Capítulo 3: Olimpo

1K 107 8
                                    

—Te sugiero que contengas la respiración mientras pasamos por el Bifrost— dijo Brunhilde mientras miraba un teléfono moderno.

Miraste hacia su teléfono con la confusión adueñándose de ti, preguntándote como es que tu vida había cambiado tan repentinamente.

—¿Tenéis teléfonos?— preguntas.

—Oh, por supuesto que tenemos. El hecho de que los humanos evolucionan no significa que tengamos que quedarnos atrás— cruzó los brazos sobre su pecho, dando un golpe en el suelo impacientemente.

—¿Por qué debería contener la respiración exactamente en el...?— mientras hablabas te sentías mareada. Justo antes de que un montón de colores comenzaron a aparecer. Brunhilde se giró para verte.

—Ahora. Deberías contener la respiración junto ahora— te dice, tomando tus manos.

Tomas una bocanada de aire profunda, tapando tu nariz con tus dedos. Cerrando los ojos, sintiendo como tu estómago se hunde de golpe cuando una fuerza te empuja hacia arriba, sintiendo como Brunhilde aprieta su agarre en tu mano. Lentamente abres tus ojos, las luces de colores pasan por tus ojos.

A medida que ascendías más alto en el Bifrost, casi olvidas contener la respiración, viendo las galaxias pasar frente a tus ojos. Se podía ver las estrellas flotando, las luces brillando cada vez más conforme te acercabas al final. Justo cuando te estabas maravillando con una galaxia de luces de un llamativo rojo, todo se acabó de golpe. Estabas parada en un puente a la que le seguía una escalera de mármol blanco.

—Vamos, necesito informar al resto de valquirias de que has llegado. Habrá un consejo en los próximos días, donde los dioses decidirán si los humanos deben prosperar durante los siguientes próximo mil años o si deben desaparecer— te informa.

—Así que por eso quieres que te acompañe— dices mientras comienzas a subir por las escaleras.

—No es exactamente por eso. Creo que podría ayudarte a recuperar los recuerdos de tu vida anterior. Si conoces tu pasado y recuperas tos tus recuerdos, podrías colaborar en mi plan de ayudar a la humanidad para evitar su caída— te dice.

—¿Por qué quieres ayudar a la humanidad? Si no te molesta que te pregunte, claro.

—Las valquirias no somos dioses, como ya sabes, sino semidiosas. Eso significa que tenemos un vínculo más alto con la humanidad que la gran mayoría de los dioses, excepto por un par que ha vivido con los humanos por un tiempo. Si los humanos mueren, podríamos dejar de existir— terminó de contar, creando un silencio entre ambas.

Pronto llegasteis a la parte superior de la escalera, donde os esperaba un carruaje, con dos caballos de un blanco puro tiraban del carro. Te apabullaste por su gran belleza, con sus pelajes blanco que brillaban por el sol.

—Tienes que conocer a mis hermanas— dice Brunhilde mientras abre la puerta para ti.

—¿Y tú? ¿Dónde estarás?— preguntas mientras das un paso dentro del carruaje.

—Tengo mi propio transporte. No te preocupes, estaré allí para cuando llegues— dice, cerrando la puerta—. Ten un buen vuelo.

—¿Vuelo?— preguntas rápidamente. Los caballos comenzaron lentamente antes de comenzar a correr. El carruaje se tambaleaba un poco conforme los caballos corrían, mirando por la pequeña ventana, viendo los árboles pasar como si fueran un borrón—. ¿¡Quién está conduciendo!?— exclamas, mientras te movías para mirar hacia el frente.

Tus ojos se abrieron al ver un acantilado al final del camino, mientras que buscabas al cochero sentado en la parte delantera, sin encontrar nada. "Voy a morir. Sabía que estaba confianza a alguien mágico al azar", piensas.

Orphic Ὀρφικά [SNV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora