Capitulo 12

928 93 1
                                    

Namjoon fingió ser un buen esposo durante las dos horas que pasamos junto al señor Jeon y su hijo.
Seung y Jungkook se retiraron, esperándonos ver mañana en su empresa. Namjoon desabrochó los primeros botones de su camisa dejando ver un poco de su piel, se arremangó las mangas y despeinó su cabello, sintiéndose un poco más relajado. Nos subimos al auto y fuimos de regreso al hotel.
   – ¿Quieres ir a la playa? –preguntó mirando hacia el mar.
   –No, gracias. Prefiero quedarme descansando.
   –Como quieras. Yo iré a nadar –tomó la toalla, un pequeño bolso y salió.
Me quedé de pie junto al enorme ventanal. Lo vi caminar hacia la playa. Pensé en lo mucho que quería ir con él y jugar entre la arena, correr y abrazarlo. Rodearlo con mis brazos y besarlo. Reír como dos adolescentes que están enamorados, pero había prometido dejar el pasado atrás.
   Me recosté en la cama y prendí la tele, aunque mi mirada se desviaba hacia la playa y escuchaba el sonido del mar. Veía como el sol bajaba poco a poco.
   –El agua es perfecta, ven a disfrutar, "señora Min" –leí en la pantalla de mi celular, era un mensaje de Nam. Sonreí al leer "señora Min".
   Lo dude por unos segundos hasta que finalmente me puse de pie. Busque mi traje de baño y un vestido para ponerme encima. De todos modos, aquí yo era la esposa de Namjoon, debía actuar como tal fuera de la habitación.
   Caminé hacia la playa y allí lo vi. Nadando en el mar, disfrutando del agua. Sonrió al verme llegar y peinó su pelo hacia atrás. Sacó una mano del agua y me hizo una señal para que entrara con él. Negué con la cabeza y coloqué una manta para sentarme sobre la arena.
   – ¡Ven! –gritó.
   – ¡No quiero nadar! ¡Tomaré sol!
   – ¿Sol? –Volvió a gritar– ¡Se está yendo! ¡Ven a nadar!
Negué con la cabeza y me senté para colocarme algo de protector solar. Aunque Namjoon tenía razón, el sol estaba a punto de ocultarse.
   De pronto mi cuerpo fue levantado con brusquedad. Namjoon me tomó y comenzó a llevarme como un costal hacia el mar.
   – ¡Suéltame! ¡Te dije que no! –grité mientras golpeaba su espalda.
   –No grites, creerán que te estoy secuestrando –chilló–. No se preocupen, es mi esposa.
   – ¡Namjoon!
   –Prefiero que me digas...–me dejó caer en el agua–. Señor Min –sonrió victorioso.
   –Te odio –lo salpiqué.
   – ¿Por qué?
   –No quería nadar. Mojaste mi vestido.
   –Oh, lo lamento –hizo una mueca. Nos quedamos en silencio hasta que él me lanzó agua–. Sonríe. Estas con tu esposo.
   – Ja, ja, que gracioso –fruncí el ceño.
   –No seré el mejor esposo de mentira, pero soy un buen amigo. Siempre lo he sido, a pesar de que no he estado contigo.
   –No hablemos del pasado, lo he prometido –volvimos a quedar en silencio.
   –Nademos, ven –comenzó a alejarse.
   –No quiero.
   –Oh, vamos, ven.
   –No sé nadar.
   – ¿De verdad? –largó una carcajada.
   –No te rías. Nunca he podido aprender –mis mejillas ardieron.
   –Ven, yo te ayudaré –extendió su mano.
   Tomó mi mano con fuerza y me ayudó a nadar. Viendo que no podía lograrlo con facilidad me subió sobre su espalda y nadó trasladándome de esa forma.
   Reímos mientras jugábamos en el agua. Continué sobre su espalda hasta salir del agua.
Me quité el vestido, quedándome en traje de baño. Observé por el rabillo de mi ojo como Nam despeinaba su cabello mojado hasta quedarse inmóvil al verme en esa bikini color mostaza.    Nuevamente sentí mis mejillas arder, no estaba acostumbrada a mostrar tanta piel.
   – ¿Estas bien? –inquirí sin mirarlo.
   –Si. ¿Por qué preguntas?
   –Por nada. Miremos el atardecer –señalé la puesta de sol.
   –Está bien.
Nos sentamos en silencio viendo la puesta de sol. Su mano estaba apoyada sobre la arena, cerca de la mía. Quería tomarla, quería apoyar mi cabeza sobre su hombro y contemplar el hermoso atardecer.
   El sol se había ido. El clima se había vuelto más frio, aún seguíamos sentados en silencio, pero no era un silencio incomodo, con él era agradable.
   – ¿Crees que el almuerzo de hoy haya salido bien? –logré decir algo.
   –Supongo que sí, se han creído nuestro romance.
   –Espero que sí. El señor Jeon es realmente importante.
   –Al parecer su hijo tiene interés en ti –frunció el ceño.
   –Lo dudo. Él cree que estoy casada ¿no?
   –Parece no importarle. Acariciaba tu pierna, _____(tn). Incluso acomodó tu asiento.
   –Porqué tú no lo hiciste.
   –Lo lamento, nunca he tenido esposa.
   –Supongo que novias sí.
   –Dijimos que no hablaremos de nuestro pasado –bajo la mirada–. Además hablábamos de ti y ese tal Jungkook. Quiere contigo, es obvio.
   – ¿Y si quiere que? Estoy soltera.
   – ¿Ah si? –alzó una ceja y yo asentí–. Te recuerdo que no lo estas –se acercó–. Estas casada, conmigo –nuevamente el silencio incómodo.
Chille al sentir frío en mi piel. Mi vestido estaba mojado, no tenía nada para ponerme encima.
Namjoon pareció darse cuenta. Se puso de pie y me colocó una campera que había traído.
   –Vamos, regresemos al hotel –su voz era suave.
Me levanté, Nam tomó mi bolso y el vestido mojado y caminó delante de mí hacia el hotel. 

Please, don't leave me (Namjoon & TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora