. Su amiga podía escuchar una ligera inseguridad.
- Porque suenas feliz. Desde hace mucho tiempo te escuchaba así. No sé si es porque estás con tu familia o porque también has vuelto a entablar una relación cercana con el señor Volkov, pero suenas muy contento cada vez que hablas de cómo te va en Los Santos.
- Eso... eso es lo que tiene salir de vacaciones, ¿no? Te despejas, te relajas y tus ánimos suben...-. Estaba comenzando a desesperarse. No entendía el repentino cambio de conversación, o tal vez sí, pero no quería aceptarlo.
- Claro, claro que sí, pero no pasa nada, ¿sabes? –. Sentía que tenía que ser cuidadosa si quería que su amigo le entendiera y se pudiera abrir. - ¿Hay algo que te moleste? No te lo tomes a malas, pero si suenas tan feliz, ¿por qué estás tan ansioso en regresar? –.
- Nea, tengo un buen trabajo en la ciudad, te tengo a ti. Mi familia siempre me apoyará, aunque estemos lejos. No necesito nada más. Pero no entiendo, ¿qué quieres de mí? –.
- Bueno, tú eres quien sentía que le faltaba algo más en su vida, y , en lo personal, creo que lo has encontrado, pero tienes miedo. Tengo la impresión de que realmente quieres huir y que te de una excusa para hacerlo.
Otra vez silencio.
- Estoy segura de que Viktor no es igual a Dex-.
- Solo somos amigos... ¿Podemos hablar del trabajo otra vez? Realmente quiero hacerlo –.
- Está bien, te mandaré todos los detalles al correo. Pero, por favor, te pido que recuerdes que soy tu amiga y estoy para todo lo que necesites, incluso para darte algún consejo-.
- Lo sé, pero no te preocupes, estoy bien-.
- De acuerdo, te quiero-.
- Yo también te quiero-.
Horacio colgó la llamada, pero se quedó unos minutos más sentado en la mesa sin poder tocar su desayuno. Entendía a su amiga, ella lo conocía muy bien. No ignoraba que en estos días se sentía bien hablar y salir con Viktor, pero no quería dejar su vida tirada en Filadelfia. Le había costado mantenerse como uno de los mejores profesores de arte. No estaba seguro si quería dejar de lado esa oportunidad por algo o, más bien, por alguien.
Viktor definitivamente es un buen hombre, pero tenía miedo. Miedo de quedarse y que resultara ser que, al igual que su madre, termine cayendo en las mentiras de una pareja abusiva. Tenía miedo de que Viktor fuera uno más, que al tener lo que quisiera de él, la relación cambiaría, y que se diera cuenta muy tarde, dejando así una buena vida atrás. No estaba seguro si quería arriesgarse otra vez. Suficiente tiempo había desperdiciado en Dex para volver a repetirlo.
Aunque una vocecita, en el fondo de ese caos, le decía que no sería igual.
Horacio revisaba el correo que Athenea le había enviado hace unos días y se le ocurrían ideas interesantes para una estrategia con la comunidad que incluye talleres de arte. De repente vio en la bandeja de entrada un correo del encargado de la Escuela de Artes, invitándolo a participar en un proyecto en conjunto con profesores de otras carreras.
El proyecto consistía en generar estrategias enfocadas a reactivar la economía en algunos vecindarios de Filadelfia, para dentro de un año, replicarlo en otras ciudades del estado. Le pedían su colaboración directa para incluir proyectos de arte que se pudieran desarrollar con la comunidad, para así cambiar el estilo de algunas zonas urbanas. La Universidad, en teoría, iba a trabajar en conjunto con otras organizaciones que financiarían el proyecto. Comenzó a leer la información y se dio cuenta de que aún quedaba tiempo para ponerlo en marcha, pero estaba entusiasmado en regresar.
Se puso en contacto con la persona que le había enviado la información y acordaron que podría comenzar a trabajar en su propuesta para ser estudiada, y recibir la aprobación de los responsables del proyecto. Tenía trabajo por realizar. Tenía una razón más para retomar su vida en Filadelfia, aunque sentía, muy en el fondo, que no lo hacía por las razones correctas.
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Después de un Año
FanfictionHoracio Pérez y Viktor Volkov se conocieron en Hawái en el momento que necesitaban conocerse. Sintieron una conexión desde el primer momento, y en poco tiempo se hicieron buenos amigos. Sin embargo, así como vinieron las vacaciones así se fueron. Su...