2.

1.6K 60 1
                                    

Samantha y Victoria habían buscando por todas partes, en los cuartos, la sala, el patio, el jardín, ¡en todas partes! Pero Cassie no estaba allí, parecía como si se hubiese evaporado.

Sam sacó su celular del bolsillo delantero de su short y le marcó a Cameron desesperada. 

Un timbre.

Dos.

Tres.

—Cassandra está conmigo —respondió. Suspiró tranquila.

—¿A dónde van? ¿A tu apartamento?

—Esa no es pregunta, Sam.

—Vale, estamos allá en quince —le informó cortando la llamada.

Su corazón, que parecía haber estado latiendo en su garganta y no en su pecho, se tranquilizó. Si le hubiera pasado algo a Cass nunca se lo habría perdonado.

—Está con Cameron. Van a su apartamento —le dijo a Victoria.

—¿Qué estamos esperando para ir? —le apuró.

Abandonaron la fiesta y fueron directo al auto de Victoria que se encontraba estacionado a unas cuantas casas.

—Estoy completamente segura de que fue el estúpido de Michael el que le vendio el maldito LSD —dijo la ojiazul cuando se encontraban en camino al apartamento.

—Yo no lo creo, la verdad —dijo, pero Vi no la escuchaba en lo absoluto.

—Ese bastardo. Lo mataré —golpeó el volante con la mano abierta.

—Podemos pensar en eso mañana, ahora lo importante es como esta Cassie —cambió de tema— Quién sabe que habra hecho esta vez.

—Maldición, es cierto. ¿Cameron no te dijo cómo estaba?

—No, sólo me dijo que estaba con ella y que irían al apartamento.

—Tenemos suerte de que Cameron la haya encontrado.

—Tenemos suerte de que Cameron este en nuestras vidas —le corrigió Sam mirando por la ventana.

Cameron Hide era el único amigo que ellas se permitían tener, era la única persona, aparte de ellas, en la que confiaban ciegamente. Lo conocían desde hacía años, por lo que les era fácil notar cuando mentía o ocultaba algo. La gente pensaba que él se acostaba con ellas y que era esa la razón de la que no él no se apartaba de las tres chicas. ¿Por qué las personas no podían ver que su amistad iba mucho más allá?

Victoria estacionó el auto frente a la acera, bajaron de inmediato y corrieron hacia dentro del edificio. El portero ya las conocía así que las dejo pasar sin problema. Esperaron por el ascensor, pero este se encontraba en el último piso y se demoraba eternidades en bajar, no teniendo otra opción tuvieron que subir por las escaleras hasta el piso 9.
 
Cameron era la persona más confiada en el mundo, nunca dejaba la puerta con llave, por eso pasaron a adentro del apartamento sin ninguna dificultad. Se encontraron con él en la cocina. El castaño estaba sentado en el mesón bebiendo agua.

—Está dormida —explicó al notar que le preguntaban por su amiga con la mirada— Cuando llegamos tomó 5 vasos de agua y se quedo dormida en el sillón así que la lleve a mi cuarto —se bajó del mesón y dejo en vaso en su lugar— Saben que tienen que darme una explicación, ¿no?

—Eso no nos corresponde a nosotras —respondió Vi abrazandose a si misma.

Él las miró en silencio antes de dejarlas pasar a su cuarto, ellas entraron y se quedaron de pie junto a la puerta observando el bulto bajo las sabanas.

Sweet SixteenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora