Capitulo 13

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La semana casi terminaba. Había sido agotador, no habíamos tenido mucho tiempo libre. Cena cada noche con el señor Jeon, su hijo y un empresario distinto cada velada. Visitas a la empresa cada día. Diferentes conferencias y reuniones. No habíamos parado un segundo para descansar.
   Por suerte hoy era el último día, regresaríamos a nuestras casas mañana por la mañana.
   – ¿Señor y señora Min? –la recepcionista se acercó a nosotros al bajar a la sala a la cual nos    habían llamado.
   –El señor Jeon me pidió que les diera esto. Me dijo que el auto los esperara en media hora para llevarlos a su destino –sonrió–. Que tengan un buen dia.
   –Gracias –respondí algo desconcertada.
Namjoon tomó el sobre y lo abrió. Era una invitación, solo para nosotros dos, para pasar un día romántico, con salida en lancha y cena al anochecer.
   – ¡Ni en broma! –me negué.
   –Será raro si no vamos –Nam cerró la puerta de la habitación.
   –Es que... no, no lo haremos, Namjoon.
   – ¿Qué tiene de malo? Solo estamos fingiendo ser esposos. Si no vamos, podría perjudicar a la empresa.
"Podría perjudicar nuestra relación", pensé. Y es que estos días mis sentimientos por Namjoon han ido en crecimiento.
   Había fingido tan bien. Sus abrazos, sus miradas de amor, caminar de la mano, incluso cuando me tomaba de la cintura para guiarme por los pasillos de la empresa. Cada cena y risas, anécdotas, todo parecía tan real pero yo sabía, ambos sabíamos que todo era mentira y que él era tan buen actor que sentía que también estaba enamorado de mí.
   – ¿Y? ¿Qué dices? ¿Vamos o no?
   –Está bien. Pero no necesitamos actuar como esposos, solo estaremos nosotros dos.
   –Genial, iré a prepararme –sonrió. Besó mi mejilla en un impulso y se fue corriendo.
Me quedé inmóvil. No me esperaba algo así y aunque me había abrazado y tomado de la mano toda esta semana, nunca me había besado.
   Caminamos hacia el muelle, donde la lancha nos estaba esperando.
Subimos y comenzamos a viajar mar adentro. Nam abrió una botella de champagne y brindamos.
   – ¿Por qué brindamos? –pregunté alzando mi copa.
   –Por nuestro matrimonio –guiñó un ojo.
   – ¡Salud! –chocamos copas.
Estuvimos una hora recorriendo en lancha hasta que llegamos a un yate.
   – ¿Todo esto para nosotros dos? –inquirí viendo el inmenso yate.
   –Bienvenidos, señor y señora Min –una mujer extendió su mano para ayudarnos a cruzar.
   –Gracias –Namjoon cruzó primero y luego me ayudo a mí.
   –Síganme, por favor. Su almuerzo los espera.
Nos sentamos bajo a una sombrilla, cerca de una pequeña piscina.
   –Tendremos que visitar al señor Jeon más seguido –Namjoon murmuro mientras sorbía de su copa de vino.
   –Tienes razón –ambos reímos.
El almuerzo había sido exquisito, la atención nos había hecho sentir como reyes.
   – ¿Este yate es de la familia Jeon? –pregunté a la mujer que siempre nos atendía.
   –Es del pequeño Jeon Jungkook.
   – ¿Pequeño? –susurró Nam.
   –Incluso el señor Jungkook sugirió un área de masajes para usted, señora. Si me sigue, por favor, es por aquí.
   –Ahora entiendo –Namjoon cruzó sus brazos.
   –Usted puede acompañarnos, si desea –la mujer se dirigió a Nam. Aun con su orgullo, él nos siguió.
La masajista estaba en la pequeña sala, con música relajante, piedras calientes, aceites. Nam se sentó a un costado.
   –Bienvenida, señora Min. Allí atrás se podrá desvestir.
   – ¿Desvestir?
   –Para su masaje, señora –sentí mis mejillas ruborizarse y miré a Namjoon–. Oh, despreocúpese. De seguro su esposo está acostumbrada a verla –sonrió. Namjoon bajo la cabeza mientras reía en voz baja.
   Me quedé a piel descubierta detrás de esa bambalina, sin atreverme a salir. Debajo solo me cubría una tanga. Abracé mis pechos para que nada se pudiera ver y tomé coraje para salir frente a Namjoon.
   Cruzamos mirada, me miro de arriba abajo sorprendido, pero al instante volteó hacia otro lado para no incomodarme.
   –Bien, recuéstate aquí –señaló la masajista–. Tú –le habló a Nam–, ¿quieres ayudarme?
   – ¿Yo?
   –No, no creo que...
   –Sí, tú –me interrumpió–. ¿Quieres ayudarme? Ven
   –Yo... no creo –la voz de Nam comenzó a tartamudearse.
   –Toma este aceite –sentí como Nam estaba de pie junto a mí–, colócalo sobre su espalda y espárcelo para darle calor.
   Tragué saliva y cerré los ojos. Sentí el contacto del aceite frio con mi piel y luego la mano de Nam rozando mi espalda. El corazón se me aceleró, un escalofrió me envolvió. Una parte de mi quería que esto terminé rápido, pero otra quería darse vuelta, estar solo él y yo y tenerlo encima de mí, besando cada rincón de mi piel.
   La sesión de masaje terminó. Namjoon solo había ayudado con ese pequeño aceite.
   Nos quedamos en la pequeña piscina, nadando y tomando sol, hasta que la lancha nos volvió a buscar.
   Disfrutamos del atardecer hasta llegar a la orilla de la playa, donde una cena con velas y música suave nos esperaba. 

Please, don't leave me (Namjoon & TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora