Capítulo 1

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  Sus pies le dolían, sus brazos estaban entumecidos, se sentía mareado, cansado y con demasiado dolor de cabeza, sus párpados pesaban, no podía mantener sus ojos abiertos, no veía nada, todo era borroso y distorsionado, aparte que no había mucha luz en aquel lugar, pensó que le habían dado otra cosa para dormirlo, pues el cloroformo no dormía a las personas, podía quedar inconsciente pero despertaría rápido, no creía que hubiera pasado tan poco tiempo.
  Felix quiso levantar su cabeza, pero no tenía nada de fuerza en su cuerpo, quería luchar para quitarse el amarre en sus muñecas pero realmente no tenía fuerzas ni para mover un solo dedo, sabía que estaba de pie, por eso sus pies le dolían, sabía que estaba amarrado con sus brazos atados arriba de su cabeza y por eso los tenía entumidos y sabía que estaba encadenado y no atado con una soga; Felix logró abrir ligeramente sus rasgados ojos, no había cerámica en el suelo, era puro concreto, el lugar olía mal, a humedad y moho, agudizó su oído para escuchar algo pero no había sonido alguno, ni siquiera de una gota cayendo al suelo, ni de una peluza moviendose, nada, no escuchaba nada, no veía nada, no sentía nada más que un insoportable dolor en su cuerpo, se preguntó que era lo que había hecho mal para que el karma le estuviera haciendo pagar de esa forma, era una buena persona, un buen amigo, un buen hijo, un buen vecino, un buen esposo, nunca lastimó a nadie concientemente, nunca daño a los animales, ni siquiera se atrevía a cortar una flor porque eso dañaría al medio ambiente, Felix realmente se cuestionaba que era lo que estaba pagando de esa forma tan cruel y dolorosa.
  Felix realmente quería volver a dormir y despertar en su suave y limpia cama, con su esposo a su lado y que todo fuera una horrible y espantosa pesadilla. Escucho una puerta de metal abrirse haciendo un molesto chirrido, seguido unos pasos y algo arrastrándose.

—¡Ah!— alguien cayó como si fuera un saco de peso muerto junto a él, Felix todavía drogado no podía ver con claridad, su mente aún no funcionaba bien, alguien agarro sus mejillas con fuerza bruta y lo hizo abrir la boca, un chorro de agua cayó dentro de su seca boca sintiéndose como gloria en ese momento.

  La puerta se volvió abrir y cerrar, Felix trataba de luchar con todas sus fuerzas para mantenerse despierto pero le costaba demasiado.

—¿Señor Lee?— escucho una voz conocida— Señor Lee ¿es usted?— preguntó esa voz conocida.

—Mmh— fue lo único que pudo gesticular la garganta seca de Felix.

—Dios mio, señor ¿se encuentra bien?— le pregunto con tono de voz claramente preocupado.

—N-no— realmente no lo estaba, se sentía del asco.

—Estos desgraciados me ataron a un poste, no puedo ir ayudarlo— Felix bufo ligeramente, sus ojos se volvieron a cerrar— Es mejor que deje de luchar señor Lee, podría ser peor, el efecto del sedante podría pasarse si deja de luchar— Felix balbuceo algo inentendible pero hizo caso y se dejó llevar por la droga.

  No supo cuánto tiempo durmió, ni cuántos días habían pasado, solo despertó mejor que la última vez, ahora estaba sentado en el suelo, sus muñecas estaban esposadas a una larga cadena que estaba pegada a la pared, junto a él estaba una persona y frente a él, otra, a su lado se encontraba su secretario y frente a él, una empleada de contaduría, ambos estaban despiertos, parecían estar estresados y desesperados, Felix se vio su ropa sucia y algo rota.

—Señor— Felix lo miro fijamente, sentía que su cabeza iba a explotar.

—Jisung— susurro levemente— ¿Qué pasó?— balbuceó.

—Realmente, no tengo idea, solo sé que un montón de tipos musculosos y vestidos completamente de negro entraron a nuestro edificio armados, nos ataron y nos drogaron de ahí no recuerdo nada, desperté en un cuarto oscuro y después me trajeron aquí, donde estaba usted, drogado y hace más o menos una hora la trajeron a ella— Felix rasco sus ojos con sus manos esposadas.

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