14.

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Sam se encontraba con un café entre sus manos sólo para tener algo que hacer con sus manos, no pretendía tomarlo, ella odiaba el café. Vi miraba la puerta de urgencia cada dos minutos esperando ver salir a Cass con su cara de "¿Por que diablos están aquí? Yo estoy bien". Cameron miraba enojado a Lauren haciendo que se sintiera mucho más culpable.

Según él, ella debía cuidar a Cass y había fallado al hacerlo, sólo que no se daba cuenta que Cassandra no era una niña y tampoco era la responsabilidad de nadie, si se metía en problemas sería culpa de ella, de nadie más.

—Cameron, ¿puedes dejar de mirarla así? —le pidió Sam— La harás llorar otra vez.

—Es culpa de ella que estemos aquí.

—No es culpa de nadie —murmuró Victoria.

—Iré por un café —susurró la rubia caminando en dirección a la cafetería.

—¿Cuando va a salir un maldito doctor a decirnos como esta Cass?

—¿Puedes calmarte, Cameron?

—¿Cómo mierda quieres que me calme?

—Ya paren de una jodida vez —dijo la ojiazul abrazandose a si misma.

Cameron se levantó del sofá y caminó decidido hasta las puertas de urgencias, una de las enfermeras intentó pararlo, pero él la esquivó y entró, se le ocurrió la idea de tomar uno de los trajes de latex y un cubre bocas. Se cambió en uno de los baños y fue en busca del cubiculo de Cassie. Avanzó abriendo las cortinas de una en una, susurrando "lo siento" cada vez que se equivocaba hasta que la encontró.

Estaba totalmente inconsciente, se veía pálida y sus labios tenían una tonalidad azul, su cabello estaba esparcido por toda la almohada y estaba conectada a varias maquinas que monitoreaban los latidos de se corazón y se encargaban de que pudiera respirar.

Se acercó poco a poco a ella y tomó su mano derecha entrelazando sus dedos con los de él, le removio el cabello de la frente puesto a que ahora tenía flequillo.

—Hola, bebé —rió como tonto— ¿Recuerdas la última vez que te llame así? Fue hace años, me pediste que dejara de hacerlo porque a Benjamin no le gustaba. Era mi mejor amigo, pero también era un imbécil. Lo amabas, Cass. Lo amabas como nunca me vas a amar a mi —se sentó sobre la camilla— Lamento todo, ¿sabes? Lamento haberme distanciado, lamento haberte dejado sola y lamento mucho haberte dicho todo lo que sentía por ti, si no lo hubiera hecho ahora mismo quizá no estarías aquí. Quiero... quiero culpar a alguien más solo para quitarme este peso de encima porque si yo te hubiera cuidado, si yo no hubiera estado... ya sabes, estaríamos en tu cuarto viendo una película y comiendo toda la.chatarra que encontráramos en tu casa —soltó un suspiro mirando sus manos entrelazadas— Cassie, por favor, despierta —besó su frente— Odio verte así —deposito un pequeño beso sobre su nariz— Por favor —juntó sus labios con los de ella separándose luego de unos segundos.

Se quedó a su lado durante horas esperando a que despertara, pero eso no paso, escuchó la voz de Vi a lo lejos maldiciendo, depositó un beso en la frente de Cass en forma de despedida y salió del cubiculo, vio a Vi y Sam caminando en puntillas para no hacer ruido y no ser descubiertas.

—¡Cameron! —exclamó Sam en un susurro y se acercaron a él— ¿Dónde demonios haz estado? ¿La viste?

—¿Cómo se ve? —preguntó Victoria.

—¿Está bien?

—Respira, pero aún no despierta.

—¿Cuanto a pasado? ¿Cuatro, cinco horas? ¿Cuando diablos va a despertar?

Sweet SixteenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora