Capítulo 10

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Marco

Me levanté rápidamente de la cama y me puse lo primero que vi en el pequeño armario que tenía mi habitación de la protectora.

Bajé las escaleras y salí por la puerta. Fui directamente a la clínica. El día anterior había llegado un perro atropellado. Le tuvieron que operar de urgencia.

Entré hasta la primera sala donde atendían a los animales.

—Buenos días, Maika, ¿cómo se encuentra Boler? —así le había llamado.

Nuestra doctora veterinaria me daba la espalda. Cuando se giró, pude ver que tenía los ojos enrojecidos. Entonces supe que Boler ya no estaba con nosotros.

—Le ha dado un colapso traqueal de madrugada, no hemos podido hacer nada para salvarlo.

Me acerqué y la abracé.

Después de escribir a Saray para contarla la terrible noticia, volví a mi habitación, decaído.

No era capaz de entender cómo alguien tenía la sangre tan fría como para abandonar a un pobre animal indefenso.

Por culpa de esos monstruos, pasaban estas cosas. La rabia me inundó por completo.

Empecé a golpear el sacó de boxeo que tenía en la habitación. Era una muy buena forma que tenía para desahogarme.

Perdí la noción del tiempo. Paré cuando sentía que mis manos iban a caerse, no me había puesto los guantes.

Entonces, mi móvil sonó. Era Saray.

Una sonrisa apareció en mi rostro.

Me había mandado un sticker de un perrito rodeado de corazones para intentar animarme.

Negué con la cabeza. Entonces mi sonrisa se evaporó de repente.

¿Por qué sonreía? ¿por qué me sentía tan bien cuando hablaba con ella?

Tiré mi móvil sobre la cama y bajé para comer algo.

El despertar de la pasión (Déjate llevar, 1) TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora