¡Castle Wars!

Vilgot, El Caballero Azul

Hey. Me llamo Vilgot.

Esta historia es de hace tiempo, para ser precisos 24 años atrás.

Nací con una extraña condición que hace que la temperatura de mi cuerpo sea más baja que la normal, pero parece ser que eso en lugar de afectarme por algún motivo me beneficia.

Según los médicos es un milagro que siga vivo, mi padre es el comandante de los caballeros grises, y yo también quiero ser un caballero gris... Pero, mi padre me dice que tengo otro destino. ¿a que se refiere?

Por ahora solo realizo misiones normales, pero un día sucedió algo... Diferente

Ese día estaba entrando a la sala del rey, después de que uno de los guardias reales fuera a buscarme.

-¡Ah!, Vilgot, a ti te quería ver, adelante -Dijo el rey desde su trono-

Mi padre estaba frente al rey, alcancé a escuchar unas cuantas palabras de lo que dijo.

-Por favor, no lo envié a esa misión, podría morir -Dijo el comandante de los caballeros grises, mi padre-

Nunca me ha gustado que el me diga lo que puedo o no hacer.

-¿Que mision? -Pregunté interesado-

-¡Lo ves! Tu hijo tiene confianza en sí mismo, tu también deberías -Dijo el rey mientras se ponía de pie- Vilgot, necesito que vayas al reino del hielo y esperes por un caballero gris llamado jarco que sospechamos se ha perdido en una tormenta de nieve.

Llegué hasta donde el rey, me detuve a unos metros de distancia y me arrodille en señal de respeto.

-No lo hagas hijo, por favor

Ignoré a mi padre y respondí.

-¿Tendré equipo? ¿Algún mapa o algo?

El rey comenzó a reír y dijo.

-¡Excelente!, el caballero esta acompañado por una especie de mini rana cornuda, el será el herrero del castillo, todos los detalles te los dará tu jefe de división.

-Gracias, rey.

-jajaja, no, gracias a ti Vilgot.

Mi padre volteó a verme y entre dientes dijo.

-No. Lo. Hagas.

-Gracias, pero, ya tomé mi decisión

Me puse de pie, me di media vuelta y caminé hasta la salida.

-Estoy seguro que tu hijo es el que buscamos, déjalo todo en sus manos.

-...

Me dirigí hacía donde mi jefe de división, el me dio las instrucciones de la misión, me dio un mapa y me dijo que iría solo.

Ahora entiendo porque mi padre no quería que fuera, pero ya no hay vuelta atrás, debo hacerlo.

Entonces, empecé el viaje hacía el Reino del hielo, cuando finalmente llegué, hice lo que me dijeron, me puse en la entrada del reino y esperé.

Dejé mi mochila en el suelo y me recargué en la pared.

Mi chamarra estaba empezando a escarcharse.

Ya han pasado tres horas, y ese dichoso caballero no aparece... Quizá ya esté muerto, es lo más probable.

De pronto unas voces me sacan de mis pensamientos.

-Hey, ¡heeey!, ¡¡despierta!! -Era un guardia de la torre de observación-

-Yo no me comi el pastel... -Dice otro guardia que está despertando-