Orphic Ὀρφικά [SNV]

Capítulo 14: La ansiedad es un dolor en el culo

Se escuchó un fuerte eco en un pueblo. Los pájaros salieron volando de sus lugares de descanso para alejarse del peligro que estaba causando estragos debajo. El sonido de hombres gruñendo de dolor y mujeres gritando de miedo puso a un hombre en medio de todo.

Su rostro se arrugó con disgusto mientras todos lo miraban con pánico. Lu Bü había escuchado el rumor de que un pueblo en el este afirmaban que no temían al llamado 'Hombre más fuerte de China'. Su ejercito parecía más que furioso ante la idea de que su líder fuera visto como un simple cobarde en lugar de como un héroe.

Su asesor, Chen Gong, había insistido bastante en que debería atacar la aldea y mostrarles quien era él realmente. Pero a él no le molestaba para nada esos rumores, ya que eso es lo que eran; Rumores.

Pero el simple pensamiento de que este pueblo tuvo el descaro de profanar su nombre, lo hizo sonreír con emoción. Tal vez alguien en este pueblo sería el único que le daría una buena pelea.

—Para el pueblo que dijo que yo, Lu Bü, el Hombre más fuerte de China, era un hombre débil. Seguro que correréis como cobardes— dijo con una sonrisa maliciosa en su rostro—. ¿Quién de todos ustedes?— preguntó, apuntando lentamente con su alabarda, Perforadora del Cielo, a los aldeanos acobardados—. ¿Es lo suficientemente valiente como para enfrentarse conmigo?

Su sonrisa se desvaneció lentamente cuando nadie dio un paso adelante. Su lujuria por la batalla comenzaba a desvanecerse, y la molestia pronto se hizo cargo.

—Patético— se burló—. Que pueblo tan fuerte es este— dijo, con el sarcasmo entrelazado en su voz.

Cuando se dio la vuelta para irse, orgulloso de su logro por mostrarles a esas personas quien era el verdadero guerrero. El sonido de una mujer aclarándose la garganta llamó su atención.

—Creo que nunca hay que dar la espalda en una pelea, ¿verdad?— giró la cabeza lentamente, viendo a una mujer baja caminar hacia él. El polvo cubriendo ligeramente la parte baja de su Hanfu.

Su ceja se levantó con curiosidad cuando ella se acercó a él, dando vueltas alrededor de su cuerpo mientras lo miraba de arriba abajo.

—El chamán del pueblo habló de tu fuerza— dijo, mirándolo a los ojos—. Pero no mencionó tu ignorancia.

Sus ojos se entrecerraron ante la extraña mujer que se atrevió acercase a él. Su interés alzanzó su punto máximo cuando ella se quedó inmóvil frente a él, ofreciéndole una sonrisa gallarda. Toda su vida, desde que era un niño, tuvo un objetivo en mente...

Convertirse en el hombre más fuerte.

Cuando lo logró, su vida se convirtió en un aburrimiento. No más oponentes dignos, no más peleas emocionantes y, ciertamente, no más sentido a la vida. Pero ahora, esta mujer había alcanzado su punto máximo de interés y, tal vez, incluso le había dado un propósito nuevo para vivir.

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7 años después.

—¡Él está de vuelta!— gritó un niño pequeño, captando la atención de todos a su alrededor. La cabeza de la mujer se asomó por la ventana, sus ojos brillaron cuando vio llegar al ejercito. Corrió rápidamente, olvidando por completo sus zapatos en la puerta.

—¡Están de vuelta!

Lady Yan esperó fuera de su casa, con las manos juntas bajo las mangas. Ella jugó un poco con sus dedos, nerviosa de que hubiera bajas, especialmente con las líneas del frente.