Capítulo 15

110 8 3
                                    

Saray

Me quedé embobada mirando a Marco hablar de esa manera tan formal y con tanta naturalidad.

Cuando la familia salió por la puerta, Marco se dirigió hacia mí.

—¿Cómo lo ves? —debió ver mi cara de preocupación y esbozó una sonrisa —. No te preocupes, es fácil, ya lo verás.

—Viéndote a ti parece fácil, sí...

—Tranquila, mira, la primera vez que hice esto, me vino un tío de dos metros diciéndome que quería un perro "de los peligrosos" y le dije que aquí perros peligrosos no había, había seres vivos buscando una familia.

—Que manera tan peculiar de relajarme —bromeé.

—Bueno, pero lo mejor fue cuando...

—Disculpad, ¿podría entrar? Es que tengo que irme al trabajo —preguntó una señora amablemente.

—Claro, tome asiento, le va a atender mi compañera —dijo Marco —. Después te sigo contando que merece la pena —me susurró.

Su aliento me hizo cosquillas.

—Buenas tardes, soy Saray Rodríguez, me voy a encargar de hacerle unas preguntas para ver si cumple con los requisitos para poder adoptar —dije con una sonrisa.

Marco me miraba asintiendo.

—Perfecto —contestó la señora.

—En primer lugar, ¿qué animal le gustaría adoptar?

—Mi hija quiere un perro por su cumpleaños —contestó —, es en una semana.

Marco miraba a la señora con el ceño fruncido. Parece que esa respuesta no le gustó mucho.

—Mire, el proceso de adopción es largo, tenemos que ir a ver su casa, las condiciones en las que viviría el animal y más cosas, no sabría decirle si en una semana podría acabar.

—¿No podrían hacer una pequeña excepción? Le haría mucha ilusión...

—Bueno, le haré las preguntas, haremos lo posible...

—Gracias.

Tras preguntarle bastantes cosas sobre su vida que pudiesen influir en el perro, le pasé el formulario de adopción...

—En cuanto lo rellene, mi compañera Lara la atenderá y podrá visitar a los perros.

—Muchas gracias, señorita, muy amable.

Salió por la puerta.

Marco aplaudió suavemente y sonrió satisfecho.

—Parece ser que no se te da nada mal, eh.

—¿Tú crees?

—De hecho, lo has hecho muy bien.

Le sonreí.

Eran las seis menos diez de la tarde cuando acabamos de atender a la última persona.

Subí a mi habitación para colocar las cosas que había comprado.

Las colchas de corazones grises combinaban a la perfección con las paredes. Coloqué el libro en la estantería, junto con la plantita que había comprado y una vela aromática, de coco.

Fui a poner las luces led, pero no llegaba al techo.

—Mierda.

Busqué en el armario algún tipo de escalera, pero no había, por lo que fui a la habitación de Marco para pedirle ayuda.

El despertar de la pasión (Déjate llevar, 1) TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora