Capitulo 11

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¿Dónde demonios se metió? Miré el reloj en mi muñeca. El auto ya estaba en la puerta de la empresa esperándonos, Namjoon no había llegado.
   – ¿Te atendió? –inquirí a Victoria, quien estaba igual de nerviosa que yo.
   –No. No hay noticias de él –hizo una mueca.
   –Bien, iré sola. Inventaré algo al llegar allí –Victoria me ayudo a subir la valija y me subí al coche.
   – ¿Ya se van? –Escuché la voz de Namjoon–. Bien, me salvé...
   – ¡Llegas tarde!
   –No, ustedes están antes de tiempo. Yo he llegado puntual –me enseño la pantalla de su celular.
   –Súbete, ya quiero irme –Namjoon sonrió juguetón y subió al coche luego de darle su valija al chofer.
   –Buen viaje, diviértanse –sonrió Victoria desde afuera.
   –Tráiganos un recuerdo –Hoseok agitó su mano.
   –Adiós –subí la ventanilla.
Durante todo el viaje no hablamos. Estaba algo molesta e incómoda. Namjoon se había puesto sus audífonos y se quedó dormido. Lo observé por un momento, quería recostar mi cabeza sobre su hombro y dormir abrazada a él, pero sabía que eso era imposible. Quería hablar sobre nuestro pasado, entender que fue lo que paso. Que paso durante todos estos años, pero él me lo había dejado claro ya.

