El Legendario Caballero Verde, Kai.

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Mis ojos se abrieron lentamente.

Hay una luz, me ciega por instantes, es tan relajante, pero a la vez, tan intrigante.

Mis ojos se ajustaron a la luz rápidamente y ahora puedo ver con claridad... Estoy... ¿En una cabaña?.

Sin pensarlo dos veces intento levantarme rápidamente, pero un dolor que cubre todo mi cuerpo me lo impide y termino apoyándome en la cama sobre la que me encuentro.

La sombra de un hombre empieza a entrar a la habitación, la cabaña es muy acogedora y también es... Familiar... Espera, ya había estado aquí antes.

Como si de un rayo se tratase, la memoria de aquel día vino a mi, cuando enfrenté al mago y caí desde las alturas, pero... eso ya fue hace tiempo...

Entonces. ¿Como regresé a este lugar?

El hombre entra con unas ramas de madera, trae leña y es el mismo hombre que me rescató aquella vez.

-Vaya, ¡Al fin despiertas!

-Tanto tiempo sin verte. -Respondí-

-Kai. -Acomoda la madera que tenía en un estante- deberías recostarte, aún no estás bien.

Me acuesto de nuevo y entonces le respondo.

-No sé como me volví a topar contigo, pero de alguna manera, estoy feliz de verte y de saber que estás bien, ¿Tienes idea de que es lo que me pasó?

-Sufriste una gran caída y terminaste por estrellarte cerca de mi cabaña.

De pronto una voz de un niño suena en la habitación.

-¡Papá, papa! ¿Ya despertó el hombre de hierro?

-Si, hijo, ya despertó, por favor avísale a tu madre.

-Hola, Eter -Saludo al pequeño- ¿Me recuerdas?

El pequeño asiente y entonces sale corriendo de la habitación, alcanzo a escuchar como va buscar a su mamá.

-¡Ja! No sabía que también tenías una cabaña cerca del desierto, el mundo es tan jodidamente pequeño. -Comenté, pero no hubo respuesta, ya no escuché a nadie-

Giré mi cabeza e inspeccioné la habitación de arriba a abajo con la mirada, pero ya no había nadie conmigo.

Confundido, me pongo de pie y esta vez, lo logré, ya no tenía dolor. Tenía la espada de cristal negro en la mano, no tengo una funda, entonces, la empuño, pero esto es... Muy extraño.

-¿Damian? -Pregunto en voz alta pero no obtengo respuesta-

Camino por la habitación lentamente, la cual está iluminada por una chimenea pequeña.

Me siento ligero y mis pasos no hacen ruido.

Al salir de la habitación, llego directamente al comedor, todo de madera, pero es de noche y está oscuro, el interior es solo iluminado por la luz de las estrellas y la luna filtrandose por la ventana.

-¿Eter? -Pregunto de nuevo, aún confundido y sin obtener respuesta-

Algo anda mal.

Camino lentamente, mientras tomo mi espada con fuerza, extrañamente no la siento del todo, pero sé que la estoy sujetando, tal vez un efecto secundario de la caída.

Me asomo por la ventana, pero solo veo césped, troncos de árboles enormes y detrás de los troncos, oscuridad pura... Algo está muy mal.

-¿Como carajo llegue aquí? -Pregunto en voz baja-

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