† Los Chiamitos† (05)

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— Es está su recámara , ser fea pero es tomporal.

  Aquella voz con mala habla hispana me hizo sentir afligida.

  Bielo nos guío por toda la casa , enseñándonos todo lo que había y donde podíamos estar seguros por si había algún bombardeo en un área cercana o un ataqué armado de tropas alemanas  o italianas .

En todo ese pequeño recorrido estuve cargando a la niña en mis brazos mientras Caracas me seguía el pasó . Después de unos minutos subimos al segundo piso ; donde habían habitaciones y un bañó , fue allí donde Bielorussia me pidió que entrara a una  habitación que estaba al lado de la escalera , al abrir la puerta pude presenciar que era una habitación amplia con dos camas tamaño matrimonial , con un enorme ventanal que daba vista a lo que parecía ser un lago completamente congelado y estaba vagamente iluminada 

— Se quedar aquí hasta que venir por ustedes , папа venir pronto.- la nena en un momento me miró fijamente y yo le sonreí a boca cerrada.

— ¿Pasa algo?.

— Ты очень красивая женщина, твои глаза как две маленькие полные луны со своей звездой.- Estaba más que claro que no entendía absolutamente nada .

— Sabes que no hablo mucho tu idioma, me lo puedes traducir .- pedí.

— Tener ojos bonitos. .- me dijo simple , aunque dudo que todo ese palabrerio fuera solo "tiene ojos bonitos" pero de igual forma agradecí.

— Muchísimas gracias, eres un sol .

— Sol de medio día.- susurró Caracas , ella pensó que no la escuché , pero si lo hice.

— Mes hermanos nos reuniremos pronto para comer ¿Nos acompañar? .- me dijo ella pidiéndome que la bajará . - ahí presentar a mis otros hermanos .

— Estaríamos encantadas de acompañarlos en la cena , nosotras nos pondremos cómodas, muchas gracias .

—хорошо , пока.

  La niña al bajar casi sale corriendo fuera de la habitación , debía admitir que tenía aspecto sepulcral  . El frío y el ruido de las ventiscas heladas provenientes del exterior me hacían dudar de la seguridad  de la casa , la madera rechinaba y se veía más oscura de lo que debería ser el roble , los vidrios de las ventanas estaban levemente rotos y las bisagras de las ventanas y puertas estaban oxidadas lo que hacía que provocarán un chillido al abrirlas o cerrarlas.

— Que bonito lugar , me recuerda a mis época de jovencita de fiestas y cuando salía con Manuelita a los bares los viernes a la noche , si me pones el olor a tabaco y la sensación del ron el mis fosas nasales , me haces viajar en el tiempo .- comento Caracas abriendo el armario donde reposaban prendas de ropa antigua.

— Caracas , por favor  , deja de lado tus aventuritas de adolescente en época de celo  y ponte sería  . - le regañe .

Caracas me miró con una sonrisa y saco un vestido blanco lleno de polvo .

— No debe de que preocuparse , no nos pasará nada , además , Estados Unidos se informará de lo acontecido y nos ayudará a regresar más rápido de lo que yo le quitaba la camisa al pardillo de Fernando .

Aún no lograba entender cómo Caracas tenía una anécdota o una comparación para cada situación que se le presentará , era como si hubiera vívido más vida que yo.

— Caracas... .- murmure y ella volvió a guardar el vestido en el armario.

— Caracas , nada , usted relájese , URSS debe venir en camino , él tendrá respuesta a lo del viajé , piense en positivo ; a lo mejor mañana ya estamos en camino a nuestro territorio disfrutando del sol y de un buen café sin miedo a morir por una bomba .

— Eso es egoísta y frío , Caracas , ya viste , no me sentiría bien conmigo misma si me fuera dejando a esos niños en estas circunstancias . - hablé con un hilo de voz.

— Lo sé , es triste , pero debes entender que como ellos hay más niños allá fuera e incluso ahora uno de esos niños se está muriendo .- me dijo Caracas abrazándome .- Todo esto acabará pronto , no se preocupe .

   A veces llegaba a pensar que Caracas era más que mi hija , mi hermana .

— Quité esa cara .- continúo .- mírale el lado positivo , al fin vamos a estar en la nieve nieve , y no en la escarchita de Mérida .- trato de animarme , cosa que no funcionó pero yo forcé una sonrisa.

  Ambas nos quedamos examinando la habitación , no sabíamos que hacer en realidad , la habitación estaba libre de polvo  , pero dentro de los gabinetes , cajas y el armario era otra historia . Dentro de las cajas habían cartas viejas ya abiertas , libros y periódicos todos en ruso , no había nada en otro idioma , ni siquiera en alemán .

Caracas empezaba a verse frustrada ya que no estaba acostumbrada a no hacer nada , quería salir de la habitación , sin embargo yo le dije que no lo hiciera , estábamos en otro país , con otro lenguaje ( que no entendíamos ) , otra ideología , otra cultura , muy diferente a la nuestra , una acción fuera de sus estándares de lo prudente y sería una falta de respeto o fuera de lugar , por lo que era preferible evitarse esos problemas.

   Mientras mi hija se encontraba jugando con una muñeca rusa a armarla y desarmarla escuchamos unos sollozos muy cercanos .

— Mamá ...

— ¿Si?.

— ¿Los está escuchando , verdad? .- preguntó entre balbuceos.

— Si , los escucho .

  Ambas pusimos las cartas sobre la mesa y debatimos si ir o no ir a buscar el origen de los sollozos , pero la curiosidad y las ganas de saber nos ganaba terminamos por salir de la habitación , y nos adentramos en el oscuro y tétrico pasillo .

— Santa Maria , madre de Dios , cuídame de todo mal Jose Gregorio , sálvame de las fieras santísima Trinidad y lléname de tu pureza chinita del chiquinquira.

—¡Caracas, por favor , no aparecerá un muerto!.

— Es por si acaso , no me fío de nada desde que vi a los chiamitos cuando fui a visitar a Miranda.- se escuso con esa tonta historia.

  Según ella y Miranda , ambos habían visto a los chiamitos en un viaje a las ciudadelas de la ciudad.

Los chiamitos eran espíritus de niños que se escondían entre las sombras y se encargaban se espantar a los pobres diablillos de la noche con sus llantos , ojos de penumbra y risitas capaces de espantar hasta el hombre más devoto y el alma más pura.

Cuando avanzamos a la puerta de la habitación de al lado los sollozos eran más fuertes , está vez acompañados de un quejido bastante auditible.

—Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre , venga a nosotros tu reino...

—¡ Caracas , cierra la boca!.

Toqué con suavidad la puerta , esperando aunque sea una voz me respondiera , no espere que la puerta se abriera dejando ver al causante del llanto.

—¡Un Chiamito! .- gritó asustada Caracas al ver al niño tras la puerta.

Esta vez , el niño también se asustó.

 

Él  sólo... Disparó al cielo [countryhumans][URRSxVene]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora