Saray
Cerré la puerta, sonriendo. Me di la vuelta y fui directa a mi estantería. Había traído más libros. Cogí "Anhelo", el primer libro de una saga de vampiros y esas criaturas fantásticas. Me lo había recomendado Coral.
Me dejé caer en la cama y me puse a leer.
Cuando decidí que era hora de volver al mundo real, miré la hora en mi móvil. No era muy tarde, la una de la mañana, pero me di cuenta de que no tenía prácticamente batería. Tampoco tenía un cargador.
—Mierda —susurré.
Enseguida pensé en que Marco podría tener uno de sobra. Salí decidida de mi habitación, pero, al cruzar mi puerta, un manojo de nervios se me instaló en el cuerpo.
No entendía el porqué de mi nerviosismo, si apenas dos horas atrás habíamos estado juntos.
Tal vez porque podrías pillarle en una situación... extraña.
Me sonrojé al pensarlo.
Decidí llamar a la puerta para no encontrarme nada raro detrás de ella.
—Un momentito. —Escuché decir a Marco.
Oí el sonido de la cama crujir y, pocos segundos después, vi el torso desnudo de Marco al abrirme la puerta. No pude evitar hacerle un repaso.
<<Madre santa, perdóname por pensar en lo que ahora mismo estoy pensando>>.
Rápidamente, y rezando porque no me hubiera pillado, subí la mirada. Me encontré con su media sonrisa.
Mierda, nos ha pillado.
—H-hola, venía a preguntarte si tenías un cargador —dije sonrojándome.
–Déjame ver, creo que sí... —Fue directo hacía su armario, pero, antes de agacharse, se giró hacia mí de nuevo—. Puedes pasar eh, no te voy a comer.
<<Si me comieras no me quejaría en absoluto>> pensé.
Entré y visualicé toda su habitación, las paredes eran oscuras, al igual que la cama, lo que más destacaba era su estantería, estaba llena de libros.
Dirigí la mirada a su cama. Me sorprendí al ver uno de mis libros favoritos ahí.
—Toma, aquí tienes. —Me ofreció el cargador.
—Gracias. —Sonreí—. ¿No me habías dicho que no solías leer mucho romance?
—Sí, pero esta escritora consigue que me enganchen sus libros. "Hasta que nos quedemos sin estrellas" me está encantando.
—Es que la historia de Liam y Maia es increíble.
—No me hagas mucho spoiler, que estoy por la mitad todavía —dijo riendo.
Nos quedamos mirándonos durante un tiempo que me pareció infinito, nos reímos y nos volvimos a mirar.
Mis pulsaciones estaban descontroladas. Tenerle delante me afectaba de una forma brutal.
Quería besarlo. Quería estar con él.
Pero me daba miedo. Me aterraba y empecé a sobre pensar.
Me evadí del mundo. Mi cabeza dolía. No paraba de gritarme que me alejara. Que no permitiera que Marco entrase en mi vida.
No dejes que te hagan daño.
Aléjate de todo lo que tenga que ver con el amor.
—Ey, Saray, mírame, ¿estás bien?
Tenía la mirada perdida, me sudaban las manos y me temblaba el cuerpo...
<<Mierda. Delante de él no, joder.>>
Se me juntó todo lo que sentía en aquel momento. Gobernaba el miedo, miedo a sentir, a amar a Marco. No pude evitarlo. Comencé a llorar desconsoladamente.
Él solo me abrazó. Y lo que sentí fue inexplicable. Como si con él nada pudiese ir mal.
Marco se tumbó y me atrajo hacía él. Notaba que su corazón latía con fuerza.
No sé cuánto tiempo estuvimos así hasta que me dormí, tumbada en su pecho.
ESTÁS LEYENDO
El despertar de la pasión (Déjate llevar, 1) TERMINADO
Teen FictionTodos sabemos que el amor es incontrolable, al igual que es incontrolable elegir de quién nos enamoramos. Saray nunca antes se había enamorado, y no tenía pensado hacerlo. Siempre había visto a sus amigas sufrir y no quería pasar por lo mismo. Marco...