La sexy profesora

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Elizabeth es profesora de filología inglesa. Es joven, descarada y morbosa.

Le gusta provocar a sus alumnos, le gusta ser deseada y que fantaseen con sus curvas explosivas.

La sensualidad es una arte que se nace, no se aprende y Elizabeth tenía una virtud física, su trasero. Es grande, respingón y duro.

Los alumnos disfrutan imaginando que masajean ese trasero tan suave y carnoso.

Elizabeth se pone faldas estrechas para marcar sus nalgas. Es tan sexy, que parece al dar clases que haga el amor al hablar. Sus alumnos se quedan embelesados mirando aquella mujer tan extraordinaria.

Una tarde, al terminar una tutoría con los profesores, subió un segundo a clase a buscar unos libros. No llegó a su destino, un alumno la atrapó en mitad del pasillo y la metió dentro de un escobero, un cuarto estrecho.

Elizabeth vio deseo en su mirada. No había nada más excitante para ella en el mundo que un hombre empalmado y hambriento de sexo.

Se mordió sus labios exuberantes pintados de carmín rojo. Con las uñas postizas se desabrochó la camisa dejando al aire sus pechos blancos, redondos y grandes. A Elizabeth le encanta ser el foco de atención.

Tomo la mano del alumno y la llevó hasta su pecho. Esa fue la invitación, porque; a continuación, el alumno se quitó los pantalones mostrando su pene empalmado, tenía gotitas en el prepucio del pre-semen.
La tomo por la cadera para poder rozar su miembro contra la tela de la falda.

Elizabeth tocaba sus testículos para excitarlo más, a ella no le gustaban los juegos solo la acción salvaje. Se desnudó completamente para su alumno, mostrando su cuerpo de diosa del paraíso del placer.

El alumno admiró cada rincón de su cuerpo. Se arrodilló ante ella y le abrió los labios vaginales con los dedos. No tardó en probar su sabor. Estaba tan excitando que la masturbó con la lengua.

Elizabeth se corrió entre gritos satisfactorios. El alumno utilizó su flujo como vaselina para el trasero. La colocó a cuatro con las piernas traseras levantadas y se metió dentro de ella.

El placer era mayor que con otras chicas, al tener tanta piel por tocar y sentir la experiencia en ella le hacía sentir su virilidad aún más dura.

Disfrutó de aquel momento único e irrepetible, la azotó fuerte hasta correrse.

A Elizabeth le gustaba que le pegaran en el trasero, se excitaba sobremanera, tanto, que obtuvo su segundo orgasmo.

Aquel encuentro tenía que volver a repetirse.
Ella había estado deseando este momento desde hace mucho tiempo.

Se había fijado en uno de sus estudiantes

Era un chico muy lindo a su parecer
Tenía los cabellos de oro, los ojos verdes como esmeraldas y su pequeña estatura lo hacía verse aún más lindo

Sin embargo no era pedófila; ya un par de veces había gozado de verlo semidesnudo en los vestidores

Su cuerpo era el de un dios
Sus pectorales marcados al igual que sus abdominales y su exquisita espalda de hombre

Sostuvieron relaciones sexuales por mucho tiempo

A ella le gustaba experimentar con su joven conejito de indias mientras que al le encantaba poseer y hacerle gemir su nombre a su sexy profesora

Al final del curso el joven rubio se graduó y había que celebrarlo
La albina sexy tenía la mejor cita planeada para ambos

Por la tarde sería un encanto de novios viendo películas, bailar algunas canciones favoritas de ella y cerrar con una cena romántica

Y por la noche sería un maratón de sexo
Habían practicado variedad de poses las cuales ahora les serian muy útiles al tener juguetes para estimularse entre ellos

...

Sorpresa fue para sus conocidos verlos años después con un bebé en brazos

Ahora ya eran una familia feliz
Sin embargo ellos no sabían que al ser adictos al sexo terminarían en una situación así, pero para ellos no sería problema

Pues se amaban desde que se entregaron a la luz de la luna en el lago cuando ella le confesó su amor y el correspondía proponiéndole matrimonio

ONE-SHOTS MELIZABETH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora