Capítulo 16: Uhg... chicos...

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Estabas en demasiaaados problemas...

El guardarropa en el que estabas metida estaba abarrotado de ropa que te rodeaba. Tú respiración pesada por todo lo que habías tenido que correr en la oscuridad de la noche. Mientras tu mente estaba buscando una solución a tu problema.

Todo estaba en completo silencio, hasta que se te erizó el vello de la nuca cuando escuchaste a alguien entrando en la habitación en la que te escondías.

—¿[Nombre]...?— escuchaste una voz profunda susurrando en la oscuridad. Colocaste cuidadosamente una mano sobre tu boca, tomando respiraciones profundas y lentas para no hacer ruido.

Los suaves pasos de él mientras se acercaba al armario hicieron que se te pusiera la piel de gallina. Una mano se extendió para abrir la puerta del armario donde te escondías, pero se detuvo repentinamente al escuchar un silbido tras él.

Un tridente atravesó repentinamente la puerta del armario, clavándose muy cerca de tu rostro. Tus ojos se abrieron por completo, mirando directamente las puntas del tridente frente a ti, a meros centímetros de distancia de tus pupilas.

—No eres digno de ella— otra voz se unió. Su tono frío se volvió aún más frío, mirando al hombre frente a la puerta del armario. Los dos se miraron lanzándose dagas con la mirada, uno con más malicia que el otro.

—No voy a dejar que se me escape de nuevo. No cuando la he encontrado después de miles de años. Más años de los que estuviste vivo, Pisseidón— respondió, mirándolo con el ceño fruncido.

El dios portador del tridente le sostuvo la mirada, entrecerrando los ojos con cierto desdén.

—Entonces ambos tenemos algunos sentimientos mutuos sobre esto, Demonio.

Tal vez te estés preguntando como es que quedaste atrapada en esta situación tan peligrosa... Bueno, todo comenzó esta vez en el campo.

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4 horas antes...

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—¿¡Qué aceptaste qué!?— chilló Göll. Sus dedos se enredaron en su cabello corto por la frustración que estaba sintiendo—. ¿¡Qué en tú sano juicio te hizo pensar que era una buena idea reunirte con Lucifer!?

Frunciste los labios cuando su mirada frenética se convirtió repentinamente en una brillante.

—¡Quiero decir, bueno! Él nos va a ayudar a ganar el Ragnarok, lo prometo— la valquiria sacudió la cabeza con incredulidad, un fuerte suspiro saliendo de entre sus labios.

—¿Es por eso que estamos solas en esta habitación? ¿No querías que Brunhilde se enterara de esto? 

—Sí... esa es una de las razones...— pronunciaste suavemente. La actitud de Göll cambió, su incredulidad se transformó en confusión cuando notó tu nerviosismo.

—¿Una de las razones?— preguntó con el ceño fruncido—. ¿Qué quieres decir con 'una de las razones'?— te moviste ligeramente sobre tus pies mientras aclarabas tu garganta.

—Bueno, desde la cena que tuvimos el otro día ha estado actuando muy... posesiva. ¡A penas tengo tiempo para hablar con los competidores!— Göll asintió con la cabeza, frunciendo los labios.

—Oh, yo también me he dado cuenta de eso— dijo, luciendo preocupada—. Lo siento, debes haberle recordado a alguien que conoció en el pasado.

—Soy muy consciente de quién es. Simplemente no le cuentes lo que pasó conmigo y Luci. Te juro que nos va a beneficiar en el futuro. La primera ronda ha dejado el listón bajo, los humanos necesitan un poco de esperanza para que podamos ganar. Así que prométeme que no le dirás— le dijiste con seriedad, colocando las manos sobre sus hombros, mirándola directamente a los ojos.

Orphic Ὀρφικά [SNV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora