Llegué a las diez de la noche al Hotel "Flor de Liones"
Subí como cada sábado a la habitación 69. Me había puesto un vestido negro de seda que no dejaba mucho a la imaginación.
El replicar de mis tacones sonaba por el pasillo. El ardiente deseo empezó a manifestarse por mi cuerpo, estaba deseosa por entrar y ver a mi espectacular hombre X
Estaba delante de la puerta preparada para gozar un sábado más. Respiré hondo y llamé tres veces antes de entrar, era nuestra contraseña. La puerta se abrió, conté hasta diez antes de pasar.
Entré despacio, la luz era tenue, le daba un ambiente erótico. Mi hombre X se encontraba sentado al filo de la cama con las piernas cruzadas y la mirada puesta en mí fumándose un cigarrillo.
Sus ojos verdes me miraban con deseo y lujuria arrasando con mí cuerpo ya caliente. No hablábamos solo nos devorábamos con la mirada. Me quité el vestido y quedé solo con las bragas de color negro con encaje.
Mis pezones estaban duros y mi vagina húmeda preparada para la acción. Se terminó el cigarrillo y lo apagó en el cenicero sin desviar la mirada.
Se acercó hasta mí descalzo, solo llevaba puesta una bata de seda muy varonil y sensual, con sus andares de conquistador. Me rodeó dos veces admirando mis curvas, se puso detrás de mi arrodillado, sus manos me acariciaron desde la pantorrilla hasta el trasero.
Me quitó las bragas para dejarme completamente desnuda ante el. Aquello me excitó sobremanera. Se levantó y me dio la mano para guiarme hasta la cama. Se quitó la bata liberando su miembro viril y se tumbó de manera sexy. Me mordí el labio, sabía perfectamente que venía a continuación.
Puse mi sexo en su cara. Se agarró a mis muslos y empezó a besar mi sexo de manera tan cálida, hambrienta y lujuriosa. Un gemido escapó de mi boca, acerqué mis labios hasta su miembro, soplé, lamí su prepucio y me lo metí hasta el fondo de la garganta.
Al principio, fuimos despacio saboreando nuestros genitales para darnos placer. Mi hombre X era todo un profesional devorando mis partes íntimas, me volvía loca cuando me besaba con tranquilidad. Incluso, me excitaba más cuando se entretenía en absorber mi clítoris y cuando me introducía la lengua dentro de mi sexo quería morir.
Mis pechos los rozaba contra su fornido y caliente cuerpo para excitarme.
Decidimos subir el ritmo, nos devoramos con mayor agresividad. Me comí su miembro con más ímpetu porque estaba a punto de correrme. Mi hombre X notaba que estaba a punto de venirme y utilizaba sus artes placenteras para que culminara en un orgasmo.
No pude aguantar y exploté a la misma vez que él se corría en mi boca. Un sonido ronco se escuchó en la habitación al culminar la cima.
Satisfecha, tragué su leche. Mi hombre X, limpió mi sexo con su lengua salvaje. Al acabar, nos tumbamos en la cama para reponernos un poco.Después seguimos con las embestidas. Esa era una de mis partes favoritas porque nuestros rostros eran capaces de verse en el acto.
De una solo estocada metió su virilidad y comenzamos hacerlo.
La intensidad subió a cada instante e incluso cambiamos de posiciones varias veces dándonos placer infinitoEstar con el era como estar en el cielo, sus calientes manos me tocaban por todo el cuerpo mientras sus labios me besaban con deseo dejándome sin aire.
Después de varias horas de sexo ilimitado y un descanso decidí irme
Sin decir nada, me levanté, me vestí y me fui del Hotel "Flor de Liones"
Todos los sábados por la noche, para reavivar el fuego entre mi marido Meliodas y yo, nos citamos en un Hotel para jugar a los desconocidos. Interpretamos papeles como los actores para divertirnos.
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ONE-SHOTS MELIZABETH
Fanfiction¿Te gustaría saber hasta donde pueden llegar tus personajes favoritos? Breves historias Melizabeth que te harán volar la imaginación