Llegamos al hotel, subimos a la habitación.
   –Bien, escogeré la cama –Namjoon entró primero.
   –Como gustes –alcé mis hombros.
Ambos nos quedamos helados al ver la habitación. Cama matrimonial, un enorme ventanal que daba a toda la ciudad. Pétalos de rosa formando un corazón sobre el colchado, una botella de champagne y copas. Un enorme televisor un pequeño sofá.
   – ¿Solo hay una cama? –recorrió toda la habitación.
   –Se supone que somos un matrimonio, así que supongo que sí.
   –Mira, ______(tn). Yo he venido como tu socio, no como tu esposo. Será mejor que seamos sinceros con ese tal Jeon.
   –No puedo.
   –No fingiré ser tu esposo. No podemos dormir juntos, no está bien.
   –Namjoon, es solo por una semana. No deberás besarme ni abrazarme, solo actúa como un esposo frente al señor Jeon.
   –Los esposos se besan y se abrazan –frunció el ceño.
   –Pues, no lo haremos.
   –Está bien, lo haré, pero deberás darme algo a cambio –colocó sus manos en su cintura. Pensé en que darle a cambio.
   –Perfecto. Si finges ser mi esposo, te prometo... –suspire–. No volver a hablar sobre nuestro pasado. Será como si nunca hubiera pasado algo –noté su cara de duda. No sé si estaba de acuerdo, pero finalmente acepto.
   –Bien. Yo dormiré en el sofá, tú duerme en la cama.
   –De acuerdo. Limpiaré los pétalos y guardaré el champagne.
   –"Señor y señora Min, los veré a las 2 PM en el puerto" –Nam leyó.
   – ¿Qué hora es?
   –1:50 –respondió.
   – ¡Mierda! No tengo tiempo de arreglarme.
   –Bien, vamos –Namjoon caminó a la puerta.
Ignoró por completo mi preocupación. Subimos nuevamente al auto y nos fuimos al puerto, donde el señor Jeon y su hijo nos esperaban en un restaurante de lujo.
   – ¿Quiénes son? –murmuró Namjoon a mi lado.
   –No lo sé, jamás lo vi –ambos miramos los rostros de todos.
   – ¿Puedo ayudarles? –una recepcionista se acercó.
   –Sí, buscamos al señor Jeon –respondí.
   –Por aquí por favor.
Nos guío hacia una mesa de afuera, apartada del resto. Allí estaba el señor Jeon, vestía un traje de terciopelo color vino con detalles en negro. Un anillo de oro adornaba su dedo y un pañuelo atado a su cuello, hacia juego con su vestimenta. Frente a él se encontraba un joven, estaba de espalda no podía verlo con claridad, pero noté los tatuajes en su brazo. Vestía mucho más tranquilo que su padre. Una remera básica de color blanca y un pantalón negro.
   –Ustedes deben ser el señor y la señora Min –Seung se puso de pie.
   –Un placer, señor Jeon –Namjoon estrechó su mano. Se acercó para sentarse. Seung dirigió una mirada hacia mí–. Oh, lo lamento –fulminé con la mirada a mi supuesto esposo–, ella es mi Min ______(tn).
   –Un placer, señor Jeon –estreché su mano con una sonrisa.
   –El placer es mío. Él es mi hijo, Jeon Jungkook.
El pelinegro se puso de pie y volteó. Era apuesto, claro que sí. Cada facción de su rostro era atractivo y misterioso al mismo tiempo. Había oscuridad y lujuria en su mirada. No le había importado en absoluto la compañía de mi falso esposo, no perdió tiempo en mirarme de arriba hacia abajo. Besó mi mano y sonrió de lado.
   –Un placer –su tonó de voz era grave.
   –Igualmente –Namjoon hizo presencia entre nosotros.
   –Siéntense, acabamos de pedir unos mariscos.
El juego de Jungkook era obvio. Era un joven millonario es cual no le importaba respetar a nadie, más que a él mismo.
Namjoon se sentó rápidamente, causando la sorpresa de los Jeon, ya que esperaban que me acomodará el asiento. Jungkook caminó rodeando la mesa y él mismo corrió el asiento por mí.
  –Gracias –asentí con una sonrisa.
  –Por favor –Jungkook deslizó delicadamente su mano por mi cintura. Namjoon observó atentamente su jugada y frunció el ceño.
  –Bien. ¿Hace cuánto están casados? –Jeon interrogó. Namjoon me miró.
  –2 años –respondí.
  –Así, es. Dos increíbles y hermosos años –tomó mi mano y la colocó sobre la mesa mientras continuaba sujetándola.
  – ¿Hace mucho tiempo se conocen?
  –Desde la preparatoria –se apresuró a decir Nam.
  –Casi de toda la vida –acotó Seung.
  –Casi –tragué saliva al sentir la pierna de Jungkook rozar con la mía y ver su mirada fija en mí.
  – ¿Cómo podría no enamorarme de ella? –Namjoon detecto la pierna de Jungkook y rodeó mi hombro con su brazo.
   – ¿Tienen hijos?
   –No –respondimos al mismo tiempo.
   –Pero planeamos tener pronto –Namjoon me sonrió.
   –Me parece bien. No deben perder el tiempo –Seung bebió de su copa–. Hoy en día la juventud  está perdida, rebelde. No quieren hijos, no quieren estudiar, no quieren progresar. Se casan, se separan, se divorcian. Totalmente detestable –negó con su cabeza. Mis mejillas ardían.
  –Estoy de acuerdo con usted –asintió Nam.
  –Me alegro y me sorprende con lo joven que eres –alzó su copa–. Lo lamento, que son –se corrigió regalándome una sonrisa–. Bien, se preguntarán porque este año no decidí enviar el dinero e hice que vengan aquí.
   –Teníamos la curiosidad –sonreí.
   –Bien, en primer lugar, quería conocerlos. He escuchado algunos rumores sobre su matrimonio y me alegra confirmar que no eran verdaderos.
   – ¿Rumores? –entrecerré mis ojos.
   –Si, sobre ruptura.
   –Hoy en día la gente inventa cada cosa –Namjoon rio nervioso.
  –Realmente me alegra verlos tan enamorados a su edad y con tanta responsabilidad. Porque, se aman, ¿verdad? –alzó una ceja. Era claro que nos estaba probando.
   –Claro –respondí conteniendo el aire. Alzó aún más su ceja.
   –Amo a esta mujer –Namjoon alzó su voz.
   –He estado a su lado por años, usted no imagina lo que siento por él –apoyé mi cabeza sobre su hombro. Nam besó mi frente. Realmente no sabía si mi corazón mentía o decía la verdad sobre lo que sentía por Namjoon.
   –Me alegro. Espero que mi hijo encuentre una mujer digna, pronto –lo miro. Jungkook miraba la pantalla de su celular–. La otra razón por la que los hice venir es por el simple hecho de que ya soy mayor. Me retiraré de este mundo empresarial pronto y mi hijo tomará mi lugar. Me pareció buena idea despedirme con ustedes y que conozcan al nuevo dueño de mi empresa.
   –Aún es muy joven, señor Jeon.
   –Me he dedicado a este negocio por muchos años, señora Min. Es tiempo de descansar. Seguiremos como siempre. Jungkook enviará el dinero a su empresa, no será una molestia. Seguiremos trabajando a la distancia.
   –Pensándolo bien padre –Jungkook habló–. No me molestaría visitar su empresa, la señora Min me parece muy amable, estoy segura de que me recibirá bien allí –volvió a rozar su pierna con la mía.
   –Lo lamentó, debo atender esta llamada –Seung tomó su teléfono y se alejó–. Hijo, ve a pagar la cuenta –le ordenó. Jungkook se alejó.
   –Mi puño será amable si no deja de coquetear contigo –Namjoon susurró mientras se acomodaba en su lugar.
   –Por Dios, Nam, solo está siendo amigable.
   –Claro, con tu pierna, mientras tu esposo está sentado a su lado.
   – ¿Acaso estas celoso?


Please, don't leave me (Namjoon & TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora