Perdido En El Bosque

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Estando dentro del profundo bosque las cosas si que cambian.

Me separé de mis compañeros tras aquel incidente, mi única compañía desde entonces ha sido el caballo, a quién decidí nombrar Vikai.

Vikai y yo hemos pasado por cosas muy locas.

Hemos visto a múltiples animales cagarse encima cada vez que hay un temblor y escapar todos en una misma dirección.

Vacas, caballos, pollos y ovejas, por alguna razón están sueltos en este bosque, tal vez pudiera cazar alguna de ellas y cocinarlas con mi poder.

Me he terminado todos mis suministros, lo cual es malo, pero por otro lado los ladrones ya ni se molestan en atacarme.

Me he vuelto muy bueno en entender sus estrategias qué se han dado por vencidos.

—Vilkai, ¿crees que algún día volvamos a ver a Vilgot, Kai, Edeo o alguien? —Pregunté al caballo sin obtener respuesta-

No sé cuánto tiempo ha pasado pero Vilkai aún no se ha detenido y el bosque aún no termina, he dormido estando encima del caballo y el no para.

Justo ahora estamos atravesando un campamento de ladrones.

—Oye, tú, ¿tienen agua? -Le pregunté a un ladrón-

—Vete de aquí

—No te queremos aquí

—¡largo!

Decían amablemente los ladrones.

Me ofrecieron agua para que me fuera después de que logré ayudarles exitosamente a encender una fogata en una casa, lo cual es extraño porque sus casas son casi todas de paja o tiendas de acampar, la casa se incendió.

—Gracias, se los agradezco mucho.

—Está bien, solo vete de aquí, maldito loco. -Respondió el ladrón-

Seguí con mi camino hasta que escuché un ruido extraño entre unos arbustos.

—Alto, Vilkai, es un ladrón.

Vilkai relinchó y se detuvo.

De repente de entre los arbustos salió una ardilla.

Observé a la ardilla y la ardilla me vio a mi directamente a los ojos.

—Oww, mira esa cosita

Me bajé de Vilkai y me acerqué con cuidado a la ardilla.

—Hey, pequeñita, ¿como estás?

La ardilla se mostraba confundida pero no escapaba.

—Oye, ¿podrías mostrarme la salida de este lugar? -Pregunté amablemente a la ardilla- Tu debes conocer este sitio como la palma de tu mano... Pata, tu debes saber donde está la salida, ¿verdad?

De pronto volvió a temblar.

La ardilla salió corriendo y Vilkai se asustó.

—Espera, Vilkai, ¡tranquilo!

Vilkai relinchó y empezó a cabalgar solo.

Logré tomarme de la cuerda que aún tenía Vilkai y empezó a arrastrarme.

—Vilkai, no me dejes, espera, ¿A donde vas? Estás regresando hacía atrás estamos perdiendo el progreso, ¡Vilkai!

De pronto se detiene y cae al suelo.

—Ay no, ay no, ay no.

Me acerco rápidamente a ver que es lo que pasó.

Vilkai tenía un líquido verde en su pecho.

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