-...Y AHORA CON USTEDES... la cumpleañera, ¡Séneca!
Séneca Wright respiró profundo, compuso una sonrisa y a la señal de la organizadora comenzó a bajar pausadamente la escalera de granito. Los invitados en el salón comenzaron a aplaudir y vitorear alegremente.
«Ojalá pudiera sentirme como ellos», pensó con melancolía.
Sacudiendo el pensamiento de su cabeza, se concentró en bajar las escaleras y llegar hasta el final sin romperse una pierna o peor aún, terminar en YouTube.
«No tendría que estar aquí si no fuera por mi padre».
Había sido él quien, prácticamente, le había puesto una pistola en la cabeza para aceptar celebrar sus diecisiete años por todo lo alto. Y aunque Séneca no dudaba de su amor y cariño hacia ella, sospechaba que había intenciones ocultas en esa celebración. Como por ejemplo, impresionar a un posible nuevo socio de la empresa familiar. No es que se lo hubiera dicho de frente; ella había averiguado por sus propios medios que su padre y el posible nuevo socio cerrarían un importante trato esa noche.
Todos la veían solo como una cara bonita, pero ella tenía más de un haz bajo la manga.
«Ojalá sea rápido; no me imagino usando estos incómodos tacones toda la noche».
Al final de la escalera la esperaba su padre, Maurice Wright, sonriente y en smoking, con un brazo extendido.
Su padre ya pasaba los 40. Tenía el cabello de un rojo cobrizo, unos tonos más oscuros que el de ella. Sus ojos eran de un café claro y llevaba la barba pelirroja perfectamente afeitada. Sus párpados caídos le hacían parecer cansado, pero también lo dotaban de un aspecto apacible que le ayudaba en sus labores como el dueño de Industrias Wright.
-Feliz cumpleaños, princesa -dijo dulcemente mientras la tomaba de la mano y la conducía hacia el centro del salón.
Séneca no pudo otra cosa que sonreírle y observar fugazmente a los presentes con una mezcla de miedo y curiosidad.
A una señal del director, el cuarteto musical puso en marcha una melodía de vals, suave pero alegre.
-Cumplí 16 el año pasado -Se quejó al mismo tiempo que su padre comenzaba a moverla al ritmo de la música-. ¿Es necesario hacer esto ahora?
-El año pasado te negaste rotundamente a tener una celebración -respondió su padre, haciéndole dar una vuelta-. Pero este año no vas a salvarte -dijo con cariño.
-Lo sé -Puso una mano en su hombro-. Pero sigo sin creer que sea una buena idea. Es más, creo que es una tradición innecesaria toda esta parafernalia de bailar en vals.
-Séneca -Su padre dejó escapar una risita-, ¿por qué siempre tienes que ir en contra de la corriente?
-Porque ir en contra de la corriente a veces es más cómodo. Y más barato. -contestó con sinceridad-. ¿No podías sólo regalarme un viaje a Europa?
Su padre volvió a reír. Séneca se relajó. De pronto, solo eran su padre y ella bailando. No había nadie más alrededor.
-Eres más exigente de lo que crees.
-Soy más práctica, y la verdad es que... -se recostó en su hombro- extraño a Liam.
Escuchó cómo su padre suspiraba.
-Yo también extraño a Liam, cariño. Y daría lo que fuera por tenerlo con nosotros, pero ya ha pasado más de un año, y hoy es tu cumpleaños. ¿Por qué no te permites disfrutarlo?
Séneca también suspiró. Tenía razón. No podía lamentarse eternamente por la desaparición de su hermano.
Decidió volver a sonreír.

ESTÁS LEYENDO
PELIGRO EN WOODFALL
Teen FictionEn un intento por dejar atrás los traumáticos acontecimientos de la primavera anterior, Louis Lane es enviado por su padre a Woodfall, un pueblo boscoso a dos horas de Woodspring. Lo que no sabe Louis es que una chica perseguida por la tragedia, un